Aquí tienes los datos sobre otros Caminos y hermosas Rutas de Peregrinación. Algunas están relacionadas con el Camino de Santiago y otras tienen una existencia autónoma, por su realidad histórica y propia evolución.
Tienes toda la información necesaria para poder preparar tu peregrinación, resolver tus dudas, conocer las etapas, saber su Historia y prepararte para el mejor viaje de tu vida.
CAMÍN XIXÓN-CUADONGA / GIJÓN-COVADONGA (1) HISTORIA DE SU RECUPERACIÓN: MAPAS, ORÍGENES, BIBLIOGRAFÍA Y ARCHIVO DE PRENSA
Xurde Morán
Si bien el origen de las peregrinaciones a Covadonga puede sumirse en la noche de los tiempos, y que desde tiempos inmemoriales se sabe de romeros a la Cueva Divina y a la Santina, puede decirse que la dimensión actual de esta ruta arranca en los años 90 del pasado siglo XX con el intensísimo trabajo de divulgación y promoción de esta ruta, pero sobre todo de su estudio y señalización, a cargo de los componentes de una asociación, la Tertulia Cultural El Garrapiellu, con sede en Gijón/Xixón, que además organizaba, al menos anualmente una excursión abierta al público, así como otras actividades, publicación de mapas, folletos, vídeos, etc. que enseguida llamaron poderosamente la atención de la prensa, con numerosos artículos, y del gran público, organizándose prontamente, sobre todo a raíz de su señalización, rutas particulares, individuales, de grupos de montaña, vecinales, y otros colectivos
Esa promoción, que arrancó nada más empezar los años 1990, no nació de la nada, hay testimonio de «ir a Covadonga de promesa», por este y otros caminos, desde hace mucho tiempo y tampoco era la primera vez que alguien señalizaba algún tramo concreto o elaboraba algún mapa, pero sin más repercusión o continuidad
No sería hasta la actividad acometida durante años de El Garrapiellu para con esta ruta, cuando miles de personas se pongan en marcha andando, pero también en bicicleta y a caballo, para cubrir los más de 70 kilómetros que separan Gijón/Xixón de la Cueva de la Santina de Covadonga o, atendiendo a la pronunciación popular tradicional de gran parte del oriente asturiano, Cuadonga
Personas más duchas en tecnología y mediciones exactas calculan entre 74 y 76 kilómetros la distancia entre El Güeyu Deva, en la zona rural gijonesa, comienzo «espiritual» de la ruta, y la Cueva Divina, si bien de unos años atrás, con la apertura de la senda fluvial del río Peñafrancia, que llega a este principio «mítico» de la travesía, muchos andariegos comienzan en el casco urbano de Gijón/Xixón, por lo que, si añadimos al menos el tramo desde el principio de esta senda, en Les Mestes-La Guía (al lado del Estadio El Molinón), tendríamos que añadirle unos 6 kilómetros más
Naturalmente el Camín de Cuadonga, como también se le llama, empieza en la casa de cada uno y, aquellos que vienen de otras partes de la geografía asturiana, española y mundial, comienzan propiamente su andadura desde su alojamiento o desde donde les haya dejado el transporte para venir, existiendo, si lo desean, otras fórmulas para llegar a Deva andando, una siguiendo la antigua Carretera de Villaviciosa, si bien no demasiado recomendable pues, aparte del tráfico, la acera desde La Guía desaparece a partir del Jardín Botánico de Gijón. Otra sería seguir las conchas del Camino de Santiago pero a la inversa, atravesando desde La Guía las parroquias de Somió y Cabueñes y, en La Pontica, cruzar la citada carretera de Villaviciosa para enlazar con la Senda del río Peñafrancia y llegar al Güeyu Deva
Tradicionalmente, lo hemos dicho, el comienzo era en El Güeyu Deva, por lo que muchos llegaban allí en transporte público (ver Línea 26 de EMTUSA) o en taxi. pero ahora con esta senda peatonal merece la pena tomarla, pues es más segura y directa que otras posibilidades con más asfalto, rodeos, cruces y posibilidades de error, al no estar señalizadas. Asimismo, también fue tradicional en tiempos comenzar no en El Güeyu Deva sino en el Camping Municipal de Deva (llega autocares ALSA), en la misma carretera, tomando el Camín Vieyu de Pión, por donde bajan los peregrinos a Santiago, una pista que, si bien bastante directa, tiene una fuerte subida entre eucaliptales nada más empezar, y es ademàs un comienzo menos paisajístico, cultural, sentimental, que el del Güeyu Deva, como iremos viendo, si bien es una alternativa de la que también hemos de hablar en su momento, tampoco muy larga, pues enseguida, en los altos de La Olla, enlaza con el camino oficialmente señalizado
La señalización se basó primeramente en unas pocas flechas que se pintaron manualmente para ayudar en una gran excursión que se hizo en 1992, como explicaré en el apartado de historia. Dado el éxito que tuvieron tras esa orientación absolutamente puntual, pues otra gente las siguió después, parece ser que en un principio ciclistas, esto animó a los integrantes de la Tertulia El Garrapiellu a realizar un esfuerzo de pintar más entre entero y mayo de 1993 (a cuyo final fueron recibidos por el Abad de Covadonga). Eran de color amarillo con un trisquel, adorno solar céltico de tres brazos, que pronto se convirtió en anagrama de la asociación, así como a veces algunas frases
Tal fue la repercusión de estas señales que enseguida la gente empezó a llamarlas les garrapielles, si bien lo malo fue que, al señalizarse el Camino Norte de Santiago por, en buena parte, un trazado muy similar entre Villaviciosa y Deva, poco después y también con flechas amarillas, ha dado lugar a no pocos equívocos en todos estos años que, inexplicablemente, nunca se solucionaron bien
Ocasionalmente algunos particulares han puesto flechas de otros colores (rojas, azules,verdes, etc.) a brocha o a spray, a veces marcando esta ruta y a veces otras con las que coinciden en algunos trechos, sin duda pintadas con buena intención, pero que han añadido aún más confusión, e incluso quejas vecinales, al varias algunos tramos. Por ello en este primer tramo desde Deva a Villaviciosa recomendamos especial atención a nuestras recomendaciones, si bien reiteramos cada uno es libre de ir por donde le plazca, faltaba más
Sí es cierto que en 1996 el Principado de Asturias apoyó la petición de El Garrapiellu y patrocinó la señalización de la ruta en su totalidad. Se trataba de unos postes de madera con una señal pintada con un trisquel amarillo sobre fondo azul y el lema Camín a Cuadonga, los cuales fueron y siguen siendo de gran utilidad, pues pese al tiempo pasado aún unos cuantos siguen, más o menos, en pie. Nunca hubo otra actuación similar de señalización integral de toda la ruta, hubo alguna señal puesta por vecinos, o repuesta, o por algunos particulares, o algún ayuntamiento en algún lugar muy determinado, pero una actuación semejante, reiteramos, no. Los peregrinos van guiándose por las viejas flechas, tantas veces repintadas, varias señales supervivientes de 1996, y preguntando, además de algún mapa y los tracks, unos fiables y otros menos
También hay que decir que, a lo largo del trayecto, del principio al final, existen algunas variantes, si bien pocas señalizadas y no tan empleadas, salvo por personas o grupos concretos, como el camino del que presentaremos los mapas un poco más abajo. Naturalmente todo el mundo es libre por donde le plazca, incluso explorar nuevas alternativas
Con el tiempo sin duda iremos añadiendo a esta serie alguna de ellas, sobre todo las más interesantes. Estas entradas de blog se basan en buena parte en mis libros El Camín Xixón Cuadonga (Alborá Llibros 1998) y El Camino de Gijón a Covadonga (Gran Enciclopedia Asturiana 2012), ambos agotados. Del segundo extraigo el texto dedicado a la historia de la ruta:
«CUADONGA/COVADONGA: LA HISTORIA DE LAS PEREGRINACIONES
Tal y como «avisábamos» y destacábamos ya en el prólogo, el principio de las peregrinaciones a Cuadonga se pierde en la más oscura noche de los tiempos. Es más, mucho primero del cristianismo se da por seguro la existencia de un santuario de los más ancestrales pobladores prerromanos, dedicado con gran probabilidad a alguna divinidad femenina relacionada con el culto a las fuerzas de la naturaleza, una «deva» o diosa de la que su testimonio pervive en el nombre (uno de los nombres en realidad) del río que nace de la misma Cueva. La presencia de este santuario precristiano daría origen sin duda a las primeras peregrinaciones, de las que nada sabemos, y que podrían sumirse en la más remota antigüedad.
Este lugar sagrado sería después cristianizado, por sustitución, en la advocación a la Virgen María, tal y como ha sucedido en otros muchos casos, pues aunque las religiones y las creencias cambien, los lugares sagrados o «Nemeton» parece que siempre permanecen. En este caso no deja de ser impresionante escuchar todavía la leyenda, contada desde antiguo en muchos lugares de los alrededores del santuario, que dice que nuestra Santina y Patrona de Asturias «era una xana que vivía na Cueva, onde’l ríu, qu’un día unos flaires vistieron de santa». Esta leyenda, sencilla y aparentemente simple, explica en dos frases todo el proceso de sustitución de los antiguos dioses de los pueblos prerromanos con la llegada de una nueva religión que pasado el tiempo llegaría a ser oficial en todo el Imperio Romano. Es este un fenómeno social totalmente normal, universal, que pasa y ha pasado en todas las latitudes y en todas las religiones a lo largo de los tiempos, sin ningún menoscabo en absoluto hacia las creencias e ideales de cualquier persona sino todo lo contrario, es más, con el cristianismo las peregrinaciones ya dejan de ser una teoría o posibilidad para hacerse realidad demostrada y documentada. Según algunos autores, como Fermín Canella, el primer peregrino «de importancia» que conocemos visitó el santuario fue el rey de Asturias Alfonso III El Magno, aunque es fácil que fuese un exponente más de toda una estirpe de reyes asturianos que, desde el mismo Pelayo y su legendaria batalla, tuvieron una especial relación con estos parajes de hadas, diosas y santas.
Durante mucho tiempo las comunicaciones con Cuadonga desde Cangues d’Onís fueron bastante malas…caminos de tierra, caleyes
, y sendas de montaña no siempre fáciles de pasar. Ya en el siglo XVI había cronistas como Morales
, Fray Antonio de Yepes
y PedroMurillo
(este en el XVII) que señalaban en sus escritos lo dificultoso que era acercarse a Cuadonga y su situación de abandono. Tirso de Avilés
es quien viene a afirmar que el viejo templo, de madera, levantado en la Cueva, sobre el abismo, estaba en una situación lamentable, pues la obra, construida según la tradición por iniciativa de Alfonso II El Casto, con madera de tejo, se sostenía sin caer «por puro milagro». En el siglo XVI es cuando se erige la Colegiata, pegada a la peña al lado de la Cueva, bajo la advocación de San Fernando, aprovechando la edificación anterior de un antiguo monasterio medieval benidictino que luego habría pasado a los monjes agustinos. En el siglo XVII, con las reformas canónicas y eclesiásticas, Cuadonga logró una importancia religiosa mucho mayor, la cual favoreció aún más las peregrinaciones, construyéndose nuevos edificios y albergues para los romeros. Asimismo, también en Cangues d’Onís se fundaron hospitales
para los peregrinos que iban al santuario, así como en otros lugares (tengamos presente que en aquel tiempo la palabra «hospital» tenía más que ver con lo que ahora entendemos como «albergue asistencial» más que como la moderna acepción de «centro sanitario»). Después del trágico incendio de 1777, que destruyó el mítico templo de madera que se elevaba como una gran balconada tapando la Cueva, así como la primitiva imagen de la Santina, es cuando los poderes públicos , dándose cuenta del inmenso daño del desastre, promovieron toda una serie de iniciativas encaminadas a recuperar el templo mariano y darle más atención y relevancia. Bajo el reinado de Carlos III se abre el primer «camino directo» entre Cangues y Cuadonga, al que Gaspar Melchor de Jovellanos, en su visita al lugar, llegó a calificar de «excelente»
Visitantes ilustres del lugar en el pasado fueron también la reina Isabel II y su séquito, quienes estuvieron en el santuario durante la visita oficial a Asturias en el verano de 1.858, yendo la reina acompañada por el rey-consorte Francisco de Asís y por el entonces Príncipe de Asturias (luego Alfonso XII). Este viaje fue de notable importancia pues incrementó la atención por Cuadonga como lugar de peregrinaciones, al ser visitado por las más altas autoridades del Estado, con toda la promoción de la noticia, ya en sí misma. Por ello aumentan notablemente las visitas, no solo de Asturias sino de toda España, principalmente de territorios próximos y regiones vecinas. Tal fue la repercusión de esta visita que varios topónimos de la Ruta se deben a esta visita real, como es el caso de El Camín de La Reina (en Parres y Cangues, por el que pasaremos) y El Jardín del Príncipe (en Cuadonga, por el que también pasaremos), entre algunos más»
LA RUTA ACTUALMENTE:
Saliendo de Gijón/Xixón, bien desde la ciudad con la Senda del Peñafrancia, o bien desde El Güeyu Deva, el Camín de Cuadonga sale de este concejo para luego atravesar el de Villaviciosa de oeste a este, buena parte de la zona norte-nordeste del de Piloña, el de Parres por el Camín de la Reina y Cangues/Cangas de Onís desde el Sella a Covadonga pasando por la histórica ciudad y sede regia canguesa. Hay quien realiza la proeza de acometerlo en un solo día, para lo que hay que estar muy motivado, preparado física y mentalmente y, mejor conocer la ruta de antes o al menos ir con alguien que la conozca
Al principio, cuando apenas había albergues ni alojamientos aún, al menos para tanta gente, se realizaba muchas veces en dos jornadas, lo que solía requerir un esfuerzo descomunal también, pues la primera parte eran en realidad dos terceras partes, ya que el primer albergue que abrió en la ruta, en de Llames de Parres, está a unos 50 kilómetros del comienzo de la travesía andariega. Otra posibilidad era continuar otros 10 kilómetros más hasta Cangues/Cangas de Onís, plaza eminentemente turística por excelencia, con numerosos hoteles y pensiones, o desviarse o tomar un taxi, hacia lugares más alejados
De ya hace años acá han ido abriendo a lo largo del camín albergues, hoteles rurales, pensiones y ya podemos dividir la caminata en tres días, que es lo que suele hacerse, o incluso en más, si deseamos ir tranquilamente y visitando muchos lugares que merece la pena conocer, como iremos viendo. Arriba, el albergue El Colmado, sito donde estuvo antiguamente el baile de este nombre, al lado de Casa Piloña, en Breceña (Villaviciosa)
Sietes, Villaviciosa, Casa Prida
En la portada hemos publicado el mapa general de la ruta, que volvemos a poner el primero, seguido ahora de unos cuantos más, parte por parte. Son mapas hechos a mano con rotulador y a mano alzada, cual cuaderno de campo, pero siempre han tenido gran éxito:
La Senda del río Peñafrancia, de La Guía al Güeyu Deva
Paso de Gijón/Xixón a Villaviciosa, de El Güeyu Deva a La Olla, El Curviellu Entrada en Villaviciosa) y el valle de Pión
Subiendo de Pión por Casamoria al Altu la Cruz y bajada a Niévares (Villaviciosa
De Niévares a Grases y Amandi (Villaviciosa
Amandi (al sur de La Villa, capital de Villaviciosa, y ruta a Les Vegues (Fuentes), por Malpasu
El camín en Coru (Villaviciosa)
Breceña y bifurcación a Sietes: por Buslaz y el monte Tandión o por la carretera (Villaviciosa)
Las dos posibilidades de llegar a Sietes (carretera o montaña -Tandión-), salida de Sietes por Perviyao y entrada en Piloña por Llares
El camín entra en Piloña por Llares, puede seguirse todo el tiempo por carretera hasta Anayo, o quitarnos un poco de asfalto por la capilla de San Rafael y Faéu. Luego bajada a Borines por La Retuerta
Borines y Vallobal, ya en el gran valle del Piloña y el pie del Puertu Sueve
Miyares y La Goleta, seguimos en el valle del Piloña bajo las estribaciones del Sueve
Sorribes, del concejo de Piloña pasamos al de Parres en El Puente, donde cruzamos el río Piloña, subimos a Villar de Güergu, arrabal de Sevares, volviendo a Piloña, y regresamos definitivamente al de Parres siguiendo el Camín de la Reina a la altura de Sotu Dueñes
Viabañu (Parres), el Camín de la Reina, pasando por El Colláu Llames (Llames de Parres)
El Camín de la Reina por Romillu y Romollín (Parres)
La Vega los Caseros, pasando el río Sella para entrar en el concejo de Cangues/Cangas de Onís por San Pedru Villanueva (monasterio actual Parador Nacional)
El Camino atraviesa la ciudad de Cangues/Cangas de Onís «minima urbium maxima sedium» y del sella toma el valle del Güeña. El recorrido directo se marca por los barrios de Contranquil, La Pedrera y El Lleráu, pero hay varios puentes para visitar el casco urbano. MUY RECOMENDABLE, así como su gran mercado dominical
El valle del río Güeña y cruce de la carretera para ir a Sotu Cangues, siguiendo el del río Deva o río Covadonga
Siguiendo el valle del río Deva o Covadonga rumbo sur de Sotu Cangues a El Bosque
La Riera y llegada a Covadonga/Cuadonga
Cuandonga/Covadonga, final y… principìo. Desde aquí pueden acometerse otras rutas, adentrándonos en los Picos de Europa. Dentro de los afanes de este grupo una muy interesante podría ser hacia Santo Toribio de Liébana, existiendo varias posibilidades
Ahora vamos a hablar un poco de «cómo se ha llegado a esto» y por ello vuelvo a citar al libro El Camino de Gijón a Covadonga, del quien es autor un servidor, aderezándolo, cómo no, con los pertinentes recortes de prensa de cada paso que se daba dentro de aquella «odisea»:
«LA SEÑALIZACIÓN DEL CAMINO Y SU PROMOCIÓN DESDE 1991
(…) Muchísimos fueron los que, ilusionados en hacer esta ruta, abandonaban su empeño por culpa de no conocer y extraviarse en los caminos para llegar a la Cueva Divina. Otros muchos optaban por el sufrido asfalto de las carreteras generales, peligrosas para el peatón por su intenso tráfico pero que no tenían pérdida al menos. Algunos grupos de excursionistas y de montaña llevaban a cabo esta «expedición» incluso todos los años, pero no pocas veces se perdían, al menos algunos de los andayones, sobre todo en lugares como el Cordal de Pión, El Curbiellu, la subida a Coru, la bajada a Borines, etc. a veces desistían o a veces daban largos y penosos rodeos. Mismamente gente experimentada y que ya había hecho el trayecto podía despistarse en cualquier cruce de los cientos que hay. Puede decirse además que no había albergues prácticamente, y aunque circulaban algunas fotocopias de mapas, estos eran en general muy aproximativos pues reseñaban las localidades principales del Camino aunque no todos los múltiples ramales y desvíos que podemos encontrarnos a lo largo de todo el recorrido
Nosotros, en aquel tiempo, conocimos a personas que ofrecían aquellos mapas dibujados a mano y fotocopiados de forma altruista y desinteresada, circulando en coche por la carretera local entre Coru, Breceña y Sietes. Apenas había más, eso y alguna señalización parcial en tramos muy muy concretos (aquellas señales azules con la figura de la Santina saliendo de Miyares a La Goleta, en Piloña). El Camín de Cuadonga, pese a su importancia y antigüedad, seguía siendo un gran desconocido
Todo esto iba a cambiar un poco a partir de 1991 cuando la Tertulia Cultural El Garrapiellu empezó a interesarse por esta ruta. Todo había empezado unos años antes incluso de fundada la Tertulia, pues uno de sus miembros, Tino Lozano (que pocos años después sería su presidente), ya la había hecho en varias ocasiones y convenció a otros amigos para realizarla, la primera vez en una sola jornada, mayoritariamente nocturna y que no pudimos completar al llegar a Cangues d’Onís cansadísimos. La experiencia no obstante el esfuerzo resultó gratificante, pues al año siguiente se volvió, durmiendo algunas horas en alguna tenada o pajar y completándola con éxito, y así sucesivas veces. Ya en aquel entonces surgía un grupo de entusiastas que siguió buscando nuevos atajos para ir a de Xixón a la Cueva La Santina por la vía más directa, pero quitando lo más que se pudiese el paso por carreteras nacionales o de mucho tráfico.
Unidos por diversas inquietudes asturianistas y provenientes de diferentes colectivos, se fundaba en 1991 la Tertulia Cultural El Garrapiellu y entre algunos de sus primeros miembros estaban varios de los que iban a aquellas excursiones a Cuadonga con Tino. Entre ellos surgió la idea, plasmada en diferentes artículos de prensa que podemos consultar en cualquier hemeroteca (conservo algunos de los primeros, en el verano de aquel año), de que las instituciones asturianas promocionasen el Camín Xixón-Cuadonga como senda histórica de peregrinaciones. Eran los tiempos donde empezaban a esbozarse en toda España ideas similares, la más famosa el Xacobeo o recuperación de los caminos a Santiago. La asociación se dedicaba, y sigue dedicándose, a numerosos menesteres, desde la literatura y la lingüística, los deportes autóctonos, la etnografía, Historia, organización de charlas y conferencias (tertulias), etc. hasta el patrimonio y las salidas a realizar trabajo del campo, pero esta faceta de la promoción del Camín de Cuadonga iba enseguida a ser de las más punteras, conocidas, y reconocidas
En concreto todo arrancaba públicamente aquel año de 1991 con la organización de la Primer Travesía Andariega Xixón-Cuadonga, con apenas diez personas participantes, no todos socios siquiera de la entidad y que durmieron en el pórtico de la iglesia parroquial de Viabañu, conceyu de Parres, metidos en sacos. Con esta iniciativa, anunciada en prensa, se comprobó «in situ» las posibilidades de la ruta abriéndola al público en general para que este valorase también sus posibilidades como ruta de peregrinación interior, con grandes alicientes naturales, culturales, y deportivos que la hacen digna de apoyo institucional, elaborándose ya entonces un primer informe técnico en el que se solicitaba a las autoridades culturales del Principado la promoción y señalización de este Camino y que fue recogido con mucho interés por los medios de comunicación, aunque no tuvo aún en los organismos oficiales pertinentes más eco que un simple acuse de recibo vía epistolar. Pero como suele suceder, son los ciudadanos los que han de adelantarse a las instituciones si se quiere que las cosas salgan adelante.
Era el año 1992 cuando, coincidiendo con la peregrinación a Cuadonga del primer domingo de mayo. Los miembros del Garrapìellu fueron llamados a colaborar con una «gran marcha» de jóvenes de las parroquias de Xixón al santuario y que serviría para recuperar esta histórica ruta. Más de 400 mozos y mozas participan en esta multitudinaria expedición para la que, unos días antes, alguno socios de El Garrapiellu realizaron un primer trabajo de señalización. Era fácil de preveer que ante tal aglomeración de caminantes quizás no todos estuviesen a la vista de algún guía en todos y cada uno de los cruces más problemáticos. Por esa razón se quiso pintar alguna flecha de color amarillo en estos lugares, para evitar que nadie se perdiese»
Pues bien, casi inmediatamente después de la «larga marcha» mucha fue la gente que empezó a ir camino de la Cueva la Santina andando valiéndose de estas primeras flechas indicadoras pintadas en piedras, muros y paredes, y que aun teniendo en realidad un motivo provisional y puntual, siguieron cumpliendo su función meses después para que de esta manera todo el mundo se orientase para hacer la ruta pedreste al Real Sitio (conservamos una foto de la primer flecha amarilla que se puso, en la Semana Santa de aquel año, en un árbol junto al camping municipal, pues entonces hacíamos partir la caminata desde allí).
Esto animó a «los garrapiellos» a poner en marcha un trabajo más serio y riguroso de señalización de toda la ruta de principio a fin, trabajo que se hizo entre los meses de marzo y abril de 1993, pintándose más flechas, estas ya junto con un «trisquel» (adorno solar céltico de tres brazos) para indicar todo el itinerario. Una señal que iba a hacerse sumamente popular bien pronto entre los usuarios de la ruta y los vecinos de los pueblos por los que pasa, llegando a ser «bautizadas» col nombre familiar de «les garrapielles»
El día dos de mayo de ese año, en la III Travesía Andariega Xixón-Cuadonga que organizaba El Garrapiellu. El Abad del santuario recibía a los socios de esta entidad, que le hacían entrega de una placa conmemorativa de este primer trabajo de señalización (plasmado semana a semana en prensa y radio), placa que pasó a exponerese en el Museo de Cuadonga
Señalización de los caminos a Covadonga y Santiago junto a la capilla y cruce de Amandi (Villaviciosa) |
Bien es verdad que en un tamo del Camino en su primera etapa, entre La Olla en Deva y Amandi en Villaviciosa, un año después comenzó a señalizarse aunque en sentido inverso, el Camino de Santiago Costanero, también con flechas amarillas pero en sentido inverso, esto dió a una cierta e importante confusión entre no pocos peregrinos de los dos caminos, incrementada al reponerse la señalización pintada y a veces hasta coincidir en el lugar unas flechas con otras. Muchas guías editadas de entonces acá y diversas placas colocadas en este tramo advierten de esta circunstancia para la que quizás habría de todas formas que buscar una solución más efectiva
Después de este continuado labor de promoción, el Camín Xixón-Cuadonga llegó a ser una de las más importantes rutas de peregrinaciones de Asturias, todos los años la realizan miles de personas y montañeros, caminantes, periodistas, y escritores relatan en los medios de comunicación, internet, y todo tipo de publicaciones, sus propias experiencias, sumándose a este trabajo de divulgación en sus artículos, blogs y páginas web, así como la participación de todo tipo de asociaciones a esta iniciativa y organizándose excursiones ya de continuo, ahora ya por toda clase de colectivos, deportivos, culturales, vecinales, estudiantes, asociaciones vecinales y profesionales, etc. y por supuesto por muchísimas personas a nivel particular
El día 8 de setiembre de 1994, Día de Asturias y conmemoración de la Virgen de Cuadonga, el Real Grupo de Cultura Covadonga de Xixón, que también festeja este día y entonces más pues celebraba el 25 aniversario de las instalaciones deportivas del «Grupo 2000«, otorga a El Garrapiellu una distinción especial «por su aportación cultural y deportiva a la promoción de la Ruta a Cuadonga», el primer galardón recibido por esta asociación en toda su larga trayectoria
En aquellos primeros pasos de divulgación y de promoción es necesario afirmar que jugaron un papel fundamental los medios de comunicación asturianos, que siempre y sin excepciones, se volcaron en favor de esta idea, a la que con el tiempo se unirían, recalcamos, más asociaciones y entidades.
Luego del éxito de la iniciativa señalizadora digamos «artesana» con «les garrapielles» nada más quedaba convencer a las instituciones y poderes públicos para que ayuden también en esta promoción. En 1995 arrancaba una campaña solicitando el apoyo del Principado para la señalización y difusión efectivas de esta travesía, que enseguida iba a conseguir el apoyo unánime de los grupos parlamentarios y de los cinco ayuntamientos de los conceyos por los que discurre la senda: Xixón, Villaviciosa, Piloña, Parres, y Cangues d’Onís
En 1996 se consigue definitivamente el visto bueno y en el verano de 1997 se inaugura la nueva señalización oficial de esta multitudinaria ruta, esta vez con postes e indicadores de madera que dieron un aspecto más en condiciones a las ya clásica «garrapiella» que iban también en este caso a ser empleadas como icono de los nuevos indicadores y que la misma asociación adoptaría como emblema. Al mismo tiempo se editan gracias al apoyo de los ayuntamientos y empresas particulares 20.000 trípticos a todo color que sirvieron a numerosos caminantes para seguir siempre y sin problemas la Ruta a la Cueva la Santina. La publicación, que ya disponía de una pequeña relación de monumentos y lugares de interés, fue reeditada (…)
CONSIDERACIONES FINALES:
Aunque pueda resultar redundante con todo lo expresado anteriormente, tanto la Tertulia Cultural El Garrapiellu como las asociaciones y particulares que participaron y participan de esta inquietud siempre dejaron claro que no inventaron nada ni tampoco son los descubridores del Camín de Cuadonga, que como vinos tiene un origen remotísimo. La aportación hecha es precisamente la dicha, la señalización, divulgación y apoyo a esta vía senderista y de peregrinaciones con un éxito que a decir verdad en un principio nadie esperaba. Una labor en la que aparte de pintar flechas con trisqueles y espetar postes también estudia los muchos elementos interesantes que podemos encontrarnos y que se van publicando en artículos de prensa, programas, conferencias, coloquios y proyecciones (se han editado varios documentales y videos de la ruta) o en la edición de mapas y otras iniciativas. Para ello se cuenta con las opiniones y pareceres de vecinos, caminantes y peregrinos que puntualmente expresan públicamente o hacen llegar sus aportaciones y sugerencias. Los organismos públicos en su momento tomaron cartas en el asunto aunque tal vez es necesario volver a darles un toque de atención, dado su notable interés no solo ya en Asturias únicamente, pues su trascendencia ya sobrepasó hace tiempo las fronteras asturianas.
ARCHIVO DE PRENSA
Resumen
Y ahora seguimos con el archivo de prensa de aquella «decada prodigiosa» que fue el «rescate y puesta en valor» de la Travesía Andariega Xixón-Cuadonga, como se la conocía por entonces, mientras apuntamos el primer tramo de esta serie, el comienzo, o tal vez la «antesala del principio», la Senda del río Peñafrancia, el «prólogo» para llegar al Güeyu Deva:
SENDA DEL RÍO PEÑAFRANCIA: UN PRÓLOGO NATURAL PÀRA INICIAR EL CAMÍN XIXÓN-CUADONGA / GIJÓN-COVADONGA (2)
Les Mestes unión de los ríos Piles y Peñafrancia |
Diversos son los lugares donde podríamos, a nuestro albedrío, comenzar a caminar el Camín Xixón-Cuiadonga, en principio la máxima es que cualquier peregrinación se hace desde la puerta de casa. Desde el casco urbano gijonés varias son las alternativas para dirigirnos a Deva, donde comienza tradicionalmente la ruta. Antaño era común desplazarse en autobús, coche o taxi hasta El Güeyu Deva, nacimiento del río Peñafrancia y comienzo «espiritual» del camino propiamente dicho y su señalización o, de igual manera, hasta el Camping de Deva, tomando el antiguo camín real o Camín de Pión
Otros caminaban por la Carretera Villaviciosa, si bien con bastante riesgo, hasta el citado camping, y otros empleaban diferentes caminos locales por la zona rural gijonesa para dirigirse a la parroquia de Deva. Sin embargo, hace ya unos cuantos años, se ha abierto la famosa Senda del río Peñafrancia, dentro de la red de sendas verdes del concejo, la cual empieza en la rotonda de La Guía, donde antes estaba el famoso Puentín de La Guía, dando vista a Les Mestes, donde el río Peñafrancia desemboca en el Piles poco antes que este llegue al mar
Esto era tradicionalmente Puentín de La Guía, pequeño puente de acceso a la ciudad desde el Camín Real, sobre el río Piles y que dio nombre a un célebre chigre con bolera y merendero que existió hasta el reordinamiento viario y urbano que transformó este lugar como conexión con la Ronda Sur, paso de la Autovía del Cantábrico, que evitó que el tráfico se viese obligado a atravesar el casco urbano de la ciudad, si bien obligó a hacer enlaces y conexiones con ella, tal el que sale de esta rotonda y motivó su construcción
Aquí, mirando a la mesta o unión fluvial, está la escultura Sentimientos, de Manuel García Linares, que forma dos conjuntos, Esta primer escena representa a una mujer, un hombre, y un niño con una bicicleta, mirando al sur, hacia la mesta o unión del Piles con el Peñafrancia
Al fondo un tronco de árbol hueco con unas aves, gaviotas, situadas encima, con las alas extendidas.
Se trata de una de las primeras esculturas de este artista ya consagrado como excelente pintor, nacido en Navelgas, concejo de Tineo, en 1943, quien la realizó por encargo del Ministerio de Fomento para su instalación en el lugar
Enfrente, algunos chalets y viviendas unifamiliares con terrenos de huertas, jardines, frutales. Aquí la rotonda enlace con la autovía hizo desaparecer en 1996 uno de los merenderos más célebres de la ciudad, El Puentín de La Guía, con su campo y bolera en la ribera del Piles, establecimiento fundado en 1923 por el matrimonio de Balbino Suárez y Aurora Trabanco
En principio regentaban un café económico llamado La Puerta del Sol que desapareció al ensancharse el cauce del Piles, según nos informan los investigadores José Luix Carmona García y Luis Arias González en Comer fuera de casa: tres siglos de restauración gijonesa (1700-2000). A raíz de ello alquilaron una antigua fábrica de jabones y reemprendieron el negocio con las grandes novedades de la bolera, la cancha del juego de llave y los concursos de peonza
En los años 30 ofrecía tortilla española, escabeche, chorizos a la sidra y bocadillos. Al ser un merendero en el sentido genuino la gente podía traer la comida de casa y sentarse en las mesas y bancos junto al río, comprando aquí la bebida, sidra, vino y refrescos. En 1940 y tras fallecer Balbino su mujer siguió al frente del negocio con su hija Aurora
Más a lo lejos es obligado decir que vemos el Estadio de fútbol El Molinón-Enrique Castro Quini, en la gran explanada al otro lado del Piles, un verdadero «santuario» que trasciende a lo meramente deportivo, dada la fuerte implicación histórica y social del Real Sporting de Gijón con la ciudad y con toda Asturias
No están muy claras las fechas de su construcción, su nombre procede de la antigua existencia de un gran molino que funcionaba con el agua que le llegaba a lo largo de una canal desde el río Piles, pero por reseñas periodísticas en el diario El Comercio se sabe que ya en 1908 se disputaban partidos, haciendo de él el campo de fútbol profesional más antiguo de España. Es campo oficial del Sporting desde el año 1915
A lo largo de estos más de cien años el estadio fue ampliándose, reformándose y creciendo, en sucesivas ampliaciones, de las que algunas de las más llamativas fueron las acometidas para el Mundial de Fútbol de 1982, y más recientemente las de las obras de los años 2009 a 2011, con nuevas dependencias y un aumento del aforo de hasta 30.000 espectadores
Justo enfrente de la estatua, en la cuña de tierra situada entre ambos ríos y perteneciente a términos de la parroquia de Castiello Bernueces, vemos las instalaciones del Complejo Deportivo de Les Mestes, con su puente sobre el río, su hipódromo y pista de obstáculos, centro de renombradas competiciones internacionales, velódromo, estadio de fútbol americano y rugby, y pista independiente de atletismo
Y poco más allá están las instalaciones deportivas del Real Grupo Cultura Covadonga, justo en la vega situada al lado del Piles. Esta verdadera institución del deporte asturiano fue fundada en 1938, aún en plena guerra civil, y vino acá acabando los años sesenta del pasado siglo XX desde su primitiva sede en el barrio L’Arena, cerca de la playa
Esta es la unión de los dos cauces: el Piles que recibe a la izquierda al Peñafrancia, poco antes de desembocar en el Cantábrico. El lugar luce aquí con todo su esplendor en un cauce ancho y relativamente profundo, con vistosos saltos de agua que caen en cascada a manera de pequeñas presas que forman una bella estampa. Aquí arrancan dos sendas verdes gijonsas, la ya dicha del Peñafrancia y la fluvial del Piles, a la derecha que con diferentes ramales, se dirige al antiguo poblado minero y pozo de La Camocha
Antes, toda la ribera de piedras donde la vecindad acudía a hacer la colada se extendía hasta lo que ahora es el hipódromo y complejo deportivo que vemos al fondo. Al lugar se le llamaba El Requexu y era donde los chavales iban también a bañarse, antes que los cursos fluviales fuesen canalizados, pues a partir de aquí empezaba una zona de meandros y marismas hasta la desembocadura en la Playa de San Lorenzo, ahora canal recto, pero antaño era La Güelga, terrenos de ribera poblados de juncos y cañaverales hasta la desembocadura, atravesando La Ería’l Piles, donde la vecindad iba a por rozupa estrar la cuadra les vaques, hierbas plantas y vegetación empleada para mullir con algo blando el establo del ganado
Hace poco más de cien años, se aprovechó la llanura de esta espaciosa vega como aeródromo para exhibiciones aéreas, cuando el Círculo Mercantil contrató al aviador francés Leoncio Garnier, quien participaba con su avión en estos espectáculos por toda España (la aviación como tal aún no había cumplido la década de existencia desde que en 1903 los hermanos Wrigth hicieron volar su primitivo aeroplano). El día 4 de setiembre de 1910 empezaron estos eventos aeronáuticos, con importante afluencia de gentes de toda Asturias, pues solamente de Oviedo/Uviéu salió un tren con 21 vagones, al que hubo que añadir algunos más. El precio de la entrada fue una peseta pero problemas técnicos malograron la exhibición. No obstante, al año siguiente se llamó no solo a Garnier, sino a otros dos aviadores, Lacombe y Rankonet, para las fiestas de Begoña, en esta misma pista, esta vez con un gran éxito
Dos años después, el 19 de octubre de 1913, otro aviador, Salvador Hedilla, realiza otra demostración aérea en La Guía, pese al mal tiempo no quiere defraudar al nutrido público que viene a verle y protagoniza su espectáculo aeronáutico. Durante unas piruetas el motor del aparato se para pero logra aterrizar en la teyera o fábrica de ladrillos de Pepe Cuesta, en Ciares, para gran admiración de los miles de personas que acudieron a presenciar su actuación. Hedilla dona sus beneficios a la Asociación Gijonesa de Caridad y la prensa le colma de elogios
Un cuarto de siglo más tarde Les Mestes volvería a ser campo de aviación, pero para otros menesteres menos pacíficos. En plena guerra civil la república habilitó diversos aeródromos en Asturias, en el caso concreto de Gijón/Xixón se hizo especialmente necesario, al ser un objetivo fundamental del enemigo, tanto sus instalaciones portuarias como industriales e incluso la moral civil, ensayándose los tristemente célebres bombardeos de terror que serían la trágica característica de la II Guerra Mundial. Huvo un campo de aviación en El Valle (Carreño) y otros dos en Vega y Les Mestes (Xixón), este último fue la base de operaciones de una escuadrilla de aviones soviéticos «Poliakov», apodados «chatos» por su forma, que estaban al cargo del general Goriev. El campo fue bombardeado varias veces, así como sus inmediaciones
Alguno de nuestros informantes de Somió, que vivieron aquellos episodios, recuerdan la pericia de una piloto rusacomo verdadera «as del aire», «la única que valía», y es que de los otros pilotos no se decían buenas referencias sobre su maña con los aparatos, no sabemos si solo por su falta de destreza o porque, como corría el rumor y algo se escribió en su momento, alguien saboteaba los aviones. Sea como fuere lo cierto es que en el verano de 1937, cuando la situación del Frente Norte era desesperada, estos «chatos» hicieron una exhibición aérea para elevar la moral de la población que acabó en desastre, al ocurrir dos desgraciados accidentes, consiguiéndose un efecto desmoralizador totalmente contrario a lo que se pretendía. Los pilotos vivían en los llamados «chalets gemelos», enfrente deEl Campu la Guía. En la postguerra los usos de la planicie de Les Mestes dieron un giro completo: desde 1942 fueron sede del Concurso Hípico de Gijón
La Rotonda de La Guía desde la escultura Sentimientos. Más allá está el taller de la Cerámica La Guía, así como al lado el edificio de viviendas en el que estuvo la cuadra de vacas de Rubiera
Cuesta imaginarse cuando, aún no hace demasiado tiempo, esto era zona rural. Bien es verdad que, antes que se canalizase el río Piles
El Puentín se inundaba con crecidas y mareonas, ocasionando grandes problemas para poder pasar de un lado a otro. Hasta furagañes (pequeñas lubinas, morone labrax) se pescaban a veces, pues remontaban la corriente entrando al curso fluvial desde el mar
Por La Guía, Avenida del Jardín Botánico (izquierda de la foto), vienen los peregrinos que siguen el trazado oficial del Camino Norte de Santiago, otros en cambio desde el camping de Deva escogen esta misma Senda del Peñafrancia, pero en sentido inverso, que si bien no es un itinerario histórico, ofrece una alternativa directa y sin tráfico ni asfalto para llegar a la ciudad
Allí al lado de donde estaba la antigua capilla de La Guía, de gran tradición romera y con una advocación estrechamente vinculada a los caminos, estuvieron también la cuadra de Enrique y La Tiendina de Vitorina, que tenía comercio de ultramarinos y hacía espagetis, así como el taller de coches de Piñera
La Guía fue, y sigue siendo, importante zona de ocio y animación. Antigua entrada, o salida, a Gijón/Xixón por el este, paso del Camín Real y entrada de todo tipo de viajeros, mercancías, arrieros, peregrinos, etc. Ello favoreció que las primeras carreteras, como la de Villaviciosa, se trazasen por aquí, llegando luego el tranvía y más tarde el autobús. Desde hace ya bastante más de un siglo abrían numerosos bailes y merenderos, y en la actualidad abren sus puertas no pocos negocios hosteleros, bares y sidrerías principalmente, además de alguna tienda y quiosco
Pasando la escultura, acera adelante, arranca la Senda del Peñafrancia, que vamos a seguir para hacer ruta hacia Deva. Allí arranca la Avenida Justo del Castillo, enlace hacia la Autovía del Cantábrico, otra de las nuevas vías que transformaron el barrio de La Guía
Antaño, antes de la construcción de la Avenida, había prados, huertas y patios traseros de las casas de La Guía, que llegaban al río Peñafrancia ocupando toda la ribera. Hasta la orilla llagaban el baile del Ideal Rosales y El Prau la Vega, también el baile del Jai Alai y la huerta de la Casa l’Estanco
Pero nosotros no vamos propiamente hacia La Guía: tomamos la Senda del río Peñafrancia, paralela en este tramo a la Avenida Justo del Castillo
Aquí dejamos la acera y la avenida propiamente dicha para iniciar la Senda del río Peñafrancia
A la izquierda colonias de chalets en lo que fueron huertos de las casas y bailes. El Ideal Rosales fue, en los años el
Tik, famosa discoteca también desaparecida
La senda es muy frecuentada por corredores, ahora llamados
runners, caminantes, paseantes, ciclistas… al fondo una referencia muy importante
Es la la llamativa y altísima escultura
Hacia la Luzde Francisco Fresno,22 metros de acero cortén con un trabajo de formas y oquedades que se alzan monumentales en medio de otra rotonda. Pronto pasaremos a sus pies
En este tramo el camino en un sendero que discurre un poco más bajo que la avenida y un poco más alto que el Peñafrancia. Ahora el cauce está canalizado pero antes no era difícil cruzar el río, aprovechando que en
varano bajaba poca agua. y colarse en las competiciones del hipódromo para ver los campeonatos de saltos. Los jóvenes vigilaban que no estuviese en ese momento el guardia
A nuestra derecha, en la unión de los dos ríos, hay una isla fluvial con forma poligonal, bien protegida por altos muros y con árboles plantados. Al fondo, en el Piles, asoma el Grupo Covadonga
El río Peñafrancia era antaño denominado río Deva, nombre de la diosa céltica de la naturaleza de la que hablaremos cuando lleguemos al Güeyu Deva, final de esta senda y comienzo del Camín de Cuadonga. El cambio de denominación se produjo a consecuencia de una capìlla bajo la advocación de la Virgen de Peñafrancia, de la que también hemos de comentar algo en su momento, pues está muy vinculada a la Santina de Covadonga
A ambos lados del camino se han plantado varias especies arbóreas que mitigan el ruido del tráfico intensísimo que suele haber en la Avenida Justo del Castillo
Justo del Castillo y Quintana fue un ingeniero industrial gijonés santanderino que se asentó en Gijón en 1865, participando en numerosas iniciativas empresariales, sociales y culturales, siendo profesor del Instituto Jovellanos, director de la Escuela de Artes y Oficios Nocturnos, accionista y profesor del Ateneo Casino Obrero, propietario del balneario Las Carolinas y defensor de la construcción del gran puerto de Asturias en El Musel, firme
muselista en oposición a los
apagadoristas que preferían hacerlo a lo largo de la bahía al oeste de la villa gijonesa, por los arenales del Natahoyo y Mar de Pando. Falleció en 1912 y en 1950 ya se había aprobado dedicarle una calle, cosa que no sucedió hasta que se abrió esta avenida en 1989
Vemos la parte trasera de las gradas e instalaciones de Les Mestes
Los árboles floridos en primavera
Ya no se pescan
furagañes pero siempre pueden verse
muiles (
mujiles) coleando y, sobre todo,
coríos o patos silvestres
La senda sigue recta a la sombra de la arboleda
En estos campos e instalaciones de Les Mestes, la
Tertulia Cultural El Garrapiellu, promotora de la recuperación del camino a Covadonga, celebró en 1996 la primera edición de la
Olimpiada Asturiana de Deportes Autóctonos en 1996, que luego se
trasladaría al Muséu del Pueblu d’Asturies, en la ribera derecha del Piles, antes de su desembocadura
Sigue así la apacible y llana pista de zahorra
Altas alamedas…
Y prosigue nuestro cómodo caminar por este verdadero paseo en un vergel
La avenida con sus
caoches, justo a nuestra izquierda, pero nos pasa totalmente desapercibida
Un verdadero corredor vegetal y verde
Las ramas se juntan unas con otras…
Un verdadero túnel de arbolado…
La senda prosigue dibujando su larga recta
Escaleras de comunicación con la avenida, seguimos de frente
A lo lejos de nuevo la referencia visual de la gran escultura de F. Fresno
A la derecha las instalaciones del
Club Hípico Astur, popularmente
El Chas, por sus iniciales
Inconfundible por su caballo de Troya, hecho en madera
Hacia la Luz… y el
camín
Señalización de su rotonda y enlaces con la autovía, de frente, Viesques a la derecha, y el Hospital de Cabueñes y Santander por la N-634, lo que era la Carretera Villaviciosa y antigua Carretera de las Cinco Villas
Espesos matorrales
También en las riberas…
Ante nosotros el túnel bajo la Avenida de Albert Einstein
Oímos las rodadas de los vehículos sobre nuestras cabezas…
La senda pierde su recta: una leve curva a la izquierda…
Y a nuestra izquierda vista de la otra cara de la escultura,
cual verdadero monolito
Ahora otro túnel,
este bajo la dicha Avenida de Justo del Castillo y Quintana
Césped muy bien cuidado
Barandillas de madera…
Graffitis
Arte pictórico
Salimos del túnel
A nuestra izquierda, más allá de avenidas y rotondas los chalets de la Urbanización La Guía
El boscaje nos oculta ahora el río
Allí, al pie de los chalets, está el Parque de las Victimas del Terrorismo, inaugurado en 2008
Es otra de las confluencias en la tan transitada rotonda
Ahora un poco de subida
Apenas una leve cuesta…
Pero la suficiente para estar al nivel de la calle
Filas de árboles a los lados…
Es la gran explanada del Campus Universitario de Gijón, en términos que dan paso, dentro de esta parroquia de Somió, al barrio de Foxanes
El campus se construyó en terrenos de las parroquias gijonesas de Somió, Cabueñes y Castiello. Por proximidad geográfica ha sido mal llamado no pocas veces
Campus de Viesques, cuando ninguna de sus instalaciones está en este barrio, del que dista unos dos kilómetros
A lo lejos, más allá de la explanada, se reconoce a la izquierda el merendero La Casina, en la Avenida del Jardín Botánico-Carretera de Villaviciosa
En medio de la explanada destaca, ante nosotros, el edificio de la Escuela Superior de Marina Civil
Más antiguamente, las tierras pertenecían al Conde de Revillagigedo, cuya casa veremos en Deva, y había caserías, donde ahora se emplaza la popularmente conocida como
La Escuela Marina estuvo Casa Miguelón, y en la zona estaban también Casa Obdulia y Casa José Antonio
En la posguerra estos terrenos, y una gran extensión de llamado valle de Cabueñes, fueron adquiridos por la Fundación José Antonio Girón para formar parte de la Universidad Laboral, una iniciativa tendente a hacer equivaler las enseñanzas profesionales a las universitarias, la cual pasó por diferentes fases según los vaivenes políticos y sociales del régimen de Franco
De frente, una larga fila de edificios pertenecientes también al campus, sobre ellos asoma el
Monte Deva, monte totémico del que también habremos de hablar bien pronto, otra referencia geográfica que indica para donde van encaminados nuestros pasos
Ahora vemos, a la derecha de la Escuela de Marina, La Torre, la grande, altísima y emblemática torre de la mencionada
Con sus 130 metros de altitud es el edificio de piedra más alto de España y dispone de un impresionante mirador. Al lado la inmensa cúpula que guarda la iglesia, con un peso de unas dos mil trescientas toneladas que descansan sobre veinte pares de nervaduras de ladrillos cruzadas entre sí, las cuales aguantan por la estructura sin precisar columnas. La altura de la cúpula desde el suelo hasta el arranque de los arcos es de 25 metros, y de 33 hasta el centro del óculo. Se emplearon para hacerla 450.000 ladrillos cocidos en León y, a causa de haber cedido ligeramente, el
óculo no es capaz de iluminar el centro de la iglesia
Se atribuye a la iglesia ser realmente el elemento más espectacular de la universidad, popularmente llamada
La Uni, o
La Laboral, Se trata del edificio de planta elíptica más grande del mundo y una superficie de 807 m2
El Camino discurre por este verde prado, un tanto separado del río ahora
En el campus, la Facultad de Comercio, Turismo y Ciencias Sociales Jovellanos, la Escuela Politécnica de Ingeniería, y
la Escuelas Universitaria de Enfermería de Cabueñes, la de Relaciones Laborales y la de Trabajo Social.
Por aquí volvemos a acercarnos al río Peñafrancia
Vemos también las canchas deportivas del campus…
Un poco de ligera bajada…
Y ya estamos de nuevo en la orilla del río, tapado por el boscaje. Al otro lado, en términos de la parroquia de Castiello, la parcialmente cilíndrica estructura que tanto caracteriza a la Escuela Politécnica de Ingeniería, que sigue siendo conocida popularmente como
«Ingenieros» o
«La Escuela Ingenieros», a veces, como no, también llamada
«de Viesques», pese a no estar en Viesques, aunque sí es la parte más cercana a este barrio de todo el campus universitario
Cruzamos la calle
Blasco Garay, científico
espalol del siglo XVI. Un paso de peatones nos da sobrada preferencia pero estemos muy atentos, en ocasiones hay bastante tráfico, a veces incluso veloz
De nuevo, en la misma orilla del río…
Avanzamos hacia este bosquete
Ahora cruzamos otra calle, la Campus II
En la otra orilla no veremos lo que queda del antiguo Molín de Castro, uno de los que molían antiguamente con la fuerza del agua del Peñafrancia
Un caballo nos observa desde las fincas de la otra orilla
El camín va dejando atrás las zonas pobladas y se adentra en los bosques de ribera
Estamos en uno de los paisajes más característicos de esta senda del Peñafrancia
Seguimos en Somió, barrio de
Foxanes: al otro lado del río es la parroquia de Castiello, o Castiello Bernueces
Curva a la derecha…
Seguimos el curso del río, los también característicos meandros del Peñafrancia, que se forman en este tramo a la sombra de la arboleda ribereña, con muchos salgueros
Los
coríos silvestres, en este caso tres machos, fáciles de conocer por el intenso color verde oscuro brillante de su cabeza, con su collar blanco natural además, alrededor del cuello
Una baranda de madera nos separa del río…
Otro meandro. Antaño se pescaban reos y truchas
Enlaza con esta una senda que baja a la izquierda desde el campus
Pasamos bajo los altos edificios de las escuelas universitarias
Edificios que tapa parcialmente una plantación de altísimos eucaliptos
El camino es llano y así será durante un buen tramo, solo habrá alguna leve y corta subida un poco más adelante
Las torres del campus sobre nosotros
Un
raitán o petirrojo nos ve pasar…
Suele haber siempre bastante hojarasca por el suelo
Un pequeño terraplén nos separa del campus
Siguen los tramos de barandillas
El río, abajo a nuestra derecha
Todo de frente en esta hermosa sombra…
El camino se ensancha…
Una preciosa selva…
Inmersos en la naturaleza
Llegamos a una bifurcación
En en principio indistinto ir por la derecha o por la izquierda pues ambos ramales se unen un poco más allá, si bien a la derecha el camino sigue llano y sin necesidad de subir
Así continuamos bajo los árboles de la ribera
Troncos venerables
Deva, topónimo antiguo y original del Peñafrancia, es nombre de origen céltico, que denomina una diosa de la naturaleza de raíz indoeuropea, la
Gran Diosa Madre que da la vida, simbolizada en las aguas y el nacimiento de los ríos. Esta Diosa Madre de la Naturaleza (agua es germen de vida) quedó cristianizada en la advocación a la Virgen María, pues según el cristianismo es también una
Gran Madre del género humano
La adoración a Deva es un ejemplo de la veneración y el respeto de las antiguas culturas para con el entorno natural que hace posible la vida y de la que el agua es el principal fundamento. No es de extrañar que un elemento fecundador y femenino como es el agua quedase divinizado por un ser también femenino, Deva, y este fuese con el tiempo transformado o asimilado a nuevo nombre, aunque no de función, cuando una nueva religión se superpone a las anteriores. Tanto el río como su nacimiento en El Güeyu Deva (ojo del Deva), portan esta etimología, que también pasó a la parroquia y a la montaña
Hallamos Deva en numerosos topónimos, como la Isla la Deva casi enfrente de la desembocadura del Nalón, el río Deva que nace en el Monte Auseva en Covadonga, al otro lado de los Picos de Europa, o la parroquia de Deva, en Gijón, nombre antiguo de su río Peñafrancia, pero hay muchas más desde Europa hasta la India y entre ellos destacamos en Galicia el río Deva en Pontevedra, Deba en el País Vasco, que también denomina a un río y a una villa, el Deventer en Holanda, la ciudad de Devon y Devonshire en Inglaterra, las Divonna de Francia, Diviciacos, famoso druida galo; el Dvina, río de Rusia y Letonia, la Diva de los persas y un larguísimo etc que sería harto prolijo enumerar. También este culto a Deva parece estar muy emparentado con las creencias en los seres femeninos del agua y las cuevas que existen en la mitología de todas las culturas y que en Asturias están representados por las
xanas, que se aparecen en fuentes, ríos y lagos
En verano, la buena sombra arbórea alivia del calor y filtra la luz, siendo parajes de umbría, aún entonces reservas de humedad, incluso en las temporadas de
la seca o sequía. El otoño,
la seronda, viene a ser como una segunda primavera pues muchos árboles dan sus frutos y se mudan, en su manto antaño verde, a colores amarillos, ocres, pardos, rojos… como pintados por la paleta de un artista, tiñendo también el suelo de esa policromía, al desprenderse de su hojarasca
En verano, la buena sombra arbórea alivia del calor y filtra la luz, siendo parajes de umbría, aún entonces reservas de humedad, incluso en las temporadas de
la seca o sequía. El otoño,
la seronda, viene a ser como una segunda primavera pues muchos árboles dan sus frutos y se mudan, en su manto antaño verde, a colores amarillos, ocres, pardos, rojos… como pintados por la paleta de un artista, tiñendo también el suelo de esa policromía, al desprenderse de su hojarasca.
El bosque parece abrirse a un gran claro
Aquí vuelve a este el camino paralelo que en la bifurcación anterior subía un poco: nosotros vamos a la derecha
Son las instalaciones del
Campo Municipal de Golf El Tragamón. construido en 1994 en estas fincas que, como hemos dicho, fueron terrenos del Conde de Deva adquiridos para la Universidad Laboral cuya torre volvemos a ver al este
Habríamos de decir que los azulejos que recubren el interior de La Torre, como siempre se la ha llamado, son de Talavera de la Reina, todos pintados a mano y diferentes entre sí
Nos dirigimos al puente sobre el Peñafrancia
Aquí dejamos la parroquia de Somió y entramos en la de Castiello
Seguimos bordeando el campo de golf
En medio del campo de golf, restaurado y ampliado con nuevas dependencias, el antiguo Molín de Sarafín, escrito así, con «a», Sarafín, otro de los que molían con la fuerza del agua embalsada del río Peñafrancia, que llegaba a él por unos canales
A la derecha de la foto es el molino propiamente, que se ve tenía dos molares pues hay dos ojos, por donde bajaba el agua con fuerza haciendo girar el
rodendu o
rodeznu que movía la maquinaria y hacía girar las muelas de piedra
Aquí vamos separándonos del río. A nuestra derecha, entre los matorrales, baja el Regatu Samiguel, uno de sus afluentesEl hórreo, restaurado, donde antaño se almacenaba el grano…
Pasamos junto a la entrada al antiguo molino…
Y aquí está la Fuente’l Manolillo, donde muchos se detienen a hacer un alto en esta zona de descanso.
La fuente antigua estaba unos metros más, desapareciendo con la Autovía del Cantábrico
Un lugar encantador para detenerse un instante antes de iniciar una subida
Luego llega una de las pocas subidas de la Senda del Peñafrancia
Seguimos bordeando el campo de golf
Y en un par de zancadas llegamos enseguida a la Carretera’l Tragamón o Carretera La Isla
Volvemos a llanear ante los muros de la Quinta la Magdalena, que da nombre al lugar, La Madalena
Contemplamos, ahora desde lo alto, el campo de golf
El río, abajo a la izquierda, más allá del campo. Lo identificado por la línea de árboles
Seguimos caminando, paralelos a la carretera
Al otro lado del alto muro asoman las construcciones de La Madalena: la casa y la capilla
Por lo que se ve en su nave, canecillos y ábside, la capilla imita el arte románico. Esta dedicada naturalmente a María Magdalena
Por aquí llegamos a otros edificios y dependencia del campo de golf
A la izquierda las oficinas
De frente una panera
A la derecha, el portón y mansión de la Quinta la Magdalena
Pasamos junto a la panera
Y luego bajo este tendejón, improvisado refugio tantas veces cuando caen
bastiazos, fuertes lluvias repentinas
La Cafetería El Tragamón
Los aparcamientos
Entrada principal al campo El Tragamón. Atentos a las entradas y salidas de vehículos
Cruzamos y seguimos por la senda
El seto no separa de la carretera. Al otro lado las antiguas explotaciones agropecuarias de La Magdalena
Otra gran explanada de aparcamientos
La Torre, con su largo pararrayos, asoma sobre el bosque de ribera
Con prismáticos, llegaremos a ver bien la hora que es, marcada en sus relojes
A la derecha la magnífica entrada en forma de arco al
Llagar El Duque, famoso por su sidra y sus
espichas, fiestas gastronómicas con sidra escanciada del tonel
Admiramos la entrada al magnífico llagar, reformado en 2005. Todo el entorno es un gran jardín
Más explanadas y más aparcamientos
Este es el del campo de fútbol del
A la derecha la Urbanización El Tragamón. El abandono del campo y las labores ganaderas ha propiciado que las grandes fincas de pasto de antes fuesen vendias, parceladas y urbanizadas
Entrada al terreno de juego
El campo a la izquierda
Escudo del Arenal
Seguidamente otro campo, el de la Escuela de Fútbol El Tragamón
La pista sigue así recta
Seto a la derecha y alambrada a la izquierda
Área de descanso
Vemos el otro campo
Y entramos en la parroquia de Cabueñes por el barrio de Cefontes
Avanzamos todo recto
Y llegamos al muro de la parte más protegida del gran bosque y robledal de la famosa Carbayera’l Tragamón, integrada actualmente en el
Jardín Botánico Atlántico de Gijón, cuya entrada principal está enfrente de la Laboral, en la Carretera Villaviciosa
El Jardín Botánico se inauguró el 25 de abril del año 2003, tras un concurso internacional convocado por el Ayuntamiento, y se dispone en cuatro entornos diferentes, el Cantábrico, la Factoría Vegetal, el Jardín histórico de La Isla, antigua quinta de la que hablaremos seguidamente, y el Itinerario Atlántico, dispone del molino y quintana de Rionda, cafetería, centro de recepción y otras numerosas dependencias y detalles, entre los que se encuentran la antigua caseta de baños de la mansión y alguno de sus primitivos ingenios hidráulicos Son 250.000 metros cuadrados de los que buena parte eran del antiguo patronato de la Universidad Laboral y de la Quinta La Isla, siendo el primer jardín botánico del noroeste de España y el único especializado en vegetación y flora atlánticos, con más de 30.000 plantas de 2.000 especies diferentes. A lo largo de todo el año se ponen en marcha todo tipo de actividades dirigidas al público, cuenta con numerosas publicaciones, acoge presentaciones, conferencias y dispone de una Asociación de Amigos del Botánico fundada en el año 1999.
Al otro lado de la carretera vemos la Finca El Tragamón, donde está la
Champanera de Villaviciosa, fundada en 1921, con su llamativo edificio histórico, verjas, palmeras
En este momento el inmueble está abandonado
La finca nos sirve de referencia
Aquí la senda cruza la carretera, siempre prestando cuidado y atención
naves de almacenamiento, emblemática industria sidrera que, como El Duque, hace de este paraje y sus contornos sinónimo de sidra y llagares
La señalización confirma nuestra ruta por el Camín del Tragamón. A partir de aquí hay un buen trecho de caminos y carreteras vecinales donde pasan vehículos: precaución al caminar
Esta parte del Tragamón, más
humanizada, abierta y no incluida dentro del cercano jardín botánico, es conocida como La Carbayera los Maizales por su proximidad a un famoso merendero que funcionó hasta no hace demasiados años al otro lado del camino y que a la vez recogía el nombre de una zona que, tiempo atrás, era toda un campo de maíz
Parece ser que algunos retazos de
corteya, cortezas que asoman del suelo, son la señal de lo que queda de viejísimos
carbayones milenarios que aquí existieron
Más allá del Tragamón asoman los árboles de la Quinta la Isla, que fuese del industrial Florencio Valdés Menéndez, mecenas y emprendedor, nacido en 1836, de numerosas iniciativas de hondo calado para la ciudad de la que llegaría a ser alcalde (fundador del periódico El Comercio, impulsor del tranvía de Somio), así como el área de El Molín de Rionda, uno más de los molinos que trabajaban con el agua del Peñafrancia, el cual, con sus almacenes, panera y otras dependencias ha quedado integrado del Jardín Botánico uno de los espacios verdes y expositivos que más se han hecho en los últimos años con el cariño de vecinos y visitantes
Los Maizales es la parte más
humanizada de La Carbayera’l Tragamón, se trata de un paraje empleado tradicionalmente como lugar de asueto, ocio y esparcimiento
Los Maizales tiene una gran importancia dentro de la historia de la Transición en Asturias, pues desde los años 70 del pasado siglo XX se celebraba aquí el Día de la Cultura, al principio en plena dictadura
,una gran romería con fiesta y música en la que se reunía prácticamente toda la oposición al régimen
En estos campos cantaron
Carlos Rubiera y un ciento de artistas comprometidos en una celebración en la que estaban representados todos los partidos de izquierda, creándose un ambiente muy proclive para que se encontrasen muchos protagonistas que fueron indispensables para el nacimiento y formación de los nuevos movimientos sociales y políticos que consiguieron estar en primera línea con la definitiva caída del franquismo y la llegada de la democracia
Su gran promotor fue Óscar Roza Riera, natural de Cimavilla pero residente la mayor parte de su vida en El Natahoyo, donde participaba activamente en la sociedad cultural que llevaba el nombre de este histórico barrio obrero. Ilusionó a sus compañeros con la idea de una fiesta donde tuviesen cabida todos los colectivos sociales que estaban aglutinando nuevas formas de organización y trabajo fuera del aparato de la anquilosada y moribunda dictadura y sus organismos
El primer Día de la Cultura fue el 10 de septiembre de 1972 en esta misma carbayera, su éxito fue tal que pronto se adhirieron otras asociaones, durando hasta 1984. Hubo un intento de recuperarla recientemente pero este no fructificó
La Carbayera’l Tragamón fue declarada monumento natural en el año 2003 y además de
carbayos hay también
castañales
Algunos de estos árboles llegan a los 500 años de antigüedad, otros son ejemplares de entre 250 y 350 años, aprovechados tradicionalmente para leña y actualmente protegidos después de muchos años de abandono y vandalismo
Realmente no se sabe a ciencia cierta si son parte de una
carbayera más antigua y mucho más extensa o si son árboles más o menos aislados que crecieron en este lugar, aunque de buena parte de los actuales sí que hay testimonios que señalan que fueron plantados por mano humana entre los años 1600 y 1750.
Hubo talas hasta 1905, muchos árboles desaparecieron ese año y también en las grandes cortas de los siglos XVIII y XIX
Se sabe que en siglos pasados gran parte del actual concejo gijonés era un inmenso bosque de carbayos
El roble era en la sociedad céltica símbolo del poder de la naturaleza y era considerado
el rey del bosque. El muérdago o
arfueyu que en él crecía se cortaba con una hoz de oro había de cogerse con un paño y no dejarlo caer al suelo. Se trata de un símbolo mágico, curativo y medicinal basado en esta planta parásita que se alimenta de la savia del árbol, esto es, literalmente de su sangre. La esencia misma del árbol
No deja de ser un casi imposible tabú pues el oro en sí mismo no tendría fuerza para cortar nada, aunque sí podría ser cobre, metal también dorado y lleno de resonancias mitológicas, o bien un baño de oro sobre otro metal
Seguimos de frente, hacia un cruce. Caminamos hacia los portones, donde era Casa Dimas
Aquí está una de las entradas a una finca que fue adquirida para uso y disfrute público, añadida al gran espacio verde de El Tragamón. Llegados al cruce tomamos el camino de la derecha
Sigue este siendo el Camín del Tragamón, donde pisamos asfalto y pasan vehículos frecuentemente
La antigua entrada a la finca
Bancos de madera y lo que parece un tejo joven plantado hace poco
Quintas asomando a lo lejos
Pasamos junto a la Jardinería El Tragamón
Vistosos frutos de intenso color rojo
La nota más colorista de la naturaleza
Seguimos todo el muro de la finca La Roca
Llegamos a un cruce, viendo de nuevo al fondo el Monte Deva
Y seguimos a la izquierda
Atención a las señales
Seguimos en el Camín del Tragamón, con el Monte Deva (424 m) a lo lejos, orientando nuestros pasos
Y llegamos a la finca de Casa Rubiera o Antón de Medero
Un poco de cuesta
Admiramos la
pumarada de la finca. A lo lejos los altos de La Corolla y L’Infanzón
Allá de los
pumares la Casa’l Chuchu, a donde nos dirigimos
Otro poco de cuesta, junto al vallado. En la finca varios frutales
Plantación de platanales
Y los plátanos, con la planta que parece esbozar una sonrisa o una carcajada
Estos frutos, no comestibles, son ornamentales, como su planta
Cruce y a la izquierda
Vemos el hórreo
Y pasamos frente a la quintana de Casa Antón de Medero, Casa Rubiera
Figar o higuera
Pasamos a la altura de Casa Inocencio, en la finca a nuestra derecha
Y en la bifurcación bajamos a la izquierda por el Camín del Pozón
Aquí está la Casa’l Chuchu, que veíamos antes desde atrás
Bajando, pasamos junto al hórreo. Tras él, asoma La Laboral…
Admiramos una grandiosa vista del valle de Cabueñes, valle del río Peñafrancia, hacia cuya orilla reemprendemos el regreso
Si nos fijamos podremos llegar a divisar desde aquí el Hospital de Cabueñes, no muy lejos de la Universidad Laboral, gran centro sanitario que, como todo en este valle, está relacionado con la antigua fundación universitaria, pues se ideó en principio como un hospital para los alumnos de La Laboral, erigiéndose en una finca de Manuel Tuya, donde al no haber agua, se llevaba en toneles desdeel barrio de La Pontica, para hacer la pasta de cemento
Actualmente el Hospital de Cabueñes es centro asistencial del SESPA, Área V de Asturias (Xixón, Villaviciosa y Carreño) y está asociado a la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo
Según bajamos veremos más importantes referencias históricas y geográficas
En la distancia la
Quinta Duro, antigua casona señorial con casería, del siglo XVIII, adquirida en sus tiempos por
Pedro Duro, el gran pionero de la industrialización asturiana, fundador de la empresa Duro y Compañía en 1867, la Fabrica La Felguera, después
En nuestros días es hotel rural con jardín inglés
A la izquierda, prácticamente oculta por la maleza, es la Quinta Velázquez Duro, en la finca La Castañal, comprada por
Velázquez Duro, primer Marqués de La Felguera, en 1893 por 52. 500 pesetas. Estaba casado con Dolores Fernández Duro, nieta de Pedro Duro, y su titulo le fue otorgado por Alfonso XIII. Además de continuar su labor en Duro Felguera, fundó las empresas Tornillería del Nalón y Fábrica de Ladrillos RefractariosVivió en ella el aeronauta
Jesús Fernández Duro, nieto de Pedro Duro, famoso por sus viajes y travesías aéreas, fundador del Real Aero Club de España y nieto del empresario Pedro Duro.
Termina la bajada del Camín del Pozón
Prado arriba a nuestra derecha Casa Valentín Arce
Llegamos a la Carretera Santurio: vamos a la izquierda
Puente sobre el Regatu Santurio. Un arcén guardado por postes protege a los peatones
A la derecha el cierre de la Urbanización Quinta de CabueñesA la izquierda La Caleyina
Y el altísimo seto de La Mata
Aquí volvemos a la senda, paralela a la carretera
Las extensas vegas del Peñafrancia, en el valle de Cabueñes
Y en medio del valle, la omnipresente Universidad Laboral…
Como consecuencia de un gravísimo accidente en el que fallecieron ocho mineros de la Cuenca del Caudal en 1946, las autoridades ponen en marcha, en plena postguerra y auspiciadas por el subsecretario del Ministerio de Trabajo, Carlos Pinilla Turiño, un Orfanato Minero para hijos de trabajadores de la mina muertos en accidente, creándose como Fundación José Antonio Girón, entonces ministro de Trabajo, con un capital de 1.500.000 pesetas
La primer idea era que fuese una residencia con huerta, talleres, granja y canchas deportivas, para ello se compraron en este valle 1.544.572 metros cuadrados de terrenos, 381.551 con trámite de expropiación forzosa. Algunas de las caserías que desaparecieron fueronCasa’l Roxu, Casa Joselón, y Casa Portielles, donde estaba el pozo al que iban a por agua vecinos y vecinas de los alrededores
El lugar estaba bien situado, próximo a Gijón/Xixón y comunicado por la carretera de Villaviciosa, pero los habitantes del valle al principio quisieron oponerse, pese al peligro que entrañaba enfrentarse con las autoridades del régimen vencedor de la guerra civil: recibieron una notificación del Ayuntamiento en la que, sin aparecer la palabra «expropiación» se les decía que tenían que abandonar sus caserías y que se les iban a pagar 6.000 pesetas por cada día de bueyes. Había casas, huertas, pomaradas y pastos y aquel precio les resultaba injusto. Se unieron, tuvieron reuniones e incluso provistos de
trientes y otros aperos de labranza se concentraron en la zona de la Pecuaria de Somió para que los topógrafos no saliesen a medir el terreno. Aunque la Guardia Civil vigilaba no llegó a intervenir y los vecinos tuvieron finalmente que vender sus tierras, pero en unas condiciones más ventajosas. Los que más aguantaron llegaron hasta las 35.000 pesetas por
día gües, aunque pocos pudieron ver todo el dinero pues no eran los dueños sino los
llevadores de las fincas y caserías
De esta manera en 1946 arrancan unos trabajos que durarán una década, encargándose el proyecto a un equipo de arquitectos dirigido por Luis Moya Blanco y entre los que estaban su hermano Ramiro, José Marcelino Díaz Cantelo, Pedro Rodriguez de la Puente, Enrique Huidobro Pardo, junto con los mejores especialistas de la época en escultura, pintura, mosaicos, jardinería, ingeniería agrónoma, etc. Pero luego los vaivenes políticos y sociales harían variar la filosofía con la que nació el centro, al anunciar Girón en abril de 1950 la creación de centros de formación para hijos de trabajadores, a similitud de la Universidad del Trabajo Paul Pastur de Charleroy, en Bélgica
De Orfanato Minero el edificio pasaría entonces a ser la primerUniversidad Laboralde las creadas en España. Las primeras obras constructivas empezaron en 1948, los primeros alumnos llegaron en 1955 y los trabajos finalizaron el día 25 de febrero de 1957, al ser cesado Girón y reemplazado por Fermín Sanz Orrio, quedando pendientes entonces el remate de algunas labores. Tras un primer rectorado de Valentín García Rodríguez, amigo de Girón, la Compañía de Jesús estuvo al cargo de las clases y la dirección, la intendencia fue para las monjas Clarisas y en 1978 esta dirección y enseñanzas pasaron a personal docente de las Universidades Laborales
Los primeros alumnos del año 1955 estaban relacionados principalmente con la Construcción y otros a las Artes Gráficas. En 1956-57 llegó la Formación Profesional, Bachillerato Laboral y Peritaje Industrial, en 1972-73 BUP, COU, Pre-Cou y Ciencias de Formación Empresarial, luego en 1975 vino la Formación Profesional de Primer y Segundo Grado y en 1976-77 es Centro Asociado a la UNED Actualmente sus dependencias albergan entidades como Laboral Ciudad de la Cultura, Facultad de Comercio, Turismo y Ciencias Sociales Jovellanos, Laboral Centro de Arte y Creación Industrial, sede de la multinacional ThyssenKrupp Elevator, Televisión del Principado de Asturias, y otras iniciativas
Desde la senda destaca su figura de superficie alargada, Luis Moya quiso que la entrada estuviese en la parte más alejada de la ciudad (a la derecha de la foto, para que el conjunto fuese contemplado en su integridad por todos los que accediesen a él, pero es la altura de su torre la que causa más admiración, imitando a la Giralda de Sevilla es el edificio más alto de Asturias y el más alto de España en piedra, disponiendo de ascensor hasta el mirador en ella ubicado, también vemos la inmensa cúpula de su iglesia, la más grande del mundo en planta elíptica como hemos dicho, y la torre-puerta, ente otros de sus espectaculares elementos constructivos
Entre nosotros y la Universidad Laboral se alza la Casona los Cifuentes con la capilla de Nuestra Señora de la Corrada
Popularmente conocida como Capilla la Corrada (corrada es el espacio enfrente de la casa campesina) es del siglo XVI, aunque por su fábrica no se descarta que pudiese ser parte de una fundación medieval más antigua
La capilla formaba parte de La Casona los Cifuentes, una quintana hermosa, con vivienda restaurada, paneras, y cuadras, todo ello con escudos y blasones de esta estirpe, originaria de este valle y en concreto de este barrio de Cefontes, con el que está vinculado su apellido,
«cien fuentes»…
Según contemplamos La Laboral y su entorno seguimos avanzando por la Senda
Más a la izquierda, junto a la Quinta la Isla, otro llagar: el de Sidra Gil
El Campu l’Horru, Casa Ana y Casa Mari Paz, antigua Casa los Torrexones, en el lugar llamado El Campu l’Horru, no muy lejos del famoso llagar y sidrería de
Volvemos a salir a la Carretera Santurio
La cruzamos aquí con mucho cuidado y seguimos de frente por el Camín del Río, que nos devolverá a la ribera del Peñafrancia
Pasamos junto a esta plantación de frutales y gallinero en El Campu l’Horru
Más allá las huertas
Seguimos en el Camín del Río
Más vistas de La Laboral y el valle de Cabueñes
Quizás en alguno de estos campos se plantó remolacha para la
Azucarera Asturiana de Veriña, y tabaco para la
fábrica de Cimavilla. Los agricultores recibían la semilla del tabaco y después habían de vender las hojas al Estado, por un precio fijado de antemano, pues era un monopolio; estaba prohibido hacer más de un corte a la planta porque el segundo era de mala calidad, pero se hacía, llegando a venir gente especialista desde Cuba, eran los años del estraperlo y con las hojas del segundo corte se elaboraban artesanalmente puros para posteriormente venderlos en la ciudad, quedando aún, en algún campo de Cabueñes, alguna planta tabaquera que crece de manera silvestre, como símbolo de toda una épocaEn la lejanía, junto a la carretera de Villaviciosa, está la Casa Adolfo,mirando para los edificios del Parque Científico Tecnológico, el único de España impulsado totalmente por un Ayuntamiento e inaugurado en el año 2000 en terrenos que fueron también de la Universidad LaboralToda esta zona entre Somió, Cabueñes y Castiello donde se edificaron estos centros educativos, culturales, científicos, sanitarios y tecnológicos, reaprovechando terrenos y dependencias de la Universidad Laboral, recibe el nombre de «La Milla del Conocimiento»
Finca los Abuelos…
Y Villa Ascensión, en el lugar llamado El Xigal
Tras la casa, cruce y a la izquierda
Ya estamos de nuevo en las orillas del Peñafrancia
Aquí vemos el porqué del topónimo El Xigal, esto son
xigues, xigos, o
guixos, piedrecillas sueltas, esto es, guijarros
Una pontica sobre el río, pequeño puente-pasarela
Nada más pasar, a la derecha
Y la Senda del Río Peñafrancia vuelve a ser plenamente merecedora de este nombre, al borde del agua y siguiendo los meandros del curso fluvial
Buena pista de zahorra o
grijo
En esta finca, tapada actualmente por los árboles, está La Torre Gregorio que, aunque oculta por este manto verde, no hemos de dejar de reseñar que fue casona solariega de los García de Jove, de primeros del siglo XVII, con capilla dedicada a San Gregorio. Tras ella, tampoco la vemos desde aquí, está la carretera N-632, la siempre conocida popularmene como
«carretera antigua de Villaviciosa»
El camino avanza entre el seto de la finca y el río…
Y se adentra de nuevo en la boscosa ribera
Frescor de agua y sombra…
Árboles venerables…
Todo firme llano
Otra finca vallada…
Y el Peñafrancia siempre a la derecha…
Unos bellos parajes para comenzar con muy buen ambiente natural el
Camín a Cuadonga
El lecho del río y sus
xigales
Salimos a una gran finca, viendo enfrente los altos muros de La Castañal
En medio del campo una construcción
Es el antiguo Molín de Lucinda, otro más de los que trabajaban con el agua canalizada del río Peñafrancia que iba hacia ellos
Es toda una quintana con molino, casa, hórreo y huertas, solar de antiguos
moliñeros y moliñeres, en aquellos tiempos en el que el panchón de trigo o la boroña de maíz se hacían en casa,
arroxando na forna, siendo continuo el trasiego de gente a las moliendas, con el grano llevado en sacos, cargado en burros, o
a recostines, a la espalda
Bordeamos así toda la finca del molino, siempre junto al río
Gruesas ramas sobre la senda
Otra vista del molino y sus dependencias, bellamente restauradas
Y entramos en la parte de la finca La Castañal integrada en la Senda del río Peñafrancia
Hay bancos para sentarse al lado del camino
Entre la arboleda ribereña hay varios árboles exóticos plantados en su momento por los dueños de la finca, entre ellos destaca un ciprés de Lawson, especie traída de Oregón, en los Estados Unidos
Un hermoso puente peatonal pasa a la finca privada, cerrada con portón pero donde podemos ver desde aquí un hórreo, y varios árboles y arbustos, así como altos y llamativos juncos dispuestos en
xunqueres
y cañaverales.
Un viejo muro de piedras compone la antigua canalización del río contra las crecidas
Más allá del hórreo las arboledas de la Quinta de los Velázquez Duro, de la que hablábamos antes bajando por El Charcón
Y llegamos a la salida de la finca…
A la derecha una fuente…
Saliendo de la quinta nos fijaremos en el río
Aquí, pasando casi desapercibida, está una de las fuentes históricas de Cabueñes, la Fuente la Castañal
Y ahora llegamos a la Carretera del Trole
Iremos a la izquierda: merece la pena cruzar con cuidado al otro lado de la calzada
Entramos en el barrio de La Pontica, donde pasamos el puente sobre el río: de frente el Llavaderu la Castañal y, a la izquierda, el Llagar El Trole. Hacia allí nos encaminamos
Desde del puente vemos La Charca, un rincón lleno de encanto entre el río y el lavadero, donde sale al río la canal que le devuelve el agua que hacía funcionar la molienda del Molín de Valienta o de Pepín de la Isla, que enseguida conoceremos. Es un buen lugar también para hacer un alto, si se tercia
Y el lavadero, al que antaño se acudía a hacer la colada cuando aún no se tenía agua corriente en las casas
El Llagar El Trole, fundado en el año 1935 y adquirido en 1970 por Amadory María Herminia, quienes empezaron a hacerlo famoso por sus renombradísimas
espichas. La
espicha es una fiesta con sidra, en la que además de beber se come, principalmente tortillas, huevos cocidos, chorizo, jamón,
llacón, etcEn realidad el término alude a la «espita»(asturiano
espicha) que cierra el orificio de los toneles de sidra, por eso la acción de abrirlo es
espichar En la vieja sociedad rural los vecinos iban de casa en casa ayudando en su elaboración y después hacían el mismo periplo probando la sidra,
la preba, de los diferentes llagares, esto fue el origen de la
espicha, que
siguió evolucionando hasta ser como hoy la conocemos, donde la gente se reúne, por lo general comiendo de pie aunque siempre hay unas sillas dispuestas donde quien quiere se sienta y se levanta ocasionalmente, mientras los camareros
espichan la sidra de los propios toneles. No resulta difícil que se contrate algún gaitero que amenice la velada y raro es que no se termine cantando, existiendo numerosas composiciones especiales para la ocasión, muchas de ellas recopiladas ahora en libros y discos de
cantares de sidra y chigre.
Caminos bajo una majestuosa fila de
carbayos, pero pronto dejaremos la carretera
Aquí cruzaremos a la derecha
Y tomamos el Camín del Molín de Valienta
Altos setos encajonan el molino entre las fincas mientras nos separamos ligeramente del río
Luego un muro, con parra, y unas rosaledas
Y este es le mencionado Molín de Valienta o de Pepe la Isla: a la derecha la casa, pegada a ella el molino
Ya no se trae grano a moler, los molinos hace tiempo dejaron de funcionar, Estos eran
de maquilar, es decir, privados, donde los dueños cobraban una medida de lo molido,
la maquila, en unidades denominadas celemín, En otros lugares existieron también los de
vecera, o propiedad de varios vecinos que tenían
«la vez», de ahí
«vecera», esto es, días señalados para moler cada uno, por veces o turnos
La portilla de la finca del molino y el hórreo
El hórreo, almacén del grano apartado sobre pilares de las humedades, insectos y,sobre todo, roedores, a ras de suelo, una construcción tan ancestral como actual e inteligente. Este es de corredor, si bien un faldón cubre el pasillo que mira al
camín
Transcribo aquí lo
«escrito por quien esto escribe» en el libro
Rutas para conocer el concejo de Gijón:«Antes de los molinos de agua se molía en morteros de mano, piedras en las que se hacía un hueco y en él se machacaba el grano, muchas son mismamente de época perromana y no es demasiado difícil que las podamos ver en alguna quintana reconvertidas en bebederos pa les pites, pequeños abrevaderos para las gallinas, en medio de los gallineros Es factible que ya en el tiempo de la dominación romana existiese algún molino hidráulico que emplease la fuerza motriz del agua para hacer girar toda la maquinaria, pero indudablemente muchos se construyeron en la Edad Media. Se molía lo que se plantaba: trigo, escanda, mijo, centeno…pero con la llegada del maíz de las américas la molienda prosperó, desde los siglos XVII ó XVIII los molinos se propagaron grandemente por toda la red fluvial hasta en los ríos y regueros más pequeños. La importancia del pan era tal que se llegó a crear toda una cultura con él relacionada, desde su cultivo hasta la elaboración y consumo, desde los usos y utensilios hasta los esconxuros y oraciones, no faltando las casi siempre pícaras historias, canciones, refranes de las horas pasadas, muchas nocturnas, con el trabajo de moler en los molinosEn el siglo XX, sobre todo pasada la posguerra, se popularizaron en muchas caserías los molinos eléctricos, por lo que ya no era necesario emprender cada pocos días el proceso de llevar los sacos de grano al molino, sino que ya se molía en casa. Después las tahonas, panaderías y obradores empezaron a repartir el pan por las aldeas, con lo que ya se hacía un trabajo menos Más adelante la implantación de impuestos especiales como actividad industrial hizo parar la muelas de muchos de los que aún quedaban trabajando. Hoy en día en Asturias aún muelen unos pocos, algunos de ellos especializados en productos de calidad o integrados en establecimientos hosteleros y comerciales. Otros no muelen pero los dueños han conservado su maquinaria y estructura, buena parte han sido readaptados a las viviendas, como habitación o almacén. En muchos concejos se han abierto y promocionado sendas turísticas por el cauce de los ríos molineros, esta es una de ellas, pues aunque no nació exactamente como «ruta de molinos», al seguir las riberas de un río, nos encontramos varios de ellos, al menos sus canales y edificios externos o quintanas contiguas, otros, como el de Rionda (Jardín Botánico), transformados en espacio museístico»
Y esta es
«la canal«,
la canal del molín, que trae el agua que se embalsa para que funcione y gire todo el sistema hidráulico del molino, bajo las ramas de la figar. Una sensación de la que también quisimos escribir en el citado libro:
«Pasado El Molín de Valienta, una higuera nos ofrece su sombra sobre el camino y sus figos, sabrosos, endulzarán nuestro paladar en el otoño»
La senda se estrecha un poco en este punto, al lado de la canal, según se va acercando, paso a paso, a su destino, ahora bajo los castaños o castañales, que tantas hambres o fames quitaron también en el pasado. No olvidemos que, según el Derecho de Poznera, recogido jurídicamente en el Derecho Consetudinario asturiano, los frutos caídos a la vía pública son públicos. Mismamente, antes que se popularizasen las patatas traídas de América, los potes eran de castañas, aún se pueden probar en algunas zonas y lugares, o en determinadas jornadas gastronómicas
Caseta de aperos…
Bifurcación y a la derecha, según reza el indicador, y según se ve en el camino, màs pisado y trillado
Llegamos ahora a la finca del Centro de Formación Laboral Ocupacional y el Aulario Agrario, con sus huertas e invernaderos, separados de la senda por este alambrado con red
A la derecha el seto silvestre, la sebe o matu
La canal del molín sigue a nuestra derecha, aunque no la veamos, cubierta por la vegetación
Los grandes invernaderos del aulario asoman sobre el cierre de su finca
Vega del Peñafrancia: hasta aquí llega la finca del molino…
Más invernaderos
Y una vez más, de nuevo junto al Peñafrancia, por aquí está El Pielgu, al presa donde se desviaba parte del agua para canalizarla al molín, una parte del río donde los hombres y chavales iban a bañarse (las mujeres solían llevar el agua en un balde para hacerlo en casa). Incluso en meses del invierno como enero o febrero no faltaba al menos un día a la semana, corrientemente los sábados, para ir a zambullirse al Peñafrancia. Los cuartos de baño eran un lujo impensable que nada más existía en las quintas y mansiones más pudientes.Al no disponerse aún de agua corriente también se venía a traer el ganado para que abrevase.
Por eso, cuando el agua llegó a todas las viviendas, el poder disponer de ella a domicilio y en la casería fue uno de los mayores bienes que se recuerdan en las parroquias rurales, al unirse el vecindario normalmente en cooperativas para aprovechar los manantiales y recursos acuíferos del entorno, o bien para
enganchar directamente a la EMA o Empresa Municipal de Aguas. Luego llegaría la lavadora, y el pesado recorrido, a veces con bastantes distancias hacia los lavaderos o las piedras del río, para hacer la colada y morirse de frío con el agua helada gran parte del año, también pasó al recuerdo.
Alta mata de arbustos que nos separa del cauce…
El
camín se estrecha
Llegamos al Camín de la Maquila y continuamos a la izquierda. Estamos a la altura del vivero municipal, donde, como nos dicen los vecinos,
«les flores de Xixón nacen en Cabueñes«, plantas y flores para los jardines, plazas, avenidas y zonas verdes de todo el concejo. El topónimo del camino hace referencia a esa
maquila o parte de la molienda con la que se pagaba a los antiguos
moliñeros y moliñeres. En esta zona y en sus contornos se organizaban antaño las giras o comidas campestres de El Castañéu la Vega, en verano y con muchísima afluencia, música, bailes y
«hasta
echaben la comedia«, a base de festivas representaciones teatrales. Su éxito llegó a compararse con el de la romería de Granda y se hizo popular una copla que inmortalizaba a sus grandes promotores.
«Aquí van los cinco más alegres
Pepe la Bodega
Pepe la Parrala
Luisón el de Xico
Jaime y Andresón.»
Seguidamente y apenas dados dos pasos en esta bifurcación iremos a la derecha
De frente las grandes arboledas de las quintas sobre la Carretera Deva
A la derecha, en esta vega del Peñafrancia, la Casa Segundo’l Molín que, como su nombre indica, también fue molino
Otra hermosa quintana asturiana con casa, hórreo, huertas y prados de pasto y siega
Y salimos a la Carretera Deva, que desde El Cruce, en la Carretera Villaviciosa, enlaza con la iglesia y El Güeyu Deva, el nacimiento del río Peñafrancia. A la izquierda los altos
matos y arboledas de la Quinta Vereterra, actualmente La Quinta del Ynfanzón, prestigioso establecimiento hostelero que ha recuperado una casona de 1852, la cual no vemos desde aquí, pues la entrada queda un poco más atrás
Cerca ya del final de la senda, esta discurrirá ya en todo momento en paralelo a la carretera, a la izquierda, y al río, a la derecha. En este tramo entraríamos en la parroquia de Deva por el barrio de La Reguera
A nuestra izquierda es el Camín del Pasadiellu, que comunica con el
Camping Deva, un lugar donde pernoctan muchos peregrinos del Camino Norte de Santiago
En las cercanías existen pues varios
chigres y
merenderos, renombrados establecimientos hosteleros de cocina asturiana, a bastante buen precio, los más con instalaciones también al aire libre
En la siguiente curva nos separamos de la carretera unos metros para pasar bajo la
Autovía del Cantábrico (A-8) y su enlace con esta carretera
Caminamos pues por la alameda de la ribera
Nos adentramos en el túnel bajo la autovíaLa senda y el río en la iluminada galería
Y salimos al otro lado subiendo un poco
Y ya estamos otra vez junto a la Carretera Deva, con el Monte Deva de frente, cima totémica de túmulos y dólmenes megalíticos, ahora recuperada con repoblaciones de arbolado y áreas recreativas y naturales protegidas, observatorio astronómico, aula de la naturaleza, etc
Aquí empieza el gran muro de la Quinta’l Conde, la extensa finca de los condes de Revillagigedo, a nuestra izquierda
Ahora esta hermosa vega a nuestra derecha nos separa del río: La Ferrería, topónimo que delata la existencia de una antigua fragua y molino
Hay un área de descanso y de juegos infantiles. Mirando a la senda un monolito
Con una placa dedicada a Marino Solar Menéndez, Marino el Alcalde, coofundador de la Cooperativa de Aguas de Deva en 1967 y de la asociación de vecinos en 1979, así como delegado de la Alcaldía
En La Ferrería han sido plantados varios árboles aútóctonos
Paso continuo de paseantes y ciclistas…
A la derecha está Casa Eugenio’l Molín, El Molín de Deva, también conocida como Casa Anita’l Molín, útimo antiguo molino que nos vamos a encontrar en este maravilloso recorrido, más antiguamente aún de Robustiano y Generosa, donde en la actualidad vive Roberto Solar, gran informante en nuestras andanzas por Deva y alma-mater de la comisión de fiestas. Es una de las pocas caserías con ganado que quedan en esta parroquia que pasó en pocas décadas de ser rural a convertirse en netamente residencial. Aquí vivía también su hermano Larso, quien se hizo famoso por todas las fiestas al construir, pieza a pieza, una gramola, que llevaba contratada de romería en romería
Cruzamos El Camín del Molín, cerca de uno de esos bares-restaurante-merendero que dan fama a la parroquia por su estupenda gastronomía, con gran comedor y amplio merendero, El Rinconín de Deva, antes Casa Marino y Josefa, quienes lo fundaron en 1968, y que comenzó siendo, como su nombre indica, un rinconín muy pequeño, para transformarse en el espacioso local que es ahora, así como todo su amplio entorno
Camino ya de la iglesia hay un conjunto de varios carbayones en fila a lo largo de la senda y la carretera, catalogados dentro de los árboles notables del concejo. De altura tienen entre los 13 y los 17 metros y el tronco abarca entre 3,40 y 4,40 de grosor
Carretera por la que antes tanto circulaba Alicio’l Lecheru, que bajaba de Pión, con su camioneta cargada de latas y calderos. para llevar la leche de las entonces numerosas caserías de Deva a venderla al gijonés Mercado del Sur
Alguna vez debió bajar gente en la camioneta de Alicio, constituyendo el primer transporte a motor que hubo en Deva para desplazarse a Gijón/Xixón, pues antes o se iba andando, o en burro, o en xarré o carruaje de caballos, pocos eran los que tenían bicicleta de aquella
La primera línea regular de autobuses fue la de Cele, que llegaba hasta El Cruce, pero después a veces seguía hasta Deva por esta misma carretera, que eran un par de kilómetros más, pues tenía aquí una hermana.
La senda da vista a la derecha a una buena finca en la vega del valle, con prau y pumarada, pomaradas de manzana de sidra.
Al fondo es El Valliquín, con sus casas y parcelas que suben hacia el barrio de San Antonio, donde existe una capilla dedicada a este santo, de honda tradición en Deva, perteneciente a La Quinta La Torre, dedicada al turismo rural, la cual aunque próxima, no divisamos convenientemente desde este tramo
Pasamos entre estos venerables carbayos…
Algunos ejemplares secos han sido talados
El tronco de este está hueco pero su ramaje es frondoso
Así será como lleguemos a la grandiosa entrada a La Quinta’l Conde, que vemos a la izquierda, a la otra vereda de la carretera
Aquí el muro es más alto. tiene forma semicircular y presenta almenas
La fina es enorme y tiene árboles y jardines. El palacio está al fondo
En medio está la portada de acceso con su gran arcada en la que en su parte superior ostenta los escudos nobiliarios
Una estirpe que arranca con los Revillagigedo como parte de la casa de los Ramírez-Jove y que llegarían a Deva hace unos quinientos años, a principios del siglo XVI, cuando Juan García de Jove va a adquirir…
«la casa de Arnado en Deva, con todos sus edificios y dos orrios y el molino debajo de ella, con la Torre de Deva, heredades, llantados, huertos, naranjos y limones, con los montes de Grandeño y más que en dicha parroquia pertenecen al vendedor, Miguel de Valdés, por herencia de sus padres y por la del bachiller de Gijón su abuelo…»
Tras admirar esta gran puerta seguimos por la senda siempre paralelos a la carretera
Hay también varias farolas
Vemos al sur el Monte Deva (424 m), espacio natural recuperado. existen en su cima zonas de repoblación forestal, áreas recreativas y campos de túmulos. Al otro lado del monte, por el valle de Riosecu, el río de este nombre discurre subterráneo y parte de sus aguas discurren por los sumideros bajo la montaña para dar nacimiento al río Peñafrancia o río Deva, en El Güeyu Deva, hacia donde nos dirigimos
Los carbayos, como guardianes del camino… en fila
Algunos árboles han sido podados. No era infrecuente que con los temporales cayesen algunas ramas
Y avanzamos todo recto
Contemplando esta hermosa vega del Peñafrancia
En algunos tramos aún podremos reconocer, pegado a la derecha del suelo del camino, el surco de la canal que traía el agua del río desde su nacimiento en El Güeyu Deva hasta El Molín de Deva
El largo muro de la Quinta sigue extendiéndose en paralelo a nuestra izquierda
Aquí el grueso muro presenta una especie de ventanucos a ras de suelo a manera de desagüe
Desde alguno de ellos podemos ver los edificios principales del conjunto palacial
Andamos unos metros más…
Y ya empezamos a ver el edificio de la iglesia parroquial…
La iglesia parroquial de San Salvador de Deva, sita a nuesta izquierda, mirando hacia la carretera y la senda, reconstruida enteramente después de la guerra civil. Esta iglesia fue fundada como monasterio por la reina Velasquita, primera esposa de Bermudo II rey de Asturias y León, poco después de comenzar su reinado hacia el año 984. Siete años después, a finales de 991, su marido la repudia al no tener hijos varones y ella pasa a residir en el convento de San Pelayo, el de las célebres Pelayas, en Oviedo/Uviéu, rechazada por su marido como tantas otras reina de aquel entonces a causa de problemas de descendencia, un mundo de estrategias políticas en el que el amor se dejaba absolutamente de lado en cuanto acontecían asuntos dinásticos
De todas formas Velasquita tampoco habría de quedarse muda y en sus años de vida en Las Pelayas transmitió a todas las personas influyentes de su entorno un juicio nefasto de Bermudo II. El entonces obispo Pelayo tampoco vería muy bien el segundo matrimonio del rey con Elvira, que sería la nueva reina, y por todo ello iba a escribir en su crónica una visión sumamente negativa de su reinado, que sería el origen de la leyenda negra que acompañó a la biografía de este monarca hasta nuestros días
Del año 1006 se conserva un documento, de fecha 29 de agosto, guardado en el Libro de los Testamentos de la catedral de por el que Velasquita, hace donación de San Salvador de Deva a favor de la iglesia de San Salvador de Oviedo/Uviéu. Este libro tiene la sospecha, por no decir certeza, que es una falsificación del mencionado obispo Pelayo, todo o en parte, pero la fecha concuerda con los años posteriores a la fundación del cenobio, si bien teóricamente Velasquita ya estaría retirada de los asuntos cortesanos, aunque dadas las circunstancias tampoco sería imposible que pudiese seguir ejerciendo cierta autoridad, al menos sobre lugares como este de su fundación
Del viejo monasterio apenas quedan unas porciones muy concretas tras 1000 años de reformas y destrucciones. Una de ellas podremos verla en la pared norte, a la que podemos acceder por este prado cerrado a la izquierda del templo
Sino está abierta la portilla es posible reconocer esos detalles desde la tapia
En esta pared norte, dentro del cabildo, aquí cerrado por verja, una artística arquería ciega de piedra y el arranque de otra
¿Pero si el Libro de los Testamentos puede ser una falsificación total o parcial, qué verosimilitud tendría la fundación por Velasquita?. Para ello hemos de pasar al muro sur, donde está la estela de consagración, con muchos más visos de realidad
Dado que el pórtico suele estar cerrado, podemos arrimarnos bien por el paso con pivotes justo enfrente de la fachada oeste para no tener que volver a cruzar la carretera. Tengamos siempre cuidado, en ciertos momentos puede haber bastante tráfico pues Deva es una parroquia muy visitada, célebre por su gastronomía y merenderos
Así entramos al campo de la iglesia y nos acercamos a la parte sur del pórtico
Allí está ahora la puerta principal al interior del templo. Al oeste hay otra, sucesora sin duda de una desaparecida portada románica o prerrománica, pero es esta del sur la que más se emplea en la actualidad, comunicación directa con el campo de la iglesia
Y allí, sobre la puerta principal, veremos la estela de consagración de San Salvador de Deva, aparecida en pedazos después de la guerra civil y después recompuesta y colocada en este lugar
Gracias a ella podemos saber la fecha hacia la que se fundó el monasterio y el nombre de su benefactora. El texto, escrito en latín medieval, está guardado por la cruz asturiana con el alfa y omega, y dice así…
«HINC NOMINE DOMINI IHESUCRISTI PRO CUIUS AMORE VELASQUITAE REGINAE PROLIS RAMIRI EDIFICABIT TEMPLUM DOMINI SANCTI SALVATORIS ET RELIQUIE QUI
HIC SUN RECONDITE UT IN SINU SANCTE RECIPIAT PREMIA DIGNA ET IC FELICITER VIVAT ET REGNUM DEI POSSIDEANT AMEN, QUO CONSECRATUM EST TEMPLUM HOC»
La posible traducción, que como siempre pasa en estos casos, tiene diversas posibilidades e interpretaciones, vendría ser más o menos de esta manera:
«En el nombre del Señor Jesucristo, que por su amor la Reina Velasquita, hija de Ramiro, edificó el Templo del Señor San Salvador y depositó las reliquias que aquí están guardadas, para que reciba dignos premios en el santo seno, y vivan felizmente y posea el Reino de Dios. Queda consagrado este templo»
De San Salvador de Deva poco más sabemos documentalmente, nada más que 300 años después, en 1305, el monasterio ya estaba extinguido y el santuario había pasado a ser iglesia parroquial, sucediéndose numerosísimas reformas
Fue quemada en el verano de 1936, reconstruyéndose dos años después. Volvió a inaugurarse el día 6 de agosto de 1941, fiesta sacramental de Deva. En esas obras los trabajaron los vecinos a sextaferia (labor comunal del sexto día o sábado) y el precio de todo subió a las 77.486,99 pesetas. De conservarse tal y como era en el año de su fundación constituiría un interesante eslabón artístico entre el Arte Asturiano prerrománico y el primer románico en Asturias
Detrás de la iglesia, el cementerio
En la puerta del cementerio una placa recuerda al escritor Andrés Solar Santurio, Andresu’l de Deva, nacido en la parroquia en el año 1955, hijo de campesinos y labrador, estudió en las antiguas escuelas, que están justo más arriba de la ermita de Peñafrancia. Desde muy joven comenzó a colaborar en iniciativas vecinales, como la Comisión de Fiestas de Deva. Fruto de esta inquietud natural fue su activa participación en el proceso de recuperación cultural asturiana. En 1978, estando en contacto con los cantautores Julio Ramos y Carlos Rubiera entra en contacto con la histórica asociación Conceyu Bable y publica sus primeras obras y artículos en el diario El Comercio, que empezó escribiendo en sacos de pienso. Gran escritor en asturiano, enseguida iba a destacar como autor consagrado, ganando sus primeros galardones literarios en 1979 y 1980: los del Instituto Jerónimo González, de Sama, que lograría dos veces seguidas, y compartiría con el escritor Miguel Solís Santos el del Segundo Concurso de Narraciones Curties n’Asturiano convocado por la antigua Diputación Provincial en 1981, así como los de Conceyu Bable y el Ayuntamiento de Llanera. Además de sus obras literarias Andrés Solar publicó diversos trabajos de investigación en prensa y revistas, al igual que artículos de opinión
Sobresale su estudio sobre la toponimia de Deva hecho junto a Carlos Rubiera y plasmado en la revista de las fiestas de 1979. Participó en diversas asociaciones culturales como la ya mencionada Conceyu Bable, pero también en la Xunta d’Escritores Asturianos, Teatru Infantil Xaréu o la Xunta pola Defensa de la Llingua Asturiana. Falleció en un desgraciado accidente de tráfico en Sotrondio en 1984 a los 29 años. Muchas de sus obras fueron editadas después de su muerte gracias al trabajo de Carlos Rubiera y Ramón d’Andrés, los dos escritores y amigos de Andrés Solar, al que se le dedicó hace años la Selmana de Les Lletres Asturianes. Todos los años, la Xunta pola Defensa de la Llingua Asturiana falla los Premios Andrés Solar, que llevan el nombre de este gran asturianista y que valen para premiar a las personas, instituciones, entidaes, asociaciones, o empresas que más destacan a lo largo del año en la defensa y promoción del idioma
El campo de la iglesia es un bello jardín, donde florecen las hortensias…
Al otro extremo de campo de la iglesia vemos el calvario de las tres cruces
Con el altar de las procesiones del Corpus
La cruz de la derecha presenta inscripciones
Regresamos al camino, cruzando la carretera…
Salimos asçi ya del campo de la iglesia de Deva y continuamos ruta por la Senda del río Peñafrancia, la cual sigue en parte el trazado de la antigua
canal del molín. A la izquierda los aparcamientos
Este es El Prau La Cámbara, donde se celebraban antiguamente las romerías, bañado por el río. Aseguran que hace muchísimos años, antes de la guerra, la juventud pagaba a un organillero para que alegrase la romería, pero un cura que había le abonaba aún más para que no viniese pues aún se consideraba por aquel entonces una música pecaminosa que incitaba a
bailar a lo agarrao, con gran quebranto para las morales más pudorosas
Sigue por aquí la fila de viejos
carbayos…
Este ya sin ramaje…
Algunos castaños jóvenes a la derecha…
Pasamos la entrada al Prau la Cámbara
También sigue a nuestra izquierda el largo muro de la extensa Quinta del Conde
Vamos acercándonos al río… por su orilla va el Camín del Valliquín
Enfrente es vemos ya La Fuente Deva, con el labadero, que viene a ser el final de la Senda del río Peñafrancia, casi ya donde nace el río
El muro que cierra la Quinta’l Conde, sin embargo, sigue aún más allá
Ahora al otro lado del río Peñafrancia y sobre una pequeña elevación, la quintana de Casa Robustiano, en el barrio de San Antonio, donde también está la Rectoral y al sur, las omnipresentes alturas del Monte Deva, que se divisan desde todos estos contornos
A la derecha el antiguo llagar
A la izquierda hórreo y panera, junto a la cuadra y la casa
El ganado pasta en la ribera
La cuesta del Monte Deva por La Escurama
Poco más allá la senda llega a su final, como hemos dicho en El Llavaderu Deva, donde están fuente y lavadero
El camino acaba aquí pasa por detrás para salir a la carretera y dirigirse al puente sobre el río Peñafrancia, pasando antes por El Llavaderu Deva, o del Güeyu Deva, al lado del nacimiento del río
Pero nosotros invitamos a bajar por las escaleras para conocer este lugar tan entrañable para muchos gijoneses, lugar de descanso y encuentro, tanto de los senderistas como de las gentes que acuden a los cercanos merenderos, o los que, como nosotros, hacen la famosa ruta a Covadonga, el Camín Xixón-Cuadonga…
DEL GÜEYU DEVA A LA OLLA Y EL CURVIELLU: EL CAMÍN XIXÓN-CUADONGA / GIJÓN-COVADONGA (3)
Mapa del tramo del Camín |
La Fuente Deva, final de la Senda del Río Peñafrancia. Al fondo está El Güeyu Deva, donde nace el río |
Ni que decir tiene que existen múltiples lugares a escoger para iniciar el Camín Xixón-Cuadonga/Gijón-Covadonga y luego, si se desea, seguir el recorrido señalizado y promocionado por la Tertulia El Garrapiellu desde al menos 1991, el más seguido en nuestros días. Realmente, los peregrinos dicen que los caminos siempre empiezan a la puerta de casa, es cierto, si bien, en este caso, existe un lugar especial para «empezar» la también llamada en su tiempo Travesía Andariega a la Santina, y este es Deva, y en concreto El Güeyu Deva o sus inmediaciones, como la gran explanada de la Fuente Deva, con su lavadero, lugar de parada de excursiones y paseos. No es una elección aleatoria, es un verdadero «inicio mítico, histórico, sentimental, espiritual», o como se le quiera decir, y ello por las razones que pasamos a exponer ahora
Para llegar aquí, había antaño varias posibilidades, a veces directamente comenzando nuestra andadura en este mismo lugar, o en el aparcamiento de la iglesia de San Salvador de Deva, que está un poco antes, parada del autobús, taxi, coche, etc. que nos traiga. Otra era la de aventurarse por sendas y carreteras locales de la zona rural gijonesa y, salvo rodeos o despistes, que no pocas veces ocurrían, acercarnos a lugar. Pero ya hace unos cuantos años se ha abierto la famosa Senda del río Peñafrancia, vía senderista y ciclista que, desde La Guía, sale del casco urbano siguiendo en su mayor parte la ribera de este río Peñafrancia, llamado antes Deva, en un bellísimo trayecto de 6 kilómetros principalmente llanos, llenos de naturaleza y apartado casi todo el tiempo de carreteras locales, generales y tráfico, resultando un verdadero prólogo ideal para esta fantástica ruta andayona
La senda acaba pues aquí, en La Fuente Deva, justo antes del nacimiento del río, unos metros más adelante, en El Güeyu Deva (el ojo de Deva), un lugar estupendo para hacer un alto y descansar, si hemos llegado caminando, o para reunirnos y ajustar nuestras mochilas, atar nuestras botas, comernos el bocadillo, o charlar un poco intercambiando, planes, pareceres y consejos si arrancamos justo de aquí
Vamos pues a bajar las escaleras hacia el lavadero, pues además la senda ha acabado, y la carretera se estrecha al pasar el puente sobre el río.
Muy importante: empleemos la barandilla para evitar resbalones en los peldaños de losas de piedra
Aquí está la entrada al lavadero, con sus columnas de ladrillo,
Vemos la profundidad, longitud y dimensiones del lavadero, se dice que fue, y sigue siendo, el más grande del concejo, aunque ya sin uso para hacer la colada
Y llegamos a la célebre fuente de los tres caños. Según nos informaron vecinos que conservan viejos papeles y documentos, la fuente se hizo por cuenta de la petición de un aguador de Ciares que vendía agua por las casas del casco urbano antes que existiese la traída, aguador que se suministraba de las fuentes de Cabueñes, hasta que un día, como consecuencia de algún problema, dejó de ir por allí y pidió permiso al Conde de Deva, dueño de la mayoría de la tierra de la parroquia, para poder sacar agua de aquí, solicitud que le hizo por escrito un párroco
El Conde contesta afirmativamente y hace construir una primera fuente algo más adelante del nacimiento del río para que le sea más fácil sacarla al aguador. De esta manera nace la Fuente’l Güeyu, Fuente Deva o Fuente Peñafrancia, donde después se haría un gran lavadero para la vecindad
Se dice que este lugar que era antaño «el periódico de Deva» porque, además de para venir a por agua y lavar la ropa, era un auténtico lugar de reunión vecinal, donde todo el mundo se enteraba de todo al entrar en conversación, no siendo extraño incluso, que durante los veranos se entablasen grandes discusiones y algaradas entre las lavanderas y los molineros del cercano Molín de Deva, aventándose les tables de llavar contra’l matu, por culpa de la escasez de un agua que todos querían aprovechar. Muchas de estas lavanderas lavaban ropa de la ciudad por encargo, principalmente de hoteles y negocios, así como de alguna casa pudiente, transportando la colada de acá para allá en carros tirados por burros
El agua sale como hemos dicho de tres caños, uno a cada lado de una columna de base triangular con pequeño estanque y desagüe
Hay además una gran explanada enlosada, con césped y bancos de piedra
Aquí también hay un pequeño puente para los paseantes. Al fondo está el de la carretera
Pasamos por tanto aquí sobre el río por el pequeño puente peatonal, que tiene unas escaleras
Volvemos a mirar hacia el puente de la carretera, detrás de él hay un gran estanque, llamado El Muelle o El Pozón, donde se embalsan las aguas que salen del Güeyu Deva, nacimiento como hemos dicho del río Peñafrancia, antiguamente llamado Deva
Y es que «Deva», topónimo de origen céltico, denomina una diosa de la naturaleza de raíz indoeuropea, la Gran Diosa Madre que da la vida, simbolizada en las aguas y el nacimiento de los ríos, como es del caso del Peñafrancia. Esta Diosa Madre de la Naturaleza (agua es gérmen de vida) quedó cristianizada muchas veces en la advocación a la Virgen María, pues según el cristianismo es también una Gran Madre del género humano
La adoración a Deva es un ejemplo de la veneración y el respeto de las antiguas culturas para con el entorno natural que hace posible la vida y de la que el agua es el principal fundamento. No es de extrañar que un elemento fecundador y femenino como es el agua quedase divinizado por un ser también femenino, Deva, y este fuese con el tiempo transformado o asimilado a nuevo nombre, aunque no de función, cuando una nueva religión se superpone a las anteriores. Es un caso similar al que se da también en Covadonga, pero muchos y numerosos son también los sitios de Europa que conservan el nombre de esta diosa
En Asturias mismo tenemos el río Deva en la frontera con Cantabria (que cruzamos entre Unquera y Bustio por este Camino Norte), La Peña o Isla La Deva casi enfrente de la desembocadura del Nalón, o también El Ríu Deva que nace en el Monte Auseva en Covadonga, pero hay muchos ejemplos más desde Europa hasta la India y, entre ellos, destacamos en Galicia el río Deva en Pontevedra, Deba en el País Vasco que también denomina a un río y a una villa, el Deventer en Holanda, la ciudad de Devon y Devonshire en Inglaterra, las Divonna de Francia, Diviciacos, famoso druida galo; el Dvina, río de Rusia y Letonia, la Diva de los persas y un larguísimo etc que sería harto prolijo enumerar
También este culto a Deva parece estar muy emparentado con las creencias en los seres femeninos del agua y las cuevas que existen en la mitología de todas las culturas y que en Asturias están representados en les xanes, que se aparecen en fuentes, ríos y lagos. Precisamente arriba, en el Monte Deva hay un prado llamado Campuxuanes del que se cuenta que era donde bailaban las xanas algunas noches y alboradas como la de San Xuan
Al otro lado del ponticu, de frente a la finca de Casa Robustiano, salimos al Camín del Valliquín de Baxo, yendo nosotros a la izquierda
Al otro lado del puente tenemos otra fuente
Subiremos pues hacia la carretera
Cuando hace buen tiempo el lugar suele llenarse de gente: ciclistas, andariegos, excursionistas, o grupos de amigos y familias que vienen a pasar el tiempo en este rincón lleno de naturaleza entre álamos, carbayos y lloreos (laureles)…
Caminamos ahora junto al muro de la finca de la Casa Rectoral. El río está ahora a nuestra izquierda
El río Peñafrancia, que fue llamado en la antigüedad también Deva, topónimo que pasó al de la parroquia, llamando mucho la atención la similitud que guarda con el Deva que nace en Covadonga. Tanto uno como otro nacen en lugares sagrados en los que sin duda hubo alguna veneración antes de la llegada del cristianismo y en los que había devoción a esa «Deva» o Diosa Naturaleza
Existe además una antigua leyenda transmitida antaño de generación en generación por los habitantes de Deva según la cual el día de la legendaria batalla de Covadonga el agua que salía del Güeyu estaba roja de la sangre de los caídos en el combate. Se trata de la repetida tradición de la «comunicación subterránea» de este tipo de lugares sagrados o mágicos, y que en este caso pueden tener una explicación lógica: las aguas que nacen en El Güeyu Deva pasan en su recorrido subterráneo por alguna veta de mineral de hierro
Esto dicen algunos geólogos que puede verse claramente en unas piedras que se encuentran o se encontraban en el mismo nacimiento del río y que están teñidas de herrumbre roja, lo que pudo dar origen a esta tradición popular tan sumamente sugerente
No es extraño que este lugar sea del que parte una importante ruta de peregrinaciones: el
Camín Xixón-Cuadonga/ Camino de Gijón a Covadonga, que muchos comienzan ahora en el casco urbano gijonés desde que se abrió la senda del Peñafrancia que ya hemos dejado atrás
Otra muy buena vista de la fuente y el lavadero, con sus nueve columnas
Acabamos la cuesta y salimos a la carretera
Al lado del puente tenemos una vista preciosa de todo el conjunto
El gran lavadero con sus columnas, la fuente, su explanada, el río y el puente peatonal que acabamos de pasar
El Puente la Fuente Deva. El río, salvo en meses de mucha seca, baja un caudal abundante en su nacimiento
El lugar en primavera; esplendor verde
Llegando a la carretera cruzamos y seguimos de frente
Salimos a la carretera Deva pero, antes de seguir camino, vamos a asomarnos al otro lado del puente
Aquí vemos el Muelle Peñafrancia, un gran pozón o estanque en el mismo nacimiento del río, donde antes de la guerra del 36 podían pescarse truchas. La gente se colocaba por aquí a echarles el anzuelo, aunque había quien era capaz de cogerlas con la mano según pasaban por la salida de los canales hechos para su reproducción. De aquella el pozo era un verdadero lago de dos metros de profundo que se limpiaba todos los meses por iniciativa del Conde, quien pagaba aperrona la cesta de hojas sacadas del agua, labor que solían realizar las mujeres y los niños de Deva
En ocasiones El Muelle Deva o El Pozón se llega de vegetación y plantas, siendo este su aspecto. El Güeyu Deva, el nacimiento del río, está al fondo en la espesura, donde salen las aguas
Aguas que brotan bajo una peña que es donde está el güeyu propiamente dicho, y sobre la peña la ermita de la Virgen de Peñafrancia, una misteriosa virgen negra relacionada con La Santina de Covadonga pues celebra también su fiesta el 8 de septiembre. En otoño, cuando caen las hojas, tal vez la podamos ver ya desde aquí, sino podemos acercarnos a ella por la carretera, siguiendo El Camín de BarreaEl santuario es otra posible cristianización de un lugar de ancestral veneración. Esta ermita fue edificada acabando el siglo XVII vinculada a las posesiones de los condes, al ser el panteón familiar de esta estirpe. La tradición popular afirma que la Virgen se apareció en este lugar a un vecino de Deva un día 8 de septiembre, Natividad de Nuestra Señora. La gente empezó a acudir allí para adorar una imagen mariana representativa del acontecimiento hasta que se decidió trasladarla a la cercana iglesia parroquial de San Salvador, pero no pudieron porque la imagen siempre volvía milagrosamente a la peña, encima del Güeyu, tantas veces como la llevaban. A causa de eso tuvieron que hacer la ermita de Peñafrancia. No obstante, la historia nos informa de la construcción de este templo de otra manera…
En el año 1689DonLuis Ramírez de Valdés, prior de la Catedral de Oviedo/Uviéu, pide permiso a D. Juan Manuel Ruiz Amaya, arcediano y gobernador del Obispado, para hacer en un prado de su propiedad una capilla dedicada a la Virgen de Peñafrancia, advocación originaria de la sierra del mismo nombre en Salamanca. Dos años después, concedidos los permisos, se acaba la obra y se oficia la primera misa el día 6 de septiembre de 1691
El santuario sigue la traza de las ermitas de la época, con planta de cruz latina y pequeña cúpula en el medio, pero con un especial esfuerzo de los constructores para asegurarla bien encima de la roca. Tiene tres pisos o niveles: el de arriba o superior, donde están el altar mayor (presbiterio) y el camarín de la Virgen; el del medio o central, con una cúpula bajo la que están las tumbas de los condes, y el de abajo o inferior con los bancos de misa. La entrada se sitúa en la pared que mira hacia el este y debajo el pórtico hay una ventana con una reja que permite la entrada de luz al interior. En la romería de Peñafrancia destacaba por su alegría en
la puya’l ramu Jesús
El Policía, rifa con panes, patatas, pimientos,
llacones, fabes, pitos, coríos… todos los productos del campo, así es que no pocas veces empezaba a la una y media y acababa a las tres, justo para escapar a comer a casa
En el año 1709 un peregrino francés llamado Lorenzo Boyer llegó aquí caminando desde Burdeos, quizás con la idea de seguir hasta Santiago, pero quedó encantado de la belleza de Devay de la ermita de Peñafrancia, haciendo del lugar su morada y sirviendo de freru (santero asturiano) y ermitaño al cuidado del santuario hasta su fallecimiento en 1740. Su recuerdo seguía estando presente hasta hace algún tiempo entre las leyendas de los vecinos y vecinas de Deva que la transmitían como símbolo de la hermosura de su parroquia
Encantados con estas historias que tanto vinculan Deva con Covadonga, seguimos prontamente ruta siguiendo carretera adelante por L’Arbolón
L’Arbolón se dice debe su nombra a un enorme árbol que había en este cruce, hoy desaparecido: caminamos recto por la acera hacia la marquesina del autobús. Antes hay un gran mapa de la parroquia y un monolito de piedra
Y en el monolito una placa
Primer Premio al pueblu más guapu del concejo, otorgado en1993 a esta parroquia de Deva, con sus barrios y lugares
Seguimos todo recto por la acera, viendo en lo alto la antigua Escuela Deva
Actualmente son viviendas y sede vecinal
Continuamos por la acera
A la derecha la Casa Rectoral y sus huertas…
Atención al cartel a la izquierda
Entramos en el barrio de San Antonio por El Peñéu
Y en lo alto, Casa Luisa
Una flecha en esta bifurcación dice que hemos de cruzar a la izquierda
Es el Camín de Faro: cruzamos hacia él
En lo alto, el Monte Deva, de unos 424 metros de altitud, cima plantada de eucaliptos en lo que fueron muy antiguamente tierras del común y pastos, si bien de unos años acá se han emprendido tareas de repoblación de especies autóctonas, con áreas recreativas, espacios naturales, sendas, observatorio astronómico, además de recuperación de sus totémicos campos de túmulos megalíticos
Al otro lado de la montaña está el valle de Riosecu, por donde se sumen las aguas que van, subterráneas, bajo la montaña, a salir al Güeyu Deva, donde hay una galería explorada por el grupo de espeleo-buceo Ensame Aguarón
A nuestra derecha El Fondón, otro de los barrios de Deva. Allí está Casa Antonio, buena referencia visual
Según las señales es común el paso de tractores y ganado
El camín hace aquí de frontera entre San Antonio y El Fondón
Letrero caminero…
En el lugar de El Peñéu Casa Pergenta y Manolo
Placa de la casa
El camino sube suavemente junto a la Finca Solar
Caminamos junto a la finca de Casa Antonio
Tiempo de siega…
Vemos allá la antigua panera
Pomaradas de manzana de sidra
Manzanas que se asoman al camín
Sigue la cuesta, junto a la pumarada…
A la izquierda los maizales…
Y las huertas…
Vamos hacia otro de los barrios de la parroquia: El Pedroco
Aquí hay un grupo de casas en un cruce
La de la izquierda con balcón y hórreo
La Solariega, Casa les Basetes
Atalaya sobre el camín…
Casa María Engracia, que en realidad son dos, una a cada lado del camino
Tiestos y flores…
El hórreo de La Solariega, tras el seto
Enlaza con el camino La Caleya Chelo Pepón
Llegamos a un tendeyón
Almacén de cosas y aperos…
A la derecha Casa Gildo
Con una rosaleda en el camino…
Abundan los frutales
El Camín de Faro sigue subiendo resposadamente
Más frutales…
Postes telefónicos en las veredas. Hay señales de antiguas canteras, el topónimo Pedroco es por algo…
Seguimos ahora toda la tapia…
Más frutales, arbustos ornamentales y parra
Allí, una bifurcación
A la izquierda tenemos la hermosa fila de casas de la calle sol: pero nosotros vamos a la derecha
Pasamos junto a este cobertizo
Finca El Lloréu
Cruce y de frente todo hacia arriba
Al pie del Monte Deva otra bifurcación, frente Casa Angelín
Giro a la izquierda…
Caminamos por las mismas laderas de la montaña
El camino es sobradamente ancho, estemos atentos al paso de vehículos, principalmente coches y tractores
Continúa, un poco más pronunciado, el largo recuesto…
Limoneros y otros frutales. Esta zona este del concejo, eminentemente rural, es especialmente soleyera y fértil, apta para estos cultivos..
Bifurcación con el Camín de Morán: seguimos de frente por el Camín de Faro
Ahí está La Quintana, Casa Ugenio Segundo
Pasamos frente al gran portón
Y subimos a su derecha
Hay un corto pero fuerte repecho
Vamos ganando altura…
Aquí podemos hacer un alto
Y contemplar la casa y la panera
Con una hermosa corrada entre las dos
Un verdadero balcón sobre la parroquia de Deva,…
Seguimos a la derecha
Pronto y acaba esta primera cuesta
El camino, que pierde el asfalto, se hace menos cuesto…
Línea de postes telefónicos…
Damos vista al valle, atravesado aquí por la Autovía del Cantábrico (A-8), trazada en los años 90
Arriba en lo alto, Cuatro Vientos, ya en La Olla, otro de los barrios de Deva. Por allí va la carretera a El Curviellu, con desvío al Monte Deva, subida también al cementerio y comunicación con el valle de Riosecu
Allí, al lado de dicha carretera, el bar El Pilar
Nosotros subiremos a La Olla, pero no por allí, sino más a la izquierda, por La Cuesta
A nuestra derecha los pastos bajo el Monte Deva
Pacen los rebaños bajo las inmensas plantaciones de ocalitos
Vamos dejando atrás la zona poblada y caminamos entre fincas
Terminamos de subir y vamos a la izquierda
Bajamos un poco, con los altos de La Olla enfrente de nosotros
Plantación de pumares
Ancha pista de zahorra
Ahora entre los setos…
Pasamos junto al portón de una finca cerrada
Vamos en muy suave bajada…
Llega un tramo recto
Tupidas sebes o setos silvestres, los matos, el bocage
Un hermoso abeto sobre el camín
La Olla, viene a ser una prolongación del Monte Deva por la zona suroeste del concejo, cerrándolo por esta parte, paso natural a Villaviciosa. Arriba viene a formar una especie de meseta con suaves colinas y algunas hondonadas en las que se forman lagunas, como pronto veremos cuando subamos allá
Pasamos bajo el emblemático abeto
Vamos a mirar ahora a nuestra izquierda
A la derecha, asomando entre los bosques, vemos la Quinta’l Conde en el centro de su extensa finca, junto a la que pasábamos al hacer la Senda del río Peñafrancia, para venir a Deva. A la derecha la enorme torre de la Universidad Laboral, de la que también hablamos largo y tendido al caminar a su vista por la dicha senda. A la izquierda a lo lejos la ciudad de Gijón/Xixón y más allá, al norte, La Campa Torres
A la derecha de La Laboral asoman algunos «picos» de la Quinta’l Conde, Palacio del Conde de Revillagigedo, picos que se confunden, en la perspectiva de la distancia, con los de la cúpula de la iglesia de La Uni, como también se la llama popularmente, un poco a su izquierda y más a lo lejos
Asoman los edificios de la urbe y algunas instalaciones del Puerto del Musel, como las grandes moles de la malograda regasificadora. Poco más allá la siempre llamativa silueta en forma de sierra del Cabo Torres, con su faro
Preciosas hortensias dan nota de intenso color…
La pista llanea…
Flores rojas…
Frondosos matorrales
Viene otro tramo recto
Pasamos así junto a varias fincas y parcelas
A nuestra izquierda el Camín de Barrea: llegamos a un cruce
Aquí se unen los caminos
A la izquierda la carretera local que sube a La Olla, con su túnel bajo la autovía: nosotros no subimos por ahí, pues da muchas revueltas y es todo asfalto: nosotros iremos a la derecha
Por aquí sigue la pista del Camín de Faro
Empieza a subir cuesta el camino, al principio muy poco a poco
Casi sin darnos cuenta estamos iniciando la ascensión a La Olla
Y seguimos contemplando estas bellísimas arboledas
Sobre nosotros, de nuevo, Cuatro Vientos y El Pilar
Otro gran mirador sobre Deva y gran parte del concejo gijonés
La subida va tornándose un tanto pronunciada paso a paso…
Hoja suelta en las veredas…
Serpentea el Camín de Faro
El firme se torna hormigonado
Oricios de castañas
Aquí acometemos una subida directa
Y llegamos al lugar de Faro, parroquia de Deva, Casa Modesto…
Fijémonos si podemos, en la ventana de abajo, donde estaba la cuadra y se sacaba afuera el cucho o estiércol
Entre las piedras que componen la pared aparece una labrada con forma de rostro humano
A ella le dedicábamos un apartado en el libro El Camino de Gijón a Covadonga
EL ENIGMA DEL CAMINO: LA CABEZA CASTREÑA DE DEVA
Aquí en Faro, encima del antiguo ventanuco por el que se echaba el cuchu fuera de la cuadra, aparece un rostro misterioso que mira hacia el Camino con gesto inexpresivo, se trata de la enigmática «Cabeza Castreña de Deva», una cabeza totémica labrada en piedra que constituye un precioso elemento arquitectónico del período de la cultura castreña, en los tiempos de los antiguos astures, localizada por el investigador Isidoro Cortina Frade y que según se decía estuvo primeramente en un viejo caserón que desapareció hace muchos. Fue estudiada esta cabeza, entre otros muchos estudiosos, por la arqueóloga Carmen Fernández Ochoa e incluida dentro de los ejemplos hallados en el Noroeste Peninsular, pues existen muchas «cabezas cortadas» cinceladas en la piedra y localizadas en Asturias y Galicia, donde las llaman cabezas de mortos, así como en todo el área noroccidental peninsular y parte del occidente europeo
Estas cabezas totémicas son muestra de la veneración de las antiguas sociedades célticas haca la cabeza humana, donde estaba para ellos la energía motora del cuerpo, lo que ahora llamamos «alma». Por eso todos los pueblos culturalmente afines pensaban que las cabezas decapitadas eran objeto de algún tipo de sacralización pues en todas las culturas del centro-oeste europeo aparecen leyendas relacionadas con la decapitación, siendo corrientes las decoraciones con cabezas hechas en piedra o en metal en el arte de aquellos pueblos. Los antiguos europeos consideraban que las cabezas de los enemigos muertos en combate eran motivo de especial atención. Se imaginaban que era el único modo seguro de que ningún mago, druida o brujo los resucitase para volverles de nuevo contra ellos
Al principio clavaban las cabezas en palos, picas y postes a la entrada de sus castros y cabañas. Con el paso del tiempo esto fue teniéndose como una costumbre bárbara y se cambiaron por representaciones en piedra o madera. Con la conquista romana, pero sobremanera con el cristianismo, fue desapareciendo también ese carácter «sagrado» de las cabezas-tótem pero siguieron conservándose como un socorrido elemento decorativo por lo menos hasta la Edad Media en el arte señorial, en el religioso, y en el popular. Si no se trata, como alguien también sospechó, de un elemento algo más contemporáneo, esta Cabeza Castreña de Deva es un resto de aquellas viejas creencias europeas entre las que estaban las de los pueblos ástures, cántabros, lusitanos y galaicos de esta parte de la Península»
Un poco más allá, contrasta este hallazgo sublime en la ruta con las cercanas farolas de la cantábrica autovía, pero allá vemos La Cuesta, el repecho final antes de llegar a La Olla, otro de los barrios de Deva, toda una referencia para apurar nuestro tal vez ya un tanto cansino esfuerzo en esta empinada senda
A la sombra de los árboles del camino este se estrecha
El topónimo Faro, aunque a veces se le ha querido buscar relación con alfares, no debe ser así, parece tiene que ver con lo primero que nos suena, faro de señales. Y es que los faros no eran solamente en el mar, también en tierra marcaban, con luces y fogatas, rumbos y caminos. Quién sabe, aunque perdida la memoria popular, tal vez en tiempos inmemoriales aquí existía alguna luminosa seña en estos caminos de leyenda que, aquí y en estas alturas, dominan el mar y dominan la tierra. No en vano Casa Modesto, solitaria en medio del monte, sigue siendo un faro que nos orienta en estas arrimadas cuestas a La Olla
Pasamos junto a la entrada a la quintana
Hórreo y casa de luminosa galería
El duro recuesto no ceso
Un buen remonte, digno de la alta montaña, pero al frescor de la sombra de los árboles
Un verdadero placer para el estimulante esfuerzo caminero
De vez en cuando, en algún rellano, si no necesitamos podemos recuperar resuello
Y luego proseguir con nuestras andanzas montañeras…
Vemos el camín, seguir la sinuosidad de estas laderas de La Olla
No es extraña la prevalencia en el lugar del topónimo La Cuesta
Alambrada con estacas cerrando las cuestudas fincas de Faro
Curva a la izquierda
Praderías al pie de Cuatro Vientos
Otru buen trecho empinado, pero quizás no tanto como el anterior
La Autovía del Cantábrico, que ha transformado buena parte de este entorno, ya a la vista
La Ronda Sur, que bordea Gijón/Xixón por el sur
Hierbas altas y helechos en la verede derecha
El final de la cuesta en La Cuesta, siempre a la vista
Ahí, a la izquierda de la casa, el último tramo antes de «la cima»
Vamos hacia él
La senda parece estrecharse, pero para un caminante hay espacio más que de sobra…
Unos quitamiedos señalan que, aunque no nos percatemos, estamos al borde de un precipìcio
La espesa vegetación nos impide verlo
Todo un largo guardarraíl, como los de carreteras principales
Estamos encima del desmonte sobre la autovía, que tiene aquí su túneles. En la lejanía, más allá de Deva, Santurio
Sin embargo el viejo camino ha prevalecido, básicamente intacto
Y ahora, en este punto, tiende incluso a ensancharse
Curva a la izquierda, viendo ya la cima
Más quitamiedos…
De nuevo la autovía
Grandes escolleras para evitar argayos o desprendimientos
Y zona de vallados
Paisajes de La Cuesta
Deva a nuestros pies, por allí acabamos de pasar
Arfueyu o muérdago en algunas ramas, sobre el camino. Parece un símbolo de buena suerte, dadas las connotaciones mágico-salutíferas de esta planta
Las pomaradas están a la vista
El Monte Deva ahora a nuestra izquierda, por aquella ladera hemos venido subiendo
Postes de la luz
Llegamos a un portón: es la subida que veíamos hace solo un momento desde Faro
El hórreo, allá enfrente en la loma está Campuxuanes, el mágico paraje donde se dice bailaban las xanas en la alborada de San Xuan
La Cuesta, Casa Cián o de Aurelio’l Cubano. A lo lejos, en el monte, asoman otras por las boscosas laderas, como Casa Atienza, en las boscosas faldas de La Traba, estribaciones del Monte Deva
Cierra la finca, también muy pindia, esta alambrada
Ahora, a la izquierda de la foto a lo lejos, Casa’l Fuerte. Abajo a la derecha Foro
Casa Modesto, la de la cabeza castreña de Deva…
Vista atrás, merece la pena
Bar El Pilar y subida al Monte Deva por Cuatro Vientos y el Camín de Riosecu. Más allá estaba el Mesón Cuatro Vientos o Casa Manolo Arquera, en el Camín de Riosecu, la carretera que va al cementerio y sube a Campuxuanes, comunicación directa con las áreas recreativas y el observatorio
Y ahí tenemos el duro trecho final antes de La Olla
Ya se vislumbra la cima. La Olla viene a ser el primer «puerto» de importancia en esta travesía andariega
Otra vista de Faro bajo el Monte Deva
Ya vamos llegando a lo alto
Mientras contemplamos al oeste una buena panorámica del concejo de Gijón/Xixón
Abajo en primer término Deva, los barrios centrales y más poblados de la parroquia: El Pedroco, San Antonio, El Fondón, Serantes… si no fijamos en medio de la foto, un poco abajo, entre los árboles, veremos el edificio de las antiguas escuelas, bajo el que caminábamos saliendo de El Güeyu por L’Arbolón
En segundo término Santurio, la llamada «perla verde de la zona rural gijonesa», parroquia pequeña pero muy rural. En medio el Monte Rato, L’Armería (126 m), de resonancias mitológicas de oro y riquezas, dejadas por «los moros», esto es, los antiguos o paganos. Posiblemente sea una referencia a un recinto castreño no aún muy estudiado, del que se cuentan existen galerías subterráneas a pozos y fuentes de los alrededores, existiendo la copla que dice:
«Desde’l Pozu la Ramona
a la Fuente Villacao
hai más oro y más plata
que’l rei tien sellao»
Termina la subida, hemos llegado a La Olla, otro de los barrios también de esta parroquia de Deva: Salimos al Camín de Barrea, donde iremos a la derecha
Pero antes vamos a asomarnos aquí a admirar de nuevo el paisaje gijonés, que ya va quedando atrás
Abajo el Camín de Faro, por donde hemos subido
Vistas de Deva y Santurio. Más allá los montes de Güerces, La Madera, Ruedes… los cordales costeros que separan la franja litoral de los valles interiores asturianos
La vista llega a los barrios al sur de la ciudad, Montevil, Roces, etc. En medio de la foto una línea blanca es el Polígono Industrial de Poceyo. La vista llega al Monte Areo, larga planicie de 7 kilómetros de largo, que se alza sobre el industrializado valle del Pinzales, en la zona oeste del concejo. Por ahí va, en dirección a Avilés, el Camino Norte de Santiago. Sus campos de túmulos y dólmenes también han dado pábulo a leyendas de tesoros y sus dichos:
«Monte Areo
Monte Arolo
tierra rico
y xente bobo»
Lo dicho, al llegar al Camín de Berrea, iremos a la derecha
Ya en La Olla, el camino va a ser predominantemente llano
A la derecha una pradería, a la izquierda, fila de casas con terreno
Miramos al Monte Deva, ahora a nuestra derecha
Esa parte del monte es L’Arquera, topónimo que delata «arcas» o túmulos, sepulcros megalíticos
Precisamente se encuentra allí ahora el cementerio de Gijón/Xixón. Es llamativo cómo, después de milenios, volvemos a rendir tributo en las montañas a nuestros seres queridos…
En el Camín de Barrea volvemos a pisar asfalto…
La Finca
Al fondo, la carretera
Es la AS-331, popularmente llamada la Carretera Pión, que vamos a cruzar aquí en Casa Lola, donde hubo chigre antaño, pero antes detengámonos a observar el cartel de la derecha, que mira al camino
Es el gran mapa aquí instalado, «superviviente» de aquella señalización integral realizada por el Principado de Asturias, a instancias de la Tertulia El Garrapiellu, en 1997. Como este había otros dos, uno en La Infiesta, Breceña (Villaviciosa) y otro en El Colláu Llames (Parres)
Pese al tiempo transcurrido aún se leen bien los nombres de los lugares por los que pasa la ruta:
«Güeyu Deva, El Curviellum Pión, Altu la Cruz, Niévares, Grases, Amandi (al sur de Villaviciosa), Coru, Breceña, La Infiesta, Sietes, Llares, Anayo, Borines, Vallobal, Miyares (al norte de Villamayor), Sorribes (al norte de Sevares, Villar de Güergu, Sotu Dueñes, El Colláu Llames, Romillu, Romillín, La Vega, Villanueva, Cangues d’Onís, Celoriu, Sotu Cangues, La Riera y Cuadonga»
Una vez estudiado el mapa, reemprendemos la marcha
Tal y como hemos dicho, cruzamos la carretera frente a Casa Lola y a sombra de este gran carbayón
Continuamos ruta entre el árbol y la casa por el Camín del Caleru, nombre de los viejos hornos donde se cocía piedra caliza para hacer cal, antaño existentes en muchos lugares
En esta florida vereda, apoyado en el tronco del venerable árbol, una de las antiguas señales
Vamos también a contemplarla
Esta señal, con la garrapìella, nombre popular de los trisqueles con flecha con los que empezó a señalizarse la ruta por El Garrapiellu, y que luego pasaron a anagrama de la asociación y de las señales oficiales, es también superviviente del trabajo de 1997
Pasmos así bajo el hórreo de Casa Lola, con garaje en la bodega
El guardián de la quintana se asoma a vernos pasar…
Hermosa pista de zahorra, buena para caminar
Y estas son las llanuras de La Olla, la meseta que constituyó desde tiempo inmemorial un paso natural por el litoral asturiano
El topónimo se refiere a una laguna, cubierta de vegetación, como las que se forman en la gran hondonada de La Olla. Así, en el libro El Camino de Gijón a Covadonga escribimos…»Según los estudios del profesor Xosé Lluis García Arias en sus trabajos sobre toponimia asturiana, se trata de una forma metafórica o figurada de darles nombre a las hondonadas, con barro dentro, pues deriva del latón «ollam», olla o cuenco de barro. Además se sabe que algunos de estos prados confondigonada se llenaban de agua formando lagunas cuando llovía, auténticos sumideros que dan agua a las fuentes y regueros que en ellos nacen»
No en vano esa zona se llama El Charcu. Más lejos, a la derecha, es Casa Colate, por donde pasa el Camín del Charcu: es el Camino Norte de Santiago, por donde van, pero en sentido inverso a nosotros, los peregrinos jacobeos
Setos y filas de árboles dan buena sombra a todo el trayecto…
Pasamos junto al portón de una finca
Desde los campos de La Olla vemos, al oeste, ya en el concejo de Villaviciosa, el Monte’l Conde o Peñesblanques (336 m), solar de un castro astur que sin duda vigilaba estos tantas veces milenarios pasos y caminos de la costa y el interior, pues no en vano se han hallado señales de poblamiento nada menos que desde el Paleolítico inferior. A su derecha, tapado por los árboles, está El Curviellu, por donde irá nuestro camino.El monte también es conocido por este nombre
La pista sigue llana y recta entre las grandes fincas
Otra vista de Casa Rúa, con su panera
Preciosas arboledas de La Olla
Una verdadera delicia para el caminante
A la derecha, las casas de la carretera, El Robledo, El Orbayu y Mazurén. Toda esta zona ha ido pasando también, como buena parte de Deva y otras parroquias, de lo rural a lo residencial
Las viviendas unifamiliares, segundas residencias y chalets, ocupan buena parte de esa parte del montes.
Son los altos de L’Arquera y La Paré del Teyeru, donde de unos cuantos años acá se han construido bastantes casas, casi en el límite con el concejo de Villaviciosa, en las inmediaciones de Casa Pintura
La Finca del Conde, El Mirador, Buena Vista… por abajo discurre la carretera Pión, que pasa por el Puente L’Arquera sobre el río Llorea, que nace en esa parte de El Teyeru
Grandes castañales y carbayos… esplendor de la naturaleza…
Entre troncos y matos, vemos unas casas
Por ahí abajo, donde se forman lagunas, están El Charcu, El Charquín, y discurre El Camín del Charcu, el Camino Norte de Santiago, que desde La Olla baja al Camping Deva, siguiendo hacia Gijón/Xixón por Deva y Cabueñes
Precisamente un poco a la derecha de esas casas, este camino se unirá al que va a Santiago, y coincidirá unos cuantos kilómetros con él, si bien, repetimos, nosotros iremos al este, hacia Covadonga, mientras los romeros jacobitas lo harán al oeste, a Compostela
El Camín del Charcu pasa también entre ellas
Si nos fijamos, en el horizonte, veremos el Mar Cantábrico
Pacen las vacas frente Casa Rúa
Un buen placer, este trecho llanísimo, tras el repecho que hemos dejado atrás para subir a La Olla
Un Camino de postal
En lo alto del monte vemos ahora el Centro de Biotecnología Animal del SERIDA, Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario
Las grandes fincas del Charcu siempre a la derecha
Casa Colate de nuevo a lo lejos. Se sabe que en esta zona de La Olla, en el antiguo Camín Real, que ahí es el Camín del Charcu, existió una venta caminera citada en el siglo XVIII, si bien no ha podido conocerse su concreta ubicación
Cierre de la finca
Una buena cabaña ganadera de vaques roxes, raza autóctona
Filas de árboles a los lados delatan la antigüedad del Camino
El camino serpentea un poco
Tramo recto y curva al final
Avanzamos con buen paso
Otro buen lugar para contemplar el paisaje
Atrás, a nuestra izquierda, otra referencia visual
Es la zona de El Mirador
Y en lo alto, en la carretera AS-331, el Mirador de La Olla, toda una institución de los merenderos gijoneses, que sigue conociéndose popularmente por este nombre pese a que ha cambiado de dirección y denominación varias veces
Al fondo un portón
El Camín del Caleru llega a su final
Enlazamos aquí con el Camín Traveseru
Y vamos a la izquierda en La Casina
Una de les garrapielles asoma en el matorral
Jardín de hortensias en La Casina
El Charcón queda ahora a nuestra izquierda
Magnífico paisaje de La Olla
Volvemos a pisar asfalto…
Pero el firme sigue siendo llano
El Roble, Casa Concha, Casa Álvarez…
Impresionantes arboledas de robles y castaños…
Más parcelas y chalets
Vallas a los lados…
Portentos de la naturaleza…
Y aquí, un importante cruce
Llegamos al Camín del Charcón: a partir de aquí coincidiremos, si bien en sentid contrario, pues vamos a la derecha, con el Camino Norte de Santiago
Realmente los dos caminos coincidirán en gran parte un buen trayecto hasta Amandi, dos kilómetros al sur de La Villa, denominación popular de la capital del concejo de Villaviciosa, a excepción de al menos dos tramos, en la subida al Altu la Cruz, la siguiente que acometeremos después de la de El Curviellu, y el trayecto, también villaviciosín, entre La Torre, en Niévares, y Grases
Precisamente, en esta bajada, vemos justo enfrente, El Curviellu
Si nos fijamos, en la collada en medio de las montañas está el Altu’l Curviellu, a unos 260 metros de altitud
Pese a la distancia, es fácil de identificar por el gran edificio del que fue su llagar (arriba a la izquierda de la foto). Sigue habiendo bar y es de siempre una tradicional parada de «los pelegrinos que van ver la Santina, y tamién a Santiago». Su nombre, cuando escrito con v y cuando con b, delata la abundancia de cuervos
Este Camín Real, llamado a veces de Pión, por atravesar la parroquia villaviciosina de este nombre, si bien empleado desde muy antiguo, triunfó definitivamente sobre el conocido como de Les Mariñes, más cercano a la costa, en el siglo XVIII, pues aunque tenía tres dos importantes puertos a subir y bajar, este del Curviellu y el ya mencionado de La Cruz, era mucho más directo. El mismo ilustrado Jovellanos lo empleaba mucho para ir a la casa familiar que tenían en el valle de Pión, el Palaciu’l Conde
Hasta bien avanzado el siglo XIX, con la construcción de la Carretera Villaviciosa, fue la principal comunicación entre Villaviciosa y «la Villa de Jovellanos»
Un poco más abajo a la derecha, en la carretera, asoma el gran edificio de El Pinal, restaurante con solera junto al que vamos a pasar, y que señala nuestra entrada en el concejo de Villaviciosa. Más arriba es La Llomba, con las casas y lugares de El Peñéu, El Caleru y el mismo Curviellu
Enlaza con este el Camín del Regatu los Bayos y seguimos cuesta abajo
Otro vallado y guardarraíles
Estamos de nuevo sobre la Autovía del Cantábrico
La vemos a nuestra izquierda
De frente, casetas de mantenimiento
Hay una bifurcación: habremos de ir a la derecha
Seguimos en el Camín del Charcu
Una alta mata de árboles señala que por ahí viene el Regatu Llorea, bajando de las estribaciones del Monte Deva
En esta vega hay un pequeño área de descanso con un banco solitario
El camino inicia suavemente una cuesta, viendo a la derecha las laderas de El Balagón, montículo que se alza en medio de este barrio de La Olla
Pasamos el puente sobre el arroyo
Y aquí lo vemos pasar, camino del mar… no sin antes unirse al río La Ñora
Y ahora todo recto y rampa arriba
Al final, curva a la izquierda
Atentos al frecuente paso de vehículos
Y aquí vemos la cuesta que nos aguarda…
Ahora a pleno sol
Arbustos de coloristas hojas…
Y a nuestra derecha, bajo La Llomba, L’Arquera y El Teyeru, el pequeño pero hermosísimo valle que forma el río
El arbolado, como siempre, crecen en las fértiles orillas. Hay plantaciones de manzanos, pumares, las hermosas pomaradas para la rica sidra bien escanciada
Vamos llegando a lo alto de esta cuesta
A lo lejos, las casas de la carretera Samiguel. En la distancia a la izquierda de la foto, los campos de El Curviellu
Fin de la cuesta…
Enlazamos con la mencionada Carretera Samiguel y seguimos de frente a la derecha
A la izquierda las señales
El poste con la garrapìella, Camín de Cuadonga, y el mojón con la concha, Caminode Santiago
La carretera forma una larga recta entre fincas y casas
A la derecha hay una urbanización de chalets: La Poza, la Viña, Villa Víctor…
Cada uno de ellos con su terreno cerrado con vallado, muro, o verja
A la izquierda, más lejos, Casa Alfonsón
Aquí podemos asomarnos al seto un momento
Y ver el paisaje llano del diseminado barrio de La Olla
Un seto cierra la casa
Casa Alfonso era una de las caserías campesinas de aquí de siempre, pero el trabajo ganadero ha ido, como en tantas partes, yendo a menos
El hórreo, testigo de toda una época…
Cerezales que muestran sus apreciados frutos
De un intenso color rojo que resalta en el verde de sus hojas
Enlazamos con el Camín de Castañera: en esta encrucijada nosotros seguiremos de frente
Aquí el suelo pierde de nuevo el asfalto
Asomando en la sebe, otra señal caminera…
Nos adentramos en la umbría
Un entorno más agreste y rural…
A nuestra izquierda Casa Justa: a la derecha la vivienda propiamente dicha, a la izquierda la cuadra y lo que debió ser el llagar de sidra
Y el hóreo…
Debajo de él, esto es, sol horru, las pipas y toneles del antiguo llagar
El Monte’l Conde, de frente a nosotros
La vista se extiende hasta Samiguel de Llonxes, o de Arroes, y más allá, a Les Mariñes por la parte de Quintueles
Pasamos junto a este portón…
Altos matorrales encajan el camino
Bifurcación y a la derecha…
Todo pista arriba
Crece la vegetación…
Subimos levemente…
Curva a la izquierda
En lo alto la capilla de El Pinal, particular del restaurante, arriba en lo alto Como nota curiosa, en principio pensada para bodas religiosas, pero destinada finalmente a las civiles y otros actos
Acaba la curva…
Y llegamos a la AS-331, la Carretera Pión, de la que tanto hemos hablado y con la que nos volvemos a cruzar
Aquí dejamos el concejo de Gijón/Xixón, y entramos en el de Villaviciosa por El Curviellu, barrio perteneciente a la parroquia de Pión
Subimos todo de frente bien pegados a la izquierda. Todo será por carretera ahora hasta llegar al Altu’l Curviellu
Dejamos a la izquierda el Camín de los Payares, que hace de frontera concejil
Una garrapiella azul… si bien en un principio se pintaron de amarillo, antes que se hiciese lo mismo con el Camino de Santiago del Norte, durante muchos años la coincidencia d los colores fue muchos años causa de problemas
Tras la de La Olla, es otra de las cuestas características de esta ruta. No es demasiado desnivel ni prolongado en exceso, pero el caminarlo por asfalto, muchas veces a pleno sol, requiere su esfuerzo
A a lo lejos, al norte y entre los árboles, La Llorea, antigua granja, paso del arroyo de este nombre, que hemos cruzado al venir, el cual desemboca poco más allá, en la Playa la Ñora. La llamada Granja Lloreda fue un gran centro de explotación agropecuaria del que un servidor escribía en el libro Rutas para conocer el concejo de Gijón:«… En nuestras visitas a la zona entrevistamos a vecinos de aquí de siempre que conocieron muy bien la antigua granja en sus tiempos de esplendor con los Vereterra. Una vecina, Enedina Costales, recordaba que la finca tenía 1.250 días de bueyes «aunque don Claudio siempre decía 1.060″. Según nos contaban, disponían de un amplio servicio doméstico que causaba admiración en todo el vecindario, con personal para limpiar y mantener la casa, cocinera y doncellas atendiendo a las hijas de la familia, así como un chófer…»
«Por el verano venía una sobrina de don Claudio, Teresina, hija de don Luis Vereterra, y recibían clases de equitación. Además de la ganadería se plantaba trigo, maiz y muchas cosas más, todo se labraba a mano y con fuerza animal, dos o tres parejas de bueyes para el trabajo del campo. Había por lo tanto muchos caseros, gente que hacía labor en la casería y tenía en ella su propia casa con un terreno de aproximadamente un día de bueyes para plantar para su consumo… Pepe’l del Prau, Alfonso Vallina, Germanón, Alfredo, Alfonso’l Lecheru, Julio, Andrés de la Burrina, Andrés el Chovu. También había lecheros que llevaban ellos mismos la producción de la granja a vender a la ciudad. En los años 50 toda esta gran explotación agropecuaria se vendió a la fundación encargada de la construcción de la Universidad Laboral…»
«…Aquí se puso en marcha la granja experimental Covadonga, con doscientas vacas lecheras y cincuenta toros sementales, todos raza holandesa. La producción era de 1.000 litros de leche diarios que consumían profesores y alumnos de la Laboral, dentro de la idea inicial de hacer una universidad autosuficiente, ideal nunca conseguido pero muy presente en aquella España de los años de la autarquía y el aislamiento, que no tardó mucho en desecharse
Esta granja, junto con la Granja-Escuela de Somió, también de la Universidad Laboral, contribuyeron notablemente a la presencia asturiana en la Feria Internacional del Campo del año 1956 en Madrid. En aquel entonces, cuando la granja pasó a la Universidad Laboral, la instalación fue totalmente reformada, desde la capilla a las casas de los caseros, pasando como no por construirse unas cuadras nuevas. Son los edificios que ahora han sido conservados y reaprovechados: en la cafetería estaba la cuadra de los xatos o terneros y en el salón de bodas la de las vacas de leche. La capilla, al otro lado de la carretera, fue como hemos dicho parte del hotel.
Anteriormente, aún en tiempos de don Claudio, venía los domingos a decir misa un capuchino, oficios religiosos a los que acudían también algunos vecinos de confianza, amigos por él invitados, así como a la Misa de Gallo en Nochebuena. Al pasar a la Universidad Laboral se hizo una capilla nueva, daban misa los curas párrocos de Deva, primeramente Don Nicasio, después don Jaime…»
Asimismo, en las dependencias de la granja había oficinas, despachos y otras dependencias, llegando en su momento a acondicionarse una vivienda especial para las estancias de José Antonio Girón de Velasco, hombre fuerte de gran protagonismo en aquella época del régimen franquista, ministro de trabajo entre 1941 y 1957, impulsor de las universidades laborales a traves de la fundación de su nombre. Se trajo a una señora a cuidar y atender la casa, María, que era de Uviéu, la cual un día se sorprendió cuando llegaron Girón y otros encargados o responsables de la granja y la Laboral, con muchas ganas de comer frixuelos…»María, tiene usted que hacernos frixuelos«, ella argumentó que no sabía hacerlos, pero ellos insistieron y pudo contar con la ayuda de nuestra informante, que se había hecho amiga de su hija, para hacer aquellos frixuelos para Girón y sus colaboradores.
Las ideas con las que nació la Universidad Laboral cambiaron con los nuevos avatares socioeconómicos y políticos del régimen, el propio ministro fue cesado en 1957. Pronto la Granja Lloreda pasó a depender de otro organismo, la Tesoreria General de la Seguridad Social, pero el uso agropecuario siguió manteniéndose, con vaques moches de leche, los caseros continuaron con su actividad, causando asombro la atención de sus cuadras azulejadas que se limpiaban continuamente para tenerlas brillantes, dentro de las más estrictas normas de higiene que se estaban imponiendo en la que fue la mayor empresa industrial de la parroquia de Deva, con unos 19 empleos. Luego, muy al principio de los años 90, esta finca con su granja y terrenos pasaría al Ayuntamiento, que en ellos construiría el campo de golf municipal»
Llegamos al restaurante El Pinal, fundado en 1968 por Alejandro Suárez Meana, trabajador que fue de la empresa Trefilería Moreda S.A. pero que decidió embarcarse en este proyecto, al principio un chigrín o pequeño bar de pueblo que al principio tuvo tienda y merendero, invirtiendo 50.000 pesetas y comprando un terreno cerca de su casa natal
La mujer de Alejandro, Margó Blanco, estaba al cargo de la cocina, siendo entonces los primeros años sus más asiduos clientes los compañeros de su marido en la fábrica de Moreda, cuando subían largas filas de coches Seat-600 por la carretera
La primera boda fue en 1972, improvisándose una nave con tejado de uralita. Ahora, ampliado y reformado, el restaurante dispone de varios salones para los comensales
Allí abajo algunas de las casas de Castañera, porción de territorio gijonés, de la parroquia de Deva, que hace una especie de cuña o saliente en el de Villaviciosa
Ahora al este, a lo lejos, Samiguel de Llonxes, o de Arroes, y, en la distancia, la vecina parroquia de Quintes, paso también del Camín Real de Les Mariñes. Los libros de difuntos señalan el fallecimiento de un peregrino jacobita alemán en 1739 y otro francés en 1779, solar también de antiguas minas de azabache
Al seguir subiendo vemos toda la entrada de El Pinal
El Monte’l Conde nos orienta hacia El Curviellu, en buena rampa
Al norte junto a la mar, empezamos a ver mejor parte de Les Mariñes
De frente, una gran pumarada
Vamos en continua ascensión
Criadero de ponis. Abajo Castañera
Empezamos a ver, más atrás, otras casas de Castañera. Luego, comprobamos como la Autovía del Cantábrico atraviesa Les Mariñes. A lo lejos Samiguel d’Arroes y Quintueles
Casa Colás o Cá Güelu
Casa Herminio Juacu, rehabilitada la que fue la antigua cuadra
El hórreo
Más paisajes mariñanes…
Quintueles, paso del antiguo Camín Real de Les Mariñes, alternativo a este en tiempos pasados como comunicación costera asturiana
Les Mariñes de Villaviciosa fueron famosas siempre por sus yacimientos de azabache, conservándose aún galerías de las antiguas minas, que se explotaban artesanalmente ya posiblemente desde época prerromana, siendo el último minero Tomás Noval. Buena parte del azabache se vendía a Santiago de Compostela, pues fue este mineral negro muy empleado en objetos litúrgicos
Ahí vemos la actual iglesia parroquial de San Clemente de Quintueles, fácilmente reconocible por la silueta de su espadaña recortándose en el mar. Tras ser destruida la antigua, en el barrio de San Clemente, durante la Guerra Civil, la nueva se construyó en este lugar, más poblado y cercano a la carretera N-632
Aquí, a la derecha, una fuente…
La Fuente les Pelayes…
Pasamos junto a los manzanales que veíamos antes
Cierre ancestral…
Subimos todo recto u directo…
Trabajando en las huertas…
Impresionantes paisajes de la franja costera…
Prados y arboledas por doquier…
La Mar hacia La Ñora…
La autovía, siempre a la vista y, poco más allá, el campo de Golf La Llorea, en los terrenos de la antigua granja
Samiguel d’Arroes o, atendiendo a su antiguo nombre recuperado en su asociación vecinal, de Llonxes, de la palabra asturiana llonxe, lejos
Llamativa mata de color rojizo
El Cantu quedó a nuestra derecha
Ya empezamos a ver el final de la subida, a lo lejos…
Casa Tino
Burro y vaca, tapados por las margaritas
Cuidado con el paso de los coches, pues no hay arcenes
El hórreo…
El chigre del Curviellu, ya a dos pasos, en subida, pero dos pasos..
Casa Ugenio’l Lecheru
Aquí hay un poco de explanada,un muy buen lugar para hacer un alto y recuperar aliento mientras explicamos algo del paisaje
Al norte, el gran dique de El Muselón nos hacer recordar la canción Corrida Street del cantautor Manolín el Nietu Celo Xuan
«En Xixón
hay un puertu
pal que-y presta
ser grandón
Munches playes
y el balón
del Sporting
en Primera División»
Al pie de la autovía unas casas
La Venta, una antigua venta caminera en Samiguel de Llonxes…
Más casas de Castañera: : El Rebollo, El Forcón y Finca Llaneza, en los prados llanos al pie de estos cordales costeros
Seguimos avanzando junto al guardarraíl
Luego, un poco de seto…
Aquí un poco de arcén
Aquí sí vamos a recomendaros que pares un instante, pues las vistas lo merecen y así de paso, nos refrescamos un poco y evitamos entrar en el chigre El Curviellu bufando y sudando…
Se nos ofrece un panorama soberbio…
Es la ciudad de Gijón/Xixón y su bahía. En primer término La llanura de La Olla, en la parroquia
Luego de La Olla, hay una gran torre, es la de la Universidad laboral, cerca de la que pasaremos en nuestro itinerario. Con sus 130 metros de altura se trata del edificio más alto de Asturias y del edificio de piedra más alto de España, construido entre 1946 y 1955. El resto de sus enormes dependencias y pabellones los veremos más abajo, pues desde aquí están tapados por los prados de la meseta de La Olla. A su derecha, El Mirador de La Olla
Sobre El Mirador de La Olla y también a la derecha de La Torre, más lejos, está el Estadio El Molinón Enrique Castro Quini, del que también hablaremos al pasar junto a él, todo ello ante los árboles del parque de Isabel la Católica
A la izquierda son los edificios de El Bibio, Al fondo en medio de la foto es el centro urbano, con los edificios de L’Arena y El Muro a la derecha, sobre El Molinón y ante el mar y el cerro de Santa Catalina, promontorio sobre el cantábrico y ante del puerto de El Musel con La Campa Torres sobre él, solar del castro astur de Noega, de los cilúrnigos, antecedente de la actual población
Al extremo del Musel, El Cabo Torres con los altos edificios de la regasificadora. Más en la distancia Lluanco, capital de Gozón e histórico puerto pesquero que fue antiguamente ballenero, y el Cabu Peñes. Más cerca está Candás, también histórica villa de pescadores, y capital de Carreño, aunque no puede verse tapado por La Campa Torres.
Se sabe que tanto Candás como Lluanco tuvieron sendos hospitales para pobres y peregrinos, si bien en una ruta muy desviada del camino principal, que desde Gijón/Xixón sigue a Avilés por el Monte Areo, El Valle y Trasona (Corvera). Por lo común habrían de pasar la ría de Aboño en lancha. El hospital de pobres y peregrinos de Lluanco se sabe existía en el siglo XVIII en lo que había sido una casa-almacén de transformación de productos extraídos de las ballenas. En concreto se habla de dos establecimientos para pobres y peregrinos, en Hospital de San Juan, fundado en 1744 por don Juan Suárez Pola, del que se conserva la capilla, y una casa que servía para hospital en el siglo XVII en la ahora calle Ramón y Cajal
Por su parte el Hospital de Santiago de Candás fue fundado por los propios vecinos en el siglo XVI, cerca de la parroquial de San Félix, vecinos que junto con el párroco eran sus patronos. Tenía casa, capilla y buenas rentas, siendo su administrador o mayordomo escogido cada dos años, mientras el hospitalero se ocupaba, tal y como se lee en el Libro del Hospital en 1693, de «asistir por los días de su vida a los pobres y limpiarles la ropa». Luego, en las cuentas de los años 1732 y 1732, de dice que en ese momento se habían gastado catorce reales «fuera de costumbre a causa de más concurrencia de peregrinos y enfermos»
Puede llegar a verse en día claros el Faro Peñes, y de noche claramente sus destellos
A la derecha del Cabo Torres el gran espigón de El Muselón, la más reciente ampliación portuaria… una maravillosa vista de la bahía gijonesa…
En este sector de costa El Rinconín, con su urbanización y el Sanatorio Marítimo, inaugurado en 1945
Más cerca y un poco a la derecha la zona alta de las parroquias gijonesas de Deva, Cabueñes y Somió…
De La Olla a La Llorea, La Providencia, L’Infanzón y El Tasqueru
Por ahí abajo nace el regato de La Bonagua afluente del río La Llorea, nacido en las estribaciones del Monte Deva y La Olla, que se unirá al río El Forcón, formando el La Ñora, el cual marca la frontera entre Villaviciosa y Gijón/Xixón
Desde aquí vemos precisamente la hondonada del valle de La Ñora, donde desemboca este río, en la playa del mismo nombre. Más acá la Autovía del Cantábrico (A-8) y sus enlaces
Toda esta zona ha venido pasando de ser netamente rural a cada vez más residencial, construyéndose numerosas viviendas unifamiliares y chalets
Poco más allá de la autovía y casi en la frontera de concejos La Llorea, parroquia de Deva, actual campo de golf y edificios hosteleros en lo que fue la Granja Lloreda, de la que escribíamos en el libro Rutas para conocer el concejo de Gijón…
«…Granja Lloreda, antaño propiedad de Claudio Vereterra Polo, que sería alcalde de Xixón antes de la proclamación de la II República, quien se la compró a sus antiguos propietarios. La granja ya era famosa desde sus mismos comienzos pues introdujo, a mediados del siglo XIX, vacas lecheras suizas, con la idea de cruzarlas con las asturianas. Más tarde todo pasaría a la Universidad Laboral»
A la derecha del valle de La Ñora está el barrio de San Clemente, en la parroquia Villaviciosina de Quintueles y solar de su antigua parroquial, en un lugar citado como solar de una iglesia-hospital de la que se sabe desde el año 1144. Existió además la cofradía de Nuestra Señora del Rosario, del gremio de azabacheros, citada por primera vez en 1604. No en vano ahí está El Prau la Mina, reminiscencia de las antiguas minas de azabache o acebache que tanta fama dieron, y siguen dando, a Les Mariñes, la costa occidental de Villaviciosa
Quintueles, antiguo paso del Camín Real de les Mariñes, otro de los caminos costeros de la antigüedad, empleado también por los peregrinos. En la actualidad esa ruta no está señalizada ni es considerada camino oficial a Santiago ni variante del mismo. A partir del siglo XVIII cayó en desuso en favor de este otro camino, por el que vamos nosotros
Abajo el barrio de Los Pisones. Allí en la divisoria con Arroes está El Barriusu y, poco más allá La Llanada, también antigua mina de azabache de la que apenas queda ni el recuerdo. Un poco más lejos los barrios de Friuz y Cazamular
En medio de sus barrios volvemos a ver también la iglesia de San Clemente de Quintueles
Enfrente de ella tal ves reconozcamos Casa Nicasia, histórica casa de comidas y paraíso gastronómico de les llámpares (lapas), cuyo festival se celebra entre esta parroquia y su vecina de Quintes
Los barrios de Quintueles, en los caminos a La Ñora
Otra zona que de rural ha pasado paulatinamente a residencial
Abajo La Bonagua, frontera de concejos
Y ya coronamos El Curviellu, el primer puerto de montaña, de cierta categoría, del Camín Xixón-Cuadonga-Gijón Covadonga
En el llagar se celebraron antaño sonadas esfoyazas (trabajo comunitario de deshojar las mazorcas o panoyas de las grandes cosechas de maíz) y espichas (pruebas o prebes (catas) festivas de sidra de la temporada)
Justo después del bar, la Casa Eleuterio’l Curviellu, también con su pequeña historia y misterio
Allí en las piedras de la base de la fachada, casi en la esquina izquierda una inscripción
Aquí fue donde hace unos años se descubrió esta piedra labrada, fechada en el año 1789, que también conserva el recuerdo de tiempos pasados, nada menos que de los tiempos en los que Jovellanos rondaba por estos parajes
No hemos encontrado la transcripción de lo que dice, pues tampoco se lee demasiado bien. Invitamos si alguien puede o la sabe, pueda decírnoslo…
Pero vamos a pasar ahora al chigre tienda, de notable historia y antigüedad, parada de peregrinos a Santiago y Covadonga pero también de ciclistas, senderistas de las montañas cercanas, o del de todo el que quiera parar…
Aquí se guarda la memoria de los miles de viajeros que antaño hacían parada y fonda en El Curviellu, siguiendo un camino milenario cuyo origen está en los primitivos pasos naturales que enlazaban valles y montañas
La barra de despachar y el mostrador de la tienda, a la derecha según entramos
Podemos conversar un poco con los tenderos de la que le pedimos algún pinchu o una galletina. En las estanterías pueden verse toda clase de mercancías, desde latas de bonito a tabletas de chocolate, o desde pilas para la radio hasta madreñes, zapicos y alpargatas.
Siempre hay colgando de algún gancho ristras de chorizos y longanizas que dan un extraordinario aroma a la estancia, junto con la máquina del reconstituyente café. Todo ello junto quizás nos haga sentir hambre o deseos de picar algo, y es que el ejercicio y el aire del campo enseguida llaman a la gana de comer, o por lo menos ir rucando alguna «exquisitéz de la zona».
Estamos a una andando hora más o menos del siguiente bar, el de Casa Pepito en Llantáu, al lado del río España y en esta misma parroquia de Pión, famoso por su merendero, parrilla y espectacular gastronomía
Salimos pues de Casa Pepito e iniciamos la bajada al Valle de Pión, Valle de Pión y Candanal, o Valle del Río España, dejando la carretera para, nada más comenzar el descenso, tomar un ramal a la izquierda, justo después de Casa Eleuterio’l Curviellu
DEL CURVIELLU A BÁRCENA, LLANTÁU Y CASAMORIA: POR EL VALLE DEL RÍO ESPAÑA (VILLAVICIOSA): «PEREGRINOS DE LA SANTINA Y DE SANTIAGO». EL CAMÍN XIXÓN-CUADONGA /GIJÓN COVADONGA (4)
Los peregrinos del Camín Xixón-Cuadonga/Gijón-Covadonga suelen hacer parada en El Curviellu, a unos 260 metros de altitud, en los primeros kilómetros de travesía andariega y entrando en el concejo de Villaviciosa por este barrio de la parroquia de Pión, siendo tradición detenerse a tomar algo en el chigre-tienda allí existente, donde echan el freno «los peregrinos de Santiago y la Santina», pues hasta Amandi, al sur de La Villa (Villaviciosa capital) coinciden en su trayecto ambos «caminos de romería», si bien en sentido inverso. Aquí culmina la que sería la primera subida de importancia de este trayecto a Covadonga, contando la que también se hizo para subir a La Olla desde El Güeyu Deva
Pero ahora y tras subir, toca bajar, salimos del bar y continuamos unos metros por la carretera AS-331, la popular Carretera Pión, frente Casa Eleuterio’l Curviellu, con su inscripción del año 1789, tiempos en los que el ilustrado gijonés Gaspar Melchor de Jovellanos andaba también por estos caminos, que recorría a menudo rumbo a la casa familiar que tenían el el valle del río España, hacia donde nos dirigimos nosotros, El Palaciu’l Conde
Esta camino, camín real o rial, tiene su historia, a partir del siglo XVIII al menos y, hasta la construcción de la Carretera de Villaviciosa, bien avanzado el siglo XIX, fue la principal vía de comunicación entre esta villa y la de Gijón/Xixón, en detrimento de otro camín real más costanero, el Les Mariñes, pues este, pese a no subir a estos puertos, resultaba harto más largo y menos directo
Pasada la casa, una bifurcación: seguimos a la izquierda por la carretera, viendo a lo lejos ya los montes del Monte Cañéu o Cordal de Pión, que cierran por el este el valle del río España, que se extiende se sur a norte siguiendo el cauce del río de este nombre, llamado también valle de Pión o Peón, o de «Pión y Candanal», otra parroquia villaviciosina situada más al sur,, en el nacimiento del río y del valle
También empezamos a ver el valle, normalmente bastante tapado desde aquí a la vista por las plantaciones de eucaliptos
Allí en aquella collada está el Altu la Cruz, a unos 451 metros de altitud, el siguiente puerto montañero de esta ruta, al que habrá que subir luego de bajar al valle, acometiendo la cuesta por el barrio de Casamoria. Esa parte de la sierra son los montes de Turbeñu o Turueñu y, a la izquierda de La Cruz, vemos el monte Curiella o Picu la Curiella (535 m), donde están el campo de túmulos de La Llaguna de Niévares, y el área recreativa de este nombre. A la derecha es el Picu la Cruz (541 m)
Pronto dejaremos la carretera, de sinuosas curvas, para tomar a la izquierda la bajada directa al valle
Es el Camín de Peñes Blanques, que inicia aquí la bajada
Una señasl, de las colocadas en 1997, aún aguanta en pie indicándonos el camino
Y en ella, la garrapiella, el trisquel empleado por la Tertulia El Garrapiellu cuando, a partir de 1992-1993 iniciaron el primer trabajo de señalización integral de toda la ruta, dentro de su intensa actividad de promoción de la misma, trisquel que pasó a ser su anagrama y símbolo de estas marcas, primero pintadas a mano y, en 1997 y con apoyo del Principado de Asturias, puestas también en estas señales que convendría algún día reponer, pues en tantos años han desaparecido muchísimas
Caminamos así por la ladera este del Monte’l Conde, Monte’l Curviellu o de Peñesblanques, nombre de otro de los barrios de esta parroquia, que comunica este camino
Cuestudas fincas a nuestra derecha e izquierda
Este tramo está asfaltado y baja poco a poco. Es estrecho para los vehículos, por lo que, si pasase alguno. hemos de apartarnos bien
Altos arbustos, si bien en estas franjas y cordales costeros la especie predominante son los eucaliptos, en grandes plantaciones para la industrial papelera, sustituyendo a antiguos montes y pastos
La bajada va suavizándose…
Caminamos entre arboledas…
Y comenzamos a llanear
Tal vez entre la enrramada podamos ver ya algo del fondo del valle
Vemos parcialmente Casamoria, barrio pionesu, y la subida, también directa y entre eucaliptales, al Altu la Cruz. Arriba allí predominan los pinos, también plantados masivamente
A nuestra derecha Moñancu (449 m) con La Cabañina y, más atrás, La Cuétara
Y Brañaverniz, la Casa’l Yaque. Abajo las profundidades del valle de Riosecu, un río que, como su nombre indica, baja casi siempre seco desde su nacimiento al pie del cordal del Fariu y Peña los Cuatro Xueces, en la gijonesa Brañanueva
Mucha antención ahora: tomamos el sendero que baja a la derecha, entre los arbustos
Aquí dejamos el asfalto y nos metemos por esta senda. Fijémonos en el mojón
Tiene pintadas flechas a Santiago y a Covadonga
Todo bajada hasta el valle
El viejo camino, que yacía olvidado, fue volviendo a emplearse intensamente al señalizarse por él las rutas de Covadonga y de Santiago, siendo miles los peregrinos que por aquí circulan en ambas direcciones
Además es muy frecuentado por senderistas y ciclistas de montaña
La caja caminera delata su antigüedad
Escribimos así en nuestro libro El Camino de Gijón a Covadonga:
«Es tanto el ramaje que en ocasiones se forma un verdadero túnel vegetal entre felechos, matos y ocalitales, no exento de una indómita belleza selvática, si se me permite esta romántica y aventurera expresión. Luego el camino abre y se ensancha otra vez, aún entre más arbustos y arbolado, donde aún podremos ver algunas de les llábanes de piedra del antiguo Camín Real de Pión»
La histórica senda es hoy una caleya llena de encanto rural, eso sí, en buena rampa abajo a veces, por lo que es mejor ir andando apoyándose en algún palo, al menos cuando llueve, pues siempre fue muy dada a resbalones
En estos sitios, tan tupidos y frondosos, el paisaje puede cambiar cuando se talan los ocalitos, y lo que hoy es un bosque mañana puede ser una ladera pelada
Un verdadero muro de tierra nos separa a la izquierda de los prados que caen de Peñes Blanques
Señales del viejo empedrado
Muro de contención: ha habido algunos argayos o corrimientos de tierras hace años, en tan empinada ladera
Las piedras ayudan a pisar, formando algún escalón
Zona de arbustos
Buena bajada toda recta…
Profundísima caja caminera
El empedrado…
Les llábanes, las grandes piedras del suelo…
Camino de tierra, piedras y hojas de eucalipto
El milenario camino recuperado, hollado por los peregrinos de antaño y los de hogaño
Allí, un cruce
Vamos a la izquierda
Se suaviza un tanto la bajada…
El musgo crece en las veredas
A lo lejos el Monte Cañéu. Ahora, junto al La Cruz vemos El Llanucáu (521 m) y Arbezu, más abajo es La Rasa, valle formado por el Riosecu o río de La Vega, que va al encuentro del río España
Seguimos nuestro periplo montaña abajo…
Huele a verde, eucalipto, hierba, tierra y naturaleza
Un fontán o pequeño charco de manantial
El propio camino forma su curso. Asoma entre las piedras un cable de manguera
Otro tramos de penumbra…
Mágica sensación al andar
A la derecha una finca
Este prado es un verdadero claro en medio del bosque…
Refugio y palmera
Proseguimos el largo descenso de El Curviellu al valle
Las ramas filtran la luz solar produciendo un efecto de celosía…
Tramo muy pedregoso…
Vemos el final de la cuesta…
Otro fontán
Fin de este primer tramo de bajada, a nuestra derecha otra gran finca
Fijémonos en la portilla
A la izquierda la figura de un ciclista
A la derecha un gamo o similar…
Viene ahora un tramo bastante llano…
Pista de tierra muy agradable de pasear…
Depósito de agua…
Y volvemos a bajar…
Es el tramo final antes de llegar a las primeras casas…
La pumarada delata que nos acercamos a Bárcena, otro barrio pionesu
Es la parte de Casa Filomena la Pega
Bifurcación: vamos a la derecha, seguimos bajando
El perro sale a recibirnos…
Aquí podemos sentarnos
En este muro dos imágenes en dos hornacinas en forma de ventanas románicas, la Virgen de Covadonga y San Cristóbal
Precioso hallazgo para «los peregrinos que van ver la Santina», verdadera premonición de nuestra llegada a Covadonga. Seguimos de frente todo recto y directo
Un poco más abajo, otra quintana, La Garita. Bárcena extiende su caserío a lo largo del camín y por las faldas del monte
A nuestra derecha vemos el valle, al pie del monte Moñancu, Requexu, por donde va la carretera, que dejamos arriba en El Curviellu
En La Garita, pisando ya asfalto, llegamos a un cruce, seguimos de frente hacia la casa
Aquí, junto al mojón, hay manera de sentarse
Con suelo de losas de piedra y un tronco con un cristal a manera de meseta, es un excelente mirador sobre el camino y el valle
Al seguir camino nos fijamos que el tronco tiene labrada una cara…
Buena mata de hortensias
Ahora, abajo en el valle, más allá de Requexu, asoman los tejados del barrio de Riosecu, llamado como el regato que por allí discurre
Llegamos a El Caserón, o Casa José Ramón de la Casería
Preciosa bungavilla, la planta trepadora del verano…
Horru y vara yerba, en miniatura, a la derecha
A la derecha seguimos nosotros
Siempre en bajada
Por este tan florido tramo de camino…
Desde aquí ya tenemos una grandiosa vista del valle de Pión, la parte central de esta parroquia
En primer término vemos Llantáu, hacia donde nos dirigimos: allí saldremos a la carretera y cruzaremos el puente sobre el río España. Justo encima, casi en medio de la foto, la iglesia parroquial de Santiago, con su alto campanario dominando el valle. A la izquierda de la iglesia La Venta, donde dejaremos la carretera para entrar en el barrio de Casamoria, justo encima de la iglesia, desde donde subiremos al Altu la Cruz, arriba a la izquierda
La iglesia era un clásico templo rural asturiano que fue reformado enteramente en el año 1929, quedando un santuario de grandes dimensiones, con nuevas dependencias y elementos, tales como la fachada y la torre cuadrada. Bajo esa torre hay un pórtico o cabildo, que no vemos desde aquí, pero que cuenta con dos portadas de estilo románico decoradas con los clásicos motivos geométricos y vegetales de este arte del medievo
Estas portadas parece ser que pudieron venir, junto con otras piezas notables como los canecillos de la cabecera, de una ermita que existió muy antiguamente unos metros más atrás, en el barrio de Casamoria, por el que estamos pasando y en el que se sabe que también hubo una casa rectoral de la que no queda nada, quitando las menciones de los libros de registro como el Diccionario de Pascual Madoz (1845-1850)en el que se lee…
«En la Casa Rectoral hay una capilla bajo la advocación de San Juan de Dios en cuyo día se canta en ella una misa solemne…»
Y otra inolvidable vista del valle de Riosecu a nuestra derecha
El Camino es casi llano, ahora en este tramo
El camino encajado entre el muro de contención del prado y la sebe o seto silvestre
Hay un cruce: nosotros seguiremos recto hacia la casa del fondo, que tiene un tendejón donde se guarda la maquinaria
Casa Mortera, asentada junto al camino y en plena ladera
Pasamos a su izquierda, dando vista siempre al Monte Cañéu
Una panera prado arriba. Más atrás, ocalitales
Nos vigilan…
Soberbia panera de corredor
Sigue el camino, en llano
La cabritina pasta en la pumarada…
Las manzanas antes de ser pañaes o recogidas, rebosando los árboles. Y otra buena vista de Llantáu, la iglesia, La Venta y Casamoria
Sobre la iglesia asoman un poco las casas de El Valle, otro de los barrios de la parroquia. Abajo La Llosa, por donde pasaremos, recorriendo esa amplia vega, para salir a la carretera
Idílico paisaje rural..
Maizales. De frente el Monte Curiella, a la izquierda del Altu la Cruz
Bifurcación: vamos a la derecha
Sigue la bajada…
Y admiramos este seto artísticamente podado
Con la frase Good Trip (Buen Viaje)
Un perro nos precede. Arriba la reciella, el ganado menor, el rebaño de ovejas
El perro tiene alma de pastor…
La reciella nos observa…
Otro cruce cerca de Casa José Manolón: aquí bajamos a la derecha
Desde estas fincas tenemos otra grandiosa vista del valle
Este es un muy buen lugar para hacer un alto y contemplarlo…
Estamos en un verdadero balcón natural sobre el valle del río España viendo de nuevo el Altu la Cruz, a lo lejos a la izquierda de la foto. A su derecha es el Monte la Cruz (541 m), y luego van El Llanucáu (521 m), La Llaguna y El Cuestu (624 m), El Llanu’l Toral (505 m). Un poco más cerca, Arbezu
En este sector el valle se ensancha considerablemente, recibiendo el río España las aguas de varios afluentes que nacen en las montañas que cierran el valle por ambos lados
La Llosa, a la derecha, y Llantáu, a la izquierda. En medio de la foto, oculto por los árboles, en el barrio de Fonfría, está el Molín del Ciruxanu o de La Ciruxana, reedificado en 1850 por Salvador Riera, según reza una inscripción, sobre otro más antiguo. Es uno de los muchos molinos que trabajaba con la fuerza motriz del río España. Llegó a tener cuatro muelas funcionando y se abastecía tanto del río a través de una canal como de la cercana Fuente la Pontica
El río pasa recto bajo la línea de árboles que vemos en primer término. Más allá la iglesia, a su izquierda La Venta y a lo lejos El Valle
Acometemos así el tramo final de bajada…
El camino es estrecho y comunica todas estas casas. No queremos pensar qué pasa cuando coinciden dos coches en distinta dirección
Ahora estamos al pie de las pomaradas que veíamos antes
Curva a la izquierda
Abajo un cruce…
En el cruce a la izquierda
De frente un viejo depósito de agua…
En el depósito hay un elemento importante
Estas flechas, el trisquel y las letras, son de las primeras que se pintaron a mano cuando El Garrapìellu señalizó íntegramente toda la ruta en la primavera de 1993 (véase el archivo de prensa del capítulo de esta serie dedicada al camín). Han sido repintadas muchas veces, la última de color azul. Al lado, una concha del Camino de Santiago
Por aquí seguimos caminando
Bajo nosotros, la antigua escuela. A la izquierda Casa Ramón de Nolo
Frente a ella acaba este gran descenso montañero desde El Curviellu
Nuestro camino seguirá luego por La Llosa, ya en la gran vega central del valle
Y de La Llosa, a Llantáu, con sus casas extendidas a lo largo de la AS-331
Vemos el trayecto que nos aguarda como en un mapa
Y la desafiante cuesta al Altu la Cruz, al otro extremo, parece aguardarnos para cobrase su tributo con nuestro esfuerzo. Como en una montaña rusa, bajamos pero volveremos a subir, para luego bajar…
Y así, todo rampa abajo culminaremos esta formidable bajada al valle del río España
Ramaje sobre el camín…
Y, como hemos dicho, frente Casa Ramón de Nolo, «llegamos a lo llano»
No nos despistemos: hay que ir por aquí a la izquierda. Hay flechas en el suelo
Y un viejo poste de los instalados en 1997
Verdadera historia ya y patrimonio del camino…
Enlazamos con esta pista…
De frente La Llosa
Caminamos por esta pista, llaneando ya, unos metros…
Más pumares
Los helechos crecen entre las piedras
El firme está hormigonado
Seguimos así unos pocos metros más…
Y ahora atentos…
Aquí iremos a la derecha…
Una caleya en La Llosa…
Fijémonos en el mojón
Con señales a Santiago y a Cocadonga
Casas de La Llosa, nos dirigimos a ellas. Fijémonos en las inmensas plantaciones de eucaliptos en la montaña
Un bellísimo camino rural que se ha mantenido intacto
La Llosa es un inmenso pastizal…
Y también, como no, manzanal…
Vista atrás, a nuestra derecha
En primer término Casa Ramón de Nolo
Justo encima vemos el depósito de agua de las letras de El Garrapiellu
A la izquierda la antigua Escuela Práctica de Agricultura, fundada por Ramón Álvarez de Arriba, emigrante en La Habana que donó 600.000 pts. para ella y para un Instituto para Obreros en Gijón/Xixón, si bien solo esta se hizo realidad. La escuela agrícola es un edificio de dos plantas y un prado para enseñar «cuanto se refiera la cría de ganado, cultivo de prados, maíz, trigo, árboles frutales, fabricación de sidra y cuanto más sea propio de aquella comarca para la enseñanza gratuita de los vecinos de Candanal y Peón». En los años 90 del siglo XX se creó el Centro de Experimentación Agraria.
En la distancia las estribaciones del Monte Deva (424 m), ya en el concejo gijonés, espacio natural protegido y lugar del que hemos hablado abundantemente en los primeros trechos de esta travesía andariega
Las cuestas abajo y arriba dan en este valle un poco de merecida tregua a las sufridas piedras del «caminante, pelegrín y excursionista»
Tal vez en este trayecto hasta Villaviciosa estén los tramos más duros de la caminata, al subir a La Olla, luego a El Curviellu, bajarlo todo en Pión, y volver a subirlo y bajarlo seguidamente y de nuevo en La Cruz y Niévares. Más allá, aún en el concejo de Villaviciosa, la subida a Breceña y Sietes es otra de las grandes cuestas de esta ruta andayona
Y a lo lejos a la izquierda, el viaducto de la Autovía del Cantábrico (A-8), sobre el barrio de Buznegu y no lejos de la famosa Cueva del Lloviu, que con sus cerca de dos kilómetros de galería viene a ser la más grande conocida del jurásico en Asturias, espacio protegido en el que habitan varias especies de murciélagos
Y ya estamos ante las casas de La Llosa, que veíamos al bajar
Pasamos junto a ellas y sus fincas
Se ven bien las rodadas de los vehículos. marcadas en el Camino…
Y Ya en Llantáu, el puente sobre el Riosecu, vieja construcción de piedra
Una hermosa vega de prados y arbustos ornamentales
El río no hace honor a su nombre, pues algo de agua lleva…
Seguimos hacia la carretera
Y en la carretera, esta era la Casa Juan de la Torre
Aquí hubo antaño chigre y bolera
Seguimos así carretera adelante
Ya en la carretera un árbol venerable…
ElCepón oLaCastañalona, otro de los símbolos, este natural, de estos antiguos caminos, pues no son pocos los caminantes que se detienen a hacerse una foto «introduciéndose» en su interior. Detrás estaba la bolera
Y carretera adelante vamos ahora todo recto hacia el puente del río España
Casa Adolfo’l Carpinteru
La Santina, alegoría del Camín a la Cueva Divina, que nos inspira encoplar un cantar tradicional…
««Cuando fui pa Covadonga
Volví con desilusión
Pues me dixo la Santina
Que nun me tienes
Nada de amor
Como puedes comprender
Traxe el corazón partíu
Lo mucho que te rondé
Morena mía
Tiempu perdíu
Ven morena ven
Bailemos a la gaita
Ven morena ven
Bailemos al tambor
Que aunque nun me quieras
Yo nun podré olvidate
Pues la Virxen dixo
Nun-y guardes rencor
Bailemos a la gaita
Bailemos al tambor
Hoy vuelvo de Covadonga
Traigo alegre el corazón
Pues me dixo la Santina
Que ya me tienes algo d’amor
Doy gracies a la Señora
Del conseyu que me dio
Que aunque tú nun me quixeras
Nun te guardara ningún rencor»
Estamos en medio del valle, a la izquierda los altos de Brañavieya, de frente el Altu la Cruz, todo en el Monte Cañéu o Cordal de Pión
Vienen a saludar al caminante…
Grandioso tonel de sidra en otra pomarada, a la derecha
Un verdadero monumento a la cultura sidrera
Continuamos todo recto carretera adelante, pasando junto a este almacén de material de mantenimiento viario
Avanzamos de frente en estos cruces, pero fijémonos en esta fuente a nuestra derecha
Fuente: traída de aguas de la Fundación Álvarez de Arriba en el año 1955
Y este es el hórreo de Casa Florencio Llantáu
Aquí estaba el llagar de Sidra Peón
Hitos en el Camino, entrada en el barrio de Llantáu
Más toneles, ahora en el antiguo llagar trabaja un carpintero que los hace
Los peregrinos fotografían estos portentos de la industria sidrera… también aquí queremos cantar
«Axúntabense, axúntabense
Con un xiblata al pie de un tonel
Puestu en un barracucu tapáu con laurel
Axúntabense, axúntabense,
Mozos muy gayasperos que amás de beber
Cantaben, bailaben, arrimábense»
Desde la carpintería de toneles caminamos por la carretera
Primeras casas de Llantáu
Casa Majín o Maju Llantáu, al otro lado del llagar
Y en Llantáu, antes del puente, una fila de casas; la primera Casa Pepe Llantáu, que tuvo estanco y cartería. Más allá estuvo el famoso chigre La Carbayera, un bar «de los de antiguamente». Ahí está ahorala Pensión Karama Mario
Fijémonos en el corredor
Con las banderas de Asturias y del Sporting, llevan años allí
Otro azulejo de la Santina. Todo recuerda al camín… a los caminos, a Covadonga y a Santiago
«Tengo dir a Covadonga
cola mió neña en setiembre.
Y en setiembre,
tengo lleva-y a la Virxen
un ramín de palma verde
pa que me quieras»
Viene a decir la letra de la tonada
Es el cruce con la Carretera Candanal, por donde sigue la AS-331. El puente está justo enfrente, vamos a él tomando ahora la carretera VV-8
Mirando al cruce, la antigua Cuadra Casa Pepe Llantáu
Hitos kilométricos
Toneles a la entrada, como ornamento
Siguiendo así hacia el puente pasaremos junto a Casa Otavio’l partidor
Gran palmera en su terreno. A la izquierda más tonelería sidrera
Los toneles llegan casi a la orilla. También aquí nos inspiran para cantar una asturianada…
«Yá sangra’l tonel
de la rica sidra
que viva Asturies
que viva bien
tostando’l gochu
nel mió sartén»
Y este el El Puente’l Ríu España, otro de los momentos simbólicos de la ruta, pues pronto iniciaremos la no menos emblemática subida al Altu la Cruz
Hay un paso estrecho si llega algún vehículo. Estemos muy pendientes al cruzar
Con sus 14 kilómetros, el río España es el más largo del concejo de Villaviciosa: nace en Les Fontalines, bajo el monte L’Osil, cerca del Colláu la Fumarea, que veremos enseguida, camino de Casamoria. Su topónimo dicen tiene que ver con españar, palabra asturiana que, en diferentes acepciones, tiene el significado castellano de estallar, reventar, romper,, tal vez por la famosa cascada que forma poco después de su nacimiento. Desemboca en la famosa playa de su mismo nombre
Pero además el paso del río España es importante porque aquí tenemos otro de los paraísos gastronómicos del camino, Casa Pepito, justo en la encrucijada con la carretera de Puente Arroes. A la izquierda la gran explanada de su aparcamiento, a la derecha el merendero
Casa Pepito se fundó a mediados del siglo XX, tal y como informan ellos mismos en su página web…
«Casa Pepito Fue fundada allá por el año 1949, como tienda con taberna, o taberna con tienda, porque nunca se sabe si son más una cosa que otra este tipo de establecimientos nacidos con la vocación de satisfacer las más variopintas necesidades del medio ruralNaturalmente el establecimiento también era estancoOriginariamente esta casa fue bautizada como Casa Ernesto (con la importancia que esto tiene, que era el nombre del padre de Pepito) de quien procede el nombre del bar, suegro de Mª Cristina.Ernesto le encargó a Urbano, un albañil de Peón y no un peón de albañil, ya fallecido, que le hiciera una casa toda de piedra en un solar que era de su mujer. La casa se concluyó en un largo periodo de tiempo en comparación con los métodos de hoy en día. Más tarde el negocio de tienda pasó a la hermana de Pepito, cuñada de Mª Cristina, a un local anexo al bar Casa Pepito. Cuando Mª Cristina se casó con Pepito, empezaron a dar comidas para bodas en el almacén, en lo que hoy es el comedor. Todos los del pueblo allí se casaban; una buena señal. El menú de boda por aquellos tiempos consistía en sopa de gallina, fabada, pollo, huevos en salsa y el arroz con leche que se servía de postre, también se empezó a dar comidas a diario a la gente del pueblo y tortillas a la gente que venía de Gijón, miles de estas últimas llevaba hechas Mª Cristina Desde que falleció Pepito, Mª Cristina se hizo cargo del negocio ayudada por su hija Julia y los primeros pinitos de su nieto Sergio. Julia propuso obras y realizó cambios en la decoración del establecimiento, que su madre acepto convencida de las aptitudes de su hija. El local es ahora un pequeño museo etnográfico creado con la colaboración de clientes y la gente de Peón, recopila una colección de muchos útiles de labranza y utensilios domésticos antiguos de la zona, sin olvidar el vivo recuerdo de sus fundadores, Pepito y Mª CristinaA cuenta del llagar se habilitó una parrilla con capacidad para cien comensales, además goza de tres terrazas; dos de ellas cubiertas, una con capacidad para unas cuarenta personas y otra con capacidad para cincuenta personas, por último otra gran terraza y merendero al aire libre al lado del río España, con dos parrillas a disposición de nuestros clientes todos los días del año (si el tiempo lo permite) y un enorme «prau» para disfrute de los niños.La parrilla funciona todos los días del año. Además ofrecemos todos los días menús variadosA día de hoy recordamos cuando antiguamente Mª Cristina, se levantaba a las seis de la mañana para encender la cocina de carbón, preparar la fabada y cocer el famoso arroz con leche»
A la izquierda las ruinas consolidadas del antiguo lavadero público
También hay aquí un pequeño puente, sobre una riega seca, tal vez una antigua canal de viejos molinos
Y así, recordando la historia del lugar, contada por sus mismos protagonistas, llegamos al importante cruce esta carretera VV-8 con la VV-7, a la derecha, comunicación con la N-632 en Puente Arroes
Si nos fijamos veremos, más allá de las quintanas de aquel barrio, a la izquierda de la foto, el campanario y los dejados de la iglesia parroquial de Santiago de Pión, de la que hablaremos poco más tarde
El camín sigue de frente pero, tanto los peregrinos de Covadonga antes de subir el Altu la Cruz, como los de Santiago primero del ascenso al Curviellu, suelen hacer una necesaria parada
Una merecida y obligada visita a Casa Pepito
Hay buen merendero y terrazas…
Siempre animación en la barra…
De tertulia
Saliendo de Casa Pepito, retomamos el camino… del cruce todo arriba de frente
Junto a las verdes praderías del valle
A la derecha asoma el campanario de la iglesia
Atrás quedan el cruce y el bar-parrilla
Vista de Casa Pepito tal y como la encuentran los peregrinos que vienen haciendo el Camino Norte de Santiago. El gran tamaño del edificio hace de él una buena referencia visual en medio de este valle
Continuamos así por la VV-8 en ligera y suave cuesta…
Buena castañal sobre la carretera
Pasamos Casa Basilio y Casa Luciano, donde hubo afamados madreñeros
Prau arriba, una preciosa quintana con horru y panera
La carretera hace un poco de cuesta…
Puede decirse que ya estamos empezando la subida al Altu la Cruz, si bien en Casamoria tendremos un largo trecho en llano
Es el kilómetro 7 de la carretera VV-8. Arriba Casa Plácido
Otra quintana, con casas y hórreos
Cruce con el Camín de la Iglesia. Nosotros seguimos arriba de frente por la carretera
Vista a la izquierda del valle, que vamos dejando atrás
Seguimos cuesta arriba
La iglesia queda a nuestra derecha
Arriba está La Venta, un topónimo de resonancias muy camineras, sin duda hubo en el pasado una parada y posada en el Camín Real
Otra muy buena extensión de pumarada
Atención a aquel cruce…
Dejamos la carretera y tomamos el camino de la derecha
Y subimos a La Venta, antesala del barrio de Casamoria
Seguimos coincidiendo con el Camino Norte de Santiago pero en sentido contrario, por lo que es común que veamos venir peregrinos
Abajo han quedado Casa Plácido, Casa Taúlfo, Casa Joselón de Ciriaca. A lo lejos el valle de Riosecu
La Venta conforma otra encantadora quintana asturiana
Pasamos delante de ella…
Y admiramos la gran panera con buena subidoria y corredor
Al fondo, de espaldas, la iglesia y la Casa Rectoral
Vamos acabando este tramo de cuestas a la entrada de La Venta
El camino se torna llano dando vista al valle del Regatu l’Escorial, otro de los afluentes del río España
De frente el monte de Arbezu, en cuya cima está, oculta por las plantaciones, la Casa’l Fartucu. A lo lejos El Cantu Cortina (528 m) y, asomando un poco, La Llomba Riosecu, otra divisoria con el concejo de Gijón/Xixón por el sur
Vemos ahora la profundidad del valle hacia el sur, hacia La Fumarea, en el nacimiento del río España, parroquia de Candanal al pie del Picu Fariu. Contemplamos ahora los montes que cierran el valle del río España por el sur-suroeste
A la derecha el Cantu Cortina (528 m), sobre los barrios de Fonfría, La Riera, Costales, La Robellada…
Abajo Fonfría, con sus casas extendidas a lo largo de la carretera AS-331, comunicación con la vecina parroquia de Candanal
Andamos unos metros más y seguimos admirando el valle
La carretera sigue hacia Casamoria con el Picu la Cruz en lontananza, al sureste
Y serpentea cruzando la campiña…
En el barrio de Fonfría, justo enfrente de nosotros, prados abajo, está el Molín del Ciruxanu o de La Ciruxana, reedificado en 1850 por Salvador Riera, según reza una inscripción, sobre otro más antiguo
Es uno de los muchos molinos que trabajaba con la fuerza motriz del río España. Llegó a tener cuatro muelas funcionando y se abastecía tanto del río a través de una canal como de la cercana Fuente la Pontica
La Pontica, antiguo paso del río, como su nombre indica, solar del Molín de la Ciruxana y también, aguas arriba, del Molín de La Riera, que inspiró una tonada asturiana cantada por José Menéndez Carreño, Cuchichi:
«Adiós llugarín de Pión
Adiós Molín de la Riera
Adiós Carmina del alma
Que por tí llevo la pena»
Estos molinos y otros más del valle fueron estudiados por Rafael Balbín Loredo en Los Molinos de Maliayo
A la derecha del Cantu Cortina, Moñancu y La Cabañina, que llegan a los 450 metros, guardando el valle por el oeste
A lo lejos el Campu Ortigosa con la Peña o Mesa los Cuatro Xueces (640 m), frontera de los concejos de Villaviciosa, Gijón/Xixón, Sariegu y Siero
Su nombre quiere la leyenda venga de una gran piedra, posiblemente dolménica, que servía de límite y en la que se ponían, a manera de jueces, un representante de cada concejo, sentado cada uno en su territorio, para dirimir asuntos del común, sobre todo de los pastos de esas brañas. Durante unos años se celebró una fiesta recuperando la tradición. Bajo él, en lo alto, las casas de Argañosu, parroquia de Candanal
A la izquierda La Fumarea, paso a Sariegu y valle del Nora por la carretera AS-331, donde arranca el acceso al Fariu,
El Fariu, que es en realidad una serranía con varias cumbres que genéricamente son llamadas también La Llomba. Esta cima es su altura máxima y llega a los 737 metros de altitud. Es conocida popularmente como El Picu los Soldaos, pues hubo antiguamente un destacamento militar que hacía señales luminosas con la costa, y actualmente El Monte les Antenes por estar instaladas numerosas antenas de telefonía. Existió una antigua construcción, El Torrexón, y un campo de túmulos, es braña de vacas y caballos
Seguimos por el Camín de Casamoria
A nuestra izquierda, metido en un rincón en las laderas del Monte Cañéu, Carral
En Carral están la Casa Narciso Carral y la Casa’l Roxín, que tuvo uno de los llagares de sidra más ponderados de Casamoria. Arriba a la derecha Casa Selmo o de Salvador
Más arriba, Carpintosa, por ahí sube al Altu la Cruz la carretera VV-8, que dejamos en La Venta
Y con el Picu la Cruz de frente y Arbezu a la derecha avanzamos recto por la llanura
Dando vista ya a las casas de Casamoria…
Cruce y a la izquierda…
Los contenedores…
Luego otra bifurcación. Ahora a la derecha
Vamos poco adentrándonos en este valle de L’Escorial. Fijémonos en el mojón del Camino de Santiago con su concha y su flecha amarilla
Seguimos toda la tapia de una finca con gran jardín
Y el portón
Barrio de Casamoria
Más pastizales…
El valle se estrecha poco a poco…
En Casamoria pasaremos primeramente junto a Casa Gonzalo’l Jimenu y Casa Belarmino la Casona
Se dice que aquí hubo antaño maestros particulares que daban clase a los escolinos en casa, los hijos de los campesinos, cuando las faenas del campo les dejaban algún momento libre para recibir enseñanzas
Enfrente un cruce
Llegamos a esta bifurcación
La Casona. Aquí iremos a la izquierda
Un cobertizo en el Camino
Pasamos pues estas casas del cruce
Escultura mirando al camín…
Y mucha atención ahora a la siguiente encrucijada, al lado de Casa Sinda
Los peregrinos del Camino Norte de Santiago vienen por la izquierda, nosotros recomendamos seguir de frente junto a Casa Sinda, que era donde estaba señalizado originalmente el Camín a Cuadonga
Hay otras señales, pero esta alternativa, la original recalcamos, nos va a evitar varios kilómetros de la carretera: la idea es la de desde aquí ir a tomar la pista que hay sobre los túneles de la autovía y, como era usual, subir por ella casi hasta coronar el Altu la Cruz, que vemos a lo lejos, donde volveremos a enlazar con la VV-8 y con el Camino de Santiago, poco antes de llegar a la cima
Dejamos pues atrás el cruce y caminamos junto a Casa Sinda
Con su hermoso balcón-corredor mirando al hórreo…
Desde el hórreo y el camino divisamos ya, muy cerca, pero también alto… el Altu la Cruz, paso a la parroquia de Niévares y al gran valle central
villaviciosino, el Valle de Boides de los documentos medievales…
CASAMORIA: SUBIDA AL ALTU LA CRUZ Y BAJADA A NIÉVARES (VILLAVICIOSA): UN CASTILLO A LA ENTRADA AL «VALLE DE BOIDES». EL CAMÍN XIXÓN-CUADONGA / GIJÓN COVADONGA (5)
Luego de bajar El Curviellu y atravesar de oeste a este el valle del río España por Bárcena y Llantáu, los peregrinos llegan al barrio de Casamoria que, como los anteriores, pertenece a la parroquia de Pión, concejo de Villaviciosa. En Casamoria nos disponemos a subir al Altu la Cruz, una de las alturas emblemáticas de esta travesía andariega
Para ello hay diferentes opciones y señales, pues desde La Olla, en Deva (Gijón/Xixón), coincidimos, en sentido inverso, con el Camino Norte de Santiago. Nosotros escogemos, en este caso seguir, desde el cruce de Casa Sinda, en Casamoria, el camino, tradicionalmente señalizado desde 1994, el cual estuvo cortado un tiempo a causa de las obras de la autovía del Cantábrico, pero ha vuelto a abrir hace ya años. Este camino evita varios kilómetros de asfalto y nos lleva al alto por una pista de tierra, entre plantaciones de eucaliptos y pinos
Siguiendo de frente pues, y continuando recto, seguimos junto a Casa Sinda
Una preciosa quintana, con hórreo
Un precioso hórreo de corredor. Y la cuadra, junto a la que también pasa el Camino…
La idea es subir por la buena y ancha pista que, luego de pasar sobre los túneles de la autovía, sube directa por las boscosas laderas de la montaña, volviendo a la carretera, y a la señalización del Camino de Santiago, pocos metros antes de llegar a La Cruz, donde pasaremos a la parroquia de Niévares
El Altu la Cruz es un paso natural en el Cordal de Pión o Monte Cañéu, serranía que se extiende de norte a sur separando el valle del río España del gran valle central villaviciosino, el valle de Boides, tan renombrado en el medievo
Vamos caminando pues hacia las últimas casas de Casamoria
El camino pasa entre las fincas…
A mano derecha, prados abajo, asoma alguna de las casas de El Valle, bajo los altos del cordal
Pumarada a los lados
El trayecto es mayormente llano
Finca La Huertina
Nos acercamos a una bifurcación
Vamos a la derecha, pero fijémonos en un detalle a la izquierda
Un pequeño altarín en el portón de La Huertina
Aquí, si nos fijamos, mirando al camín, hay una hornacina con una imagen de la Santina
Es un pequeño altar donde los peregrinos pueden depositar alguna simbólica y emotiva ofrenda…
Una señal y un símbolo del Camín de Cuadonga, encontraremos algunos altares más, dedicados a la Santina, jalonando el recorrido
Luego, subiendo ya, portón y muro de finca
Avanzamos por la cuesta junto al muro
Palmeras en la quintana
La Antojana, antiguamente Casa Genaro
Pasamos entre las casas, de paredes de piedra…
La subida tiene un buen repecho
Preciosas hortensias
Vivienda y jardín, cerrado con verja. El camino sigue subiendo…
Seguimos a la izquierda del portón
Todo rampa arriba…
Si pasa algún vehículo, muy muy ocasionalmente, habremos de arrimarnos bien a la cuneta
Enlazamos con otro camino y continuamos recto, ya en llano
A la derecha Casa Manolo
Así lo pone su placa…
Más atrás, otra muy buena vista de El Valle, como su nombre indica, en medio de un pequeño valle, bajo los altos de La Pescal (519 m) y Llanucáu, en el Monte Cañeu, donde nace una riega que desemboca aquí en el Regatu l’Escorial, que pasa por aquí abajo. En el monte, solitarias, estaban Casa Saro y Casa’l Fartucu. Hoy imperan los eucaliptos
Maizales, pumares, huertas y pastos, rodean el barrio
Vamos llegando así al final de lo que viene a ser una calle
Y pasamos la que viene a ser la última casa de Casamoria
Aquí, en subida, el camino se estrecha entre prau y sebe
Luego se ensancha en esta carretera local. A la derecha era el camino antiguo, que resultó cortado cuando se construyó la autovía, lo que en su momento obligó, durante el tiempo que duró su construcción, a cortarlo y señalizar rutas alternativas. Ese camino pasa ahora bajo el viaducto y luego sube haciendo una revuelta, por lo que en su momento cayó en desuso ante el de la izquierda, más ancho y practicable
Subimos siguiendo el tendido de los postes telefónicos
Seguidamente un cruce
Continuamos de frente hacia arriba
Hay señales, flechas azules y amarillas, pintadas en los postes y en el suelo
A nuestra derecha el viaducto y los túneles de Brañavieya, sobre el Regatu l’Escorial, donde la autovía sale para volver a entrar en la montaña, bajo el Altu la Cruz (en medio de la foto)
Sigue la subida
Aquí acaba la cuesta
Y así es cómo pasamos sobre los túneles de la Autovía del Cantábrico
Llaneamos junto a las casetas de mantenimiento
Y… antes de subir, empezamos a bajar
Bifurcación y de frente
Esta parte ha resultado totalmente transformada con la construcción de la autovía
Y ahí tenemos nuestra más inmediata trayectoria, por las boscosas laderas hacia el Altu la Cruz
Abajo arbustos, luego eucaliptos y, llegando a lo alto, pinares…
El firme pierde el asfalto y se torna suelo de tierra
Zarzas y boscaje, pero se pasa perfectamente bien
Otra bajada…
Umbría y charco bajo los arbustos…
Y aquí enlazaríamos con el que era el camino antiguo
El camín enfila su subida directa al Altu la Cruz
Suelo pedregoso, empiezan las primeras rampas…
Hay trechos que parecen formar parte de un viejo empedrado…
En los setos silvestres hay robles y castaños, pero ya nos adentramos en las primeras grandes plantaciones de eucaliptos
Las cuestas de esta subida son escalonadas, pero largas
A la izquierda vamos a ver fincas, son de las casas de otro de los barrios de Pión, Carpintosa, arriba, en la citada carretera VV-8
Y sigue la larga cuesta…
El suelo a veces se cubre de hojas sueltas de eucaliptos
Mata de lloreos (laureles)
Algunas piedras forman verdaderos escalones
Más viejo empedrado aflora a la superficie…
Piedras muy gastadas y trilladas por el paso continuo de caminantes…
En la ocalital…
Castañales…
La subida, reiteramos, es continua, con más bien pocos «escalonamientos»
Helechales…
Más fincas, de las que antaño se extendían por todo el monte
La carretera va bastante más arriba, paralela al camino, metida por aquellos eucaliptales. Aquí la primera cuesta se suaviza y el camino tiende a llanear un poco
Por aquí suben y bajan los vehículos forestales, se ven las rodadas. Antes era un estrecho sendero pero fue ensanchado durante las obras de la autovía
Curva a la derecha…
Y empieza otro repecho…
A nuestra derecha una muria de piedras
Cuidado donde ponemos el pie, hay algún socavón
Pese al importante recuesto hay quien sube en bici
Hemos de decir que esta y las demás pistas, caminos y sendas del Monte Cañéu son muy transitadas por ciclistas, montañeros, senderístas, celebrándose incluso algunas pruebas deportivas
Fuerte ascenso…
Todo subida en recto por el pedregal
Grandes helechos. Estas fotos corresponden a un momento en el que ha habido grandes talas, por eso se ve en parte la ladera de la montaña. Cuando se replantan los eucaliptos y estos crecen predomina la umbría
Tramo con abundante piedra suelta
Mata de felechos…
Bifurcación: seguimos a la derecha por el camino principal
Aquí hay otra muria o murete de piedras, oculto por la vegetación
La larga rampa de momento no ofrece tregua
Línea recta hacia los ocalitos
En la frondosidad de la foresta…
Otra cuesta continua…
La cuesta no cesa…
Crece la hierba en las veredas…
Espeso matorral
Atención a los socavones…
Buenos peñascos…
Final de otro recuesto…
Llegamos a unas praderías rodeadas de eucaliptos
Pasamos entre dos fincas cerradas con alambradas
Aquí a la derecha
En pocos años los paisajes cambian, a las plantaciones intensivas y crecimiento rápido siguen grandes talas, por lo que lo que hoy es un bosque mañana puede ser una rasa pelada
En el prado, la pista se torna sendero
En la inmensidad verde…
Llamarga o lodazal
Los peregrinos caminan por la vereda
Luego, poco a poco, empezamos otra vez a subir
Vienen ahora dos buenas remontadas, esta es la primera…
Todo recto sin pérdida
Un pequeño argayu o corrimiento de tierras
Las peñas forman escalones naturales
Esplendor de la naturaleza
Parece no verse el final de la subida
Cuidado al pisar aquí también con tantos regodones sueltos
Curva a la derecha
Frondosidad vegetal en el camino…
Ahora una segunda rampa
A nuestra izquierda un cobertizo: se trata de un antiguo horno de cal, caleru o calieru, donde se echaba piedra caliza, de la que abunda en el monte, para calentarla hasta hacerla cal, empleada en la construcción, para encalar y como abono
En su momento, cuando ya no trabajaba, se le abrió una puerta en la estructura y se empleó como refugio
En ocasiones alguien entraba a limpiar, pero normalmente está lleno de humedades. Una tabla sobre dos piedras hace las veces de banco
Y este es el remonte final antes de llegar a un tramo menos empinado
El el penúltimo de los fuertes repechos de la subida al Altu la Cruz (el siguiente será el de la carretera), pero tal vez el más empinado de todos
Helechos y bocage, a la sombra de los eucaliptos…
Altísimos helechos…
Árboles y arbustos…
Se presiente el final…
Un último esfuerzo…
Y enlazamos con esta pista, más llana
Aquí hemos de tener MUCHA ATENCIÓN: HEMOS DE IR A LA IZQUIERDA. Un antiguo poste indicador desapareció hace muchos años y siempre fue dificultoso poner señales que durasen, solo en alguna pequeña piedra asentada en el suelo o en la corteza de algún árbol, que suelen gastarse y desaparecer enseguida
El camino viene y enlaza con esta pista, Al fondo, al este, volvemos a ver el Altu la Cruz, reconocible por los pinares, ya mucho más cerca
Los eucaliptos, en la parte alta de la montaña, dan paso a las plantaciones de pinos
El camino, en ladera, nos es del todo del todo llano pero… casi casi
Es una de las pistas forestales de esta serranía del Cordal de Cañéu
Aparte de pinos hay también bastante arboleda autóctona…
En comparanza con las anteriores y morrocotudas cuestas este trayecto viene a ser ahora un agradable paseo…
La pista es suficientemente ancha y no presenta problemas
Va bordeando toda esta vertiente hasta llevarnos a la carretera
Carbayos y pinares…
Frondosas y verdes veredas…
Alguna rodada del paso ocasional de vehículos forestales…
Más pinales
Alguna riega y algún charco…
Bifurcación y de frente, siempre por el camino principal
Ante nosotros el Monte Curiella o La Curiella (535 m), donde hay un importante campo de túmulos, el de La Llaguna de Niévares, y un área recreativa. Los antiguos montes comunales y pastos y brañas de la montaña, aprovechados desde la Prehistoria, fueron transformándose, con el éxodo rural, en plantaciones de especies madereras de crecimiento rápido
Otro charco o fontán
Veamos cómo, al esquivarlo y pisar, se ha hecho senda a su derecha
Y sigue el camín la falda de la sierra…
Otro charco…
No tengamos miedo a mancharnos un poco las botas…
Al fondo la carretera
Hojas de roble…
Y aquí nos encontramos de nuevo con la carretera VV-8: iremos a la derecha
Enlazamos así también con el Camino de Santiago, por lo que será común ver a peregrinos bajar, mientras que a nosotros nos va a tocar subir
Estos se ve que van para Covadonga…
Fijémonos en estas formaciones geológicas…
Es la piedra fabuda, dominante en varias zonas de la costa asturiana, un conglomerado de pequeños cantos rodados o regodones amalgamados, de ahí lo de fabuda, de faba. Son conglomerados pétreos del Jurásico Medio que nos retrotraen a la época de los dinosaurios…
En la carretera viene ahora un tramo de cuesta, hasta llegar al alto
A nuestra izquierda El Faéu y el Monte la Cruz (541 m). Más allá El Llanucáu (521 m)
Abajo han quedado los bosques de Arbezu, y vemos un poco del valle por la zona de La Riera, bajo los altos de Moñancu
Más lejos es el Monte Deva (424 m), su cara este, pues su cara norte-noroeste vio nuestros primeros pasos del camín, saliendo de Deva o de la misma Senda del Peñafrancia
Aunque crezcan los pinos la carretera VV-8 es lo suficientemente ancha para que estos últimos metros apenas tengan sombra y haya que hacerlos bajo el sol castigador, o bien, al contrario, muy expuestos a los vientos del norte
Masas boscosas en la cima, el canto de la sierra
Trayecto por asfalto pero bueno de subir, todo directo
Cipreses a la izquierda
Este es el cruce con la pista que sube a lo alto de La Curiella, donde está el campo tumular de La Llaguna, así como un área recreativa. Nosotros seguimos adelante todo recto sin tregua
Y sin tregua seguimos subiendo, no sin esfuerzo, aunque no con tanta pendiente como las cuestudas rampas desde los túneles de la autovía
El pinal y algunos árboles ornamentales aquí plantados…
Va acabando la cuesta…
Mirando abajo atrás, el profundo y selvático valle del Regatu l’Escorial, también llamado Casamoria
Si los pinos han sido talados, o aún no han crecido lo suficiente, empezaremos a ver algo de paisaje al norte noroeste. Ahora empieza a verse el Monte Peñes Blanques o del Condesu (336 m). A su izquierda está El Curviellu, por donde bajábamos al valle del río España
En su falda las casas, esparcidas, del barrio pionesu de Peñes Blanques
Un poco más allá, algo de Les Mariñes: por allí desemboca el río España, entre Quintes y Villaverde, formando este valle que se extiende se sur a norte, desde los cordales costeros al Mar Cantábrico, donde molieron tantísimos molinos, en uno de los cuales nació el famoso Ramón García Tuero, El Gaiteru Libardón o Lliberdón, pues su mujer era de esa parroquia colunguesa
Llegando casi al alto y, si las copas de los árboles nos dejan, ganaremos más perspectiva
Ahora ya vemos mucho mejor el Monte’l Conde o Peñes Blanques, a su izquierda El Curviellu, con Gijón/Xixón al fondo, y al pie los barrios de la parroquia de Pión que hemos recorrido para llegar hasta aquí
Abajo asoman un poco Casamoria y La Venta. La iglesia a la izquierda y Casa Pepito a la derecha. La mata de árboles señala el paso del río España. En medio vemos la carretera, el paso del puente y el barrio de Llantáu, sobre él Bárcena, con las antiguas escuelas y las casas del camino que baja del Curviellu entre otra plantación de eucaliptos
Arriba las casas del Curviellu y los edificios del centro gijonés y del barrio de Cimavilla, el barrio alto y antiguo. Un poco después es El Musel, el gran puerto, y uno de los principales del Cantábrico. bajo La Campa Torres con sus grandes bombonas de butano. Justo a su derecha se sitúa el antiguo castro de Noega, antecedente urbano de la actual ciudad
En esta foto vemos El Musel con sus muelles y diques y en ellos un gran crucero. Arriba La Campa Torres y sus bombonas. Más allá Albandi, ya en el concejo de Carreño, en la rasa del Cabu Peñes, la punta más septentrional de España
Últimos metros para llegar al algo, que ya divisamos enfrente aquí cerca…
Último repecho…
Y aquí está por fin el Altu la Cruz, con sus 436 metros de altura, uno de los «puertos de montaña» característicos del Camín de Cuadonga
El camino sigue por la carretera, por lo que ahora comienza un descenso, entrando en la parroquia villaviciosina de Niévares
El lugar es una gran atalaya, sobre el grande e histórico Valle de Boides, en torno al que se extiende el concejo de Villaviciosa, si bien el arbolado no suele dejar verlo muy bien, es el valle del río Valdediós con sus afluentes, que esta serranía separa del del río España
Hay también grandes pilas de troncos, dispuestas en este cruce con la pista que comunica las cresterías. fruto de las talas
Sí es un sitio que, aunque tal vez un tanto inhóspito, es lugar de parada a descansar de los peregrinos a Santiago y a Covadonga, así como a esperar por algún rezagado. Senderistas, montañeros, cazadores, madereros, cazadores… frecuentan mucho el lugar, que es punto de arranque de excursiones por los altos del cordal
En el alto la carretera realiza una curva muy cerrada antes de comenzar a bajar. El topónimo puede hacer referencia a esta encrucijada o a la antigua existencia de una cruz en la misma, como era costumbre en muchos parajes similares
Como en el caso de la otra vertiente del monte, será bajando, y si los árboles y su crecimiento lo permiten, cuando divisemos un impresionante panorama
Si el día está claro llegaremos a ver desde el Sueve a los Picos de Europa, el mítico Mons Vindius, el monte blanco, a donde «antes subirán las aguas del mar que las armas de Roma», tal y como se decía en las guerras de astures y cántabros contra las legiones de los césares y augustos, 2.000 años atrás
El Sueve, Monte Sueve o Puertu Sueve, referencia geográfica que nos acompañará durante gran parte de esta ruta. Destacan allí los 1.161 metros del Picu Pienzu y los 1.137 metros del Picu Miruenu a su derecha, en todo ese gran macizo que constituye uno de los mayores desniveles del mundo en distancia entre costa y montaña
El Sueve y algunas de las parroquias de la zona centro-este de Villaviciosa: a la derecha Llugás, a la izquierda Coru y Breceña, por donde va el Camín a Cuadonga, en medio el valle del Ríu Profundu o Espinadal, una de las importantes rutas molineras de Villaviciosa, cuyo comienzo llegaremos a conocer en esta ruta. Aquí podríamos recordar parte del poema Picu Pienzu de la obra De Reidores Costes de Xuan Xosé Sánchez Vicente…
«Allá Parres, la vallada
que d´encesos manzanales
el Piloña va semando;
y tresallá los cordales
-caliza etenra y la ñeve
que la corona´n sartales-
y la sele soledá
de los hous y cascayales.Ellí´l campu, qu´al Puntal
cuerre de Caravia y Sales:
pardes siendes de simienta,
verdes viesques de maizales.Y tresellí los silencios
de l´alta mar de corales.-Y equí, Picu Pienzu, tu,
enclináu baxu les ales
d´esi cielu que peñera
silenciu azul de cristales,
solitaria soledá,
so tierra, mar y cordales»
O también del Cantar y Más Cantar de Juan María Aceval
«Casi en frente del llau de Colunga
llevanta el puertu Sueve la cabeza,
que-y dio a Roma los potros asturcones
que subín de rodíes una cuesta»
Y abajo, en medio de Villaviciosa, los caminos a otro santuario de gran tradición romera, Santa María de Llugás, del que también existen no pocas coplas y dichos populares…
«Fuisti a la Virxen de Llugás
nun me trexiste perdones*
cuando vengan les castañes
maldita la que me comes»
(*Perdones, obsequio que se lleva de la romería a casa para los que se quedaron, normalmente ablanes (avellanas) u otros frutos secos, dulces, etc.)
«Romeru que vas subiendo
a la Virxen de Llugás
rayinos de Cuadonga
sobre so frente verás»
(Dedicado a quienes tras Llugás seguían Camino de Covadonga, pues coincide la fiesta el mismo día 8 de septiembre)
A Llugás, además de peregrinos «ofrecidos» también se llevaban animales de la casería, por eso se decía…
«A la Virxen de Llugás, si la oveya y la reciella* nun tán males, ¿a qué vas?»
(*Reciella, rebaño de ganado menor)
Esos vericuetos del Profundu fueron refugio del bandolero llamado El Asistente Vaqueros, capturado cuando se escondía en un molino y llevado a la cárcel de Villaviciosa para después ser ejecutado públicamente. Aún gente mayor de la zona recitaba hasta no hace mucho…
«Malhaya sean los molinos
los ríos y los regueros
onde vieno a perecer
L’Asistente Vaqueros»
A la derecha divisamos Peña Cabrera, frontera de Villaviciosa con Cabranes (NO CONFUNDIR CON CABRALES). Allí está La Madrera, solar del famoso gaitero El Ratu la Madrera, que amenizaba fiestas y trabajos comunales tocando y cantando…
«Ya sabes que tengo gaita
ya sabes que soy gaiteru
ya sabes que como yo
nun te toca naide’l punteru…»
Abajo, más lejos, Grases y la autovía, al este, nevados, los Picos de Europa, un topónimo que llama poderosamente la atención, etimológicamente para unos por ser las primeras peñas de Europa que los marineros divisaban desde la distancia al volver de América, para otros por los peregrinos europeos que las veían y comparaban con los Alpes, algunos por los romanos, que vieron en ellas el escenario mitológico del Rapto de Europa, secuestrada por Zeus, nada de ello parece sostenerse demostradamente. Sus habitantes las conocen simplemente por Los Picos
Los textos más antiguos conocidos referidos a estas montañas, si bien no llamándolas de Europa, están en el Periplo Massaliota de la famosa Ora Marítima de Rufo Festo Avieno, escrita en el siglo IV pero basándose en un texto muy anterior del VI a. C. Las alusiones al Mons Vindius, (Monte Vindio), de los textos clásicos alusivos a las guerras contra cántabros y ástures, pueden o referirse a este o a otros parajes de la Cordillera Cantábrica, que llegó a conocerse como Pirineos o Pirineos Cantábricos en épocas pasadas
En las crónicas asturianas aparecen topónimos de lugares concretos, Liébana, Auseva, Amosa (Amuesa) pero no uno concreto para todo el macizo. Empezando el siglo XII el Obispo Pelayo se refiere a Permensa Pelaggi para el entorno de Covadonga, los Picos de Cornión o macizo occidental, lo que coincide con las crónicas musulmanas de la Peña de Pelayo, y Alfonso X El Sabio en su Libro de la Montería escribiría del «… pie de la Peña, desde Fuente de Eva…» (Fuente Dé)
No sería hasta 1530 cuando el historiador y humanista siciliano Lucio Marineo Sículo las llame Rupes Europae en su obra De rebus Hispaniae memorabilibus escrita en Alcalá de Henares, al que seguirían en 1572 el cronista de Felipe II Ambrosio de Morales con su Viaje Santo, donde las nombra como Montañas de Europa, seguido luego por Las Fundaciones del historiador Fray Prudencio de Sandoval en 1601, con las Peñas o Sierras de Europa y así hasta nuestros días, si bien la primera vez que se escribe exactamente tal y como lo conocemos hoy día, Picos de Europa, no sería hasta el Diccionario Geográfico e Histórico de Asturias de Martínez Marina. por el año 1800
Al pie de Los Picos, no lo vemos desde aquí, está el Real Sitio de Covadonga, otro centro de peregrinación secular… tal y como decimos en el libro El Camino de Gijón a Covadonga…
«El principio de las peregrinaciones a Covadonga se pierde en la más oscura noche de los tiempos. Es más, mucho primero del cristianismo se da por seguro la existencia de un santuario de los más ancestrales pobladores prerromanos, dedicado con gran probabilidad a alguna divinidad femenina relacionada con el culto a las fuerzas de la naturaleza, una «deva» o diosa de la que su testimonio pervive en el nombre (uno de los nombres en realidad) del río que nace de la misma Cueva. La presencia de este santuario precristiano daría origen sin duda a las primeras peregrinaciones, de las que nada sabemos, y que podrían sumirse en la más remota antigüedad
Este lugar sagrado sería después cristianizado, por sustitución, en la advocación a la Virgen María, tal y como ha sucedido en otros muchos casos, pues aunque las religiones y las creencias cambien, los lugares sagrados o «Nemeton» parece que siempre permanecen. En este caso no deja de ser impresionante escuchar todavía la leyenda, contada desde antiguo en muchos lugares de los alrededores del santuario, que dice que nuestra Santina y Patrona de Asturias «era una xana que vivía na Cueva, onde’l ríu, qu’un día unos flaires vistieron de santa». Esta leyenda, sencilla y aparentemente simple, explica en dos frases todo el proceso de sustitución de los antiguos dioses de los pueblos prerromanos con la llegada de una nueva religión que pasado el tiempo llegaría a ser oficial en todo el Imperio Romano. Es este un fenómeno social totalmente normal, universal, que pasa y ha pasado en todas las latitudes y en todas las religiones a lo largo de los tiempos, sin ningún menoscabo en absoluto hacia las creencias e ideales de cualquier persona sino todo lo contrario, es más, con el cristianismo las peregrinaciones ya dejan de ser una teoría o posibilidad para hacerse realidad demostrada y documentada. Según algunos autores, como Fermín Canella, el primer peregrino «de importancia» que conocemos visitó el santuario fue el rey de Asturias Alfonso III El Magno, aunque es fácil que fuese un exponente más de toda una estirpe de reyes asturianos que, desde el mismo Pelayo y su legendaria batalla, tuvieron una especial relación con estos parajes de hadas, diosas y santas
Durante mucho tiempo las comunicaciones con Cuadonga desde Cangues d’Onís fueron bastante malas…caminos de tierra, caleyes, y sendas de montaña no siempre fáciles de pasar. Ya en el siglo XVI había cronistas como Morales, Fray Antonio de Yepes y Pedro Murillo (este en el XVII) que señalaban en sus escritos lo dificultoso que era acercarse a Cuadonga y su situación de abandono. Tirso de Avilés es quien viene a afirmar que el viejo templo, de madera, levantado en la Cueva, sobre el abismo, estaba en una situación lamentable, pues la obra, construida según la tradición por iniciativa de Alfonso II El Casto, con madera de tejo, se sostenía sin caer «por puro milagro». En el siglo XVI es cuando se erige la Colegiata, pegada a la peña al lado de la Cueva, bajo la advocación de San Fernando, aprovechando la edificación anterior de un antiguo monasterio medieval benidictino que luego habría pasado a los monjes agustinos. En el siglo XVII, con las reformas canónicas y eclesiásticas, Cuadonga logró una importancia religiosa mucho mayor, la cual favoreció aún más las peregrinaciones, construyéndose nuevos edificios y albergues para los romeros. Asimismo, también en Cangues d’Onís se fundaron hospitales para los peregrinos que iban al santuario, así como en otros lugares (tengamos presente que en aquel tiempo la palabra «hospital» tenía más que ver con lo que ahora entendemos como «albergue asistencial» más que como la moderna acepción de «centro sanitario»). Después del trágico incendio de 1777, que destruyó el mítico templo de madera que se elevaba como una gran balconada tapando la Cueva, así como la primitiva imagen de la Santina, es cuando los poderes públicos , dándose cuenta del inmenso daño del desastre, promovieron toda una serie de iniciativas encaminadas a recuperar el templo mariano y darle más atención y relevancia. Bajo el reinado de
Carlos III se abre el primer «camino directo» entre Cangues y Cuadonga, al que Gaspar Melchor de Jovellanos, en su visita al lugar, llegó a calificar de «excelente»
Y… al otro lado de Los Picos de Europa, en Liébana, otro gran centro de peregrinaciones: el monasterio de Santo Toribio de Liébana… La advocación a Santo Toribio se estableció hacia el año 1181, según consta en la documentación existente, pues hasta entonces y desde su primitiva fundación estaba dedicada a San Martín de Turieno. La devoción a Santo Toribio era ya entonces muy importante en Liébana, encontrándose documentos donde era un nombre de persona bastante común. El asunto es que podría referirse a dos Toribios vinculados, por tradición, leyenda o realidad, con este enclave. Uno sería
Santo Toribio de Astorga, pues el que se considera trozo del brazo de la Cruz de Cristo o
Lignum Crucis debió de venir con las reliquias de este santo cuando, en el siglo VIII, muchos
mozárabes huidos del sur se acogieron a la protección de las montañas que cierran los valles lebaniegos, baluarte natural del naciente
Reino de Asturias, trayendo con ellos libros y reliquias, así como todo su bagaje cultural, político y religioso
Al regresar a su tierra pasó primeramente por Roma, siendo recibido por el Papa
León I Magno y nombrado archidiácono de Tui, donde sería ordenado sacerdote. Luego, en el año 444 pasó a ser obispo de su ciudad natal, Astorga, donde batalló contra el
priscilianismo, considerado herejía, y que con la decadencia y caída de Roma Resurgía en el noroeste peninsular. Santo Toribio confiscó los libros de la doctrina de
Prisciliano y escribió al Papa su carta
Comminiotorum enumerando los errores de los libros apócrifos y el
Libellus contra el priscilianismo. León I le aconsejó celebrar un concilio en Toledo o un sínodo de obispos galaicos. No hay constancia que se celebrase pero algunos investigadores le ponen la fecha del año 447 y su idea era excomulgar a los prelados que no condenasen esa herejía, la cual debía de tener muchos adeptos pues las iras del pueblo y del clero astorgano le obligaron a refugiarse volviendo a Tui. Se dice en este contexto que sus prédicas antipriscilianistas le llevaron a
Palencia, donde fue apedreado y hubo de escapar, suceso recordado con una romería en la actualidadAlgo más tarde sufriría también las persecuciones del rey visigodo
Teodorico II, quien saqueó Astorga en el año 459, habiendo de refugiarse en Asturias, en el
Monsacro, donde pervive su memoria, pues la tradición quiere que guardase allí muchas más de las reliquias traídas por él de Jerusalén, la cuales, al ser llevadas tiempo después al templo de
San Salvador en los tiempos de la fundación de Oviedo reinando
Fruela, harían de la nombrada capital de sus reinos por
Alfonso II el Casto también un gran centro de peregrinación medieval del que partirían, además, las primeras peregrinaciones a Santiago conocidas como tales
Vuelta a atacar Astorga en 569 por
Leovigildo, y al no aparecer como muerto ni exiliado en aquel desastre, da a pensar que entonces ya habría fallecido, si bien otros retrasan esa fecha hasta 476. Más adelante, tras la
conversión de Recaredo, y siendo el catolicismo ya oficial, se venera en Astorga al santo obispo, habiendo de ser trasladado a lugar más seguro por sus fieles, junto con el
Lignum Crucis, huyendo de los conflictos del siglo VIII con el fin del reino visigodo, la expansión omeya y el nacimiento del emirato de Córdoba, si bien otras crónicas retrasan este suceso hasta el siglo XIIPor otro lado, en el monte La Viorna, se dice habitó otro eremita, de nombre Toribio, que lleva a confusión con Santo Toribio de Astorga; sería este
Santo Toribio de Palencia, quien viviría en la siguiente centuria (siglo VI) y al que el
Cronicón de Hauberto Hispalense hace nacer en
Turenao, que sería el actual Turieno, pueblo situado justo al pie del monasterio y se habría hecho monje benedictino que, buscando la soledad de la montaña, se retiró como ermitaño a la llamada
Cueva Santa, tal y como dicen las crónicas
«queriendo pelear con el enemigo a solas, subióse a lo alto del monte y en parte muy escondida del, labró una pequeña ermita, donde con mucha abstinencia, disciplina, continua oración y lágrimas llegó a tanta perfección, que alcanzó de Dios singulares favores (…)»
La versión de Sandoval, cronista de la orden benedictina, hace de este otro Santo Toribio monje palentino, de Tierra de Campos (antes Campos Góticos y antes aún Campos Galaicos) de ahí su nombre, quien vendría a esta serranía a hacer vida monástica con sus compañeros Tolobedo, Synobio, Eusebio, Ensóstomo y Yotazo, quienes fundarían un pequeño primer cenobio, retirándose luego el santo a hacer vida apartada en la Santa Cueva, donde al decir de la tradición Santo Toribio lanzó su bastón diciendo
«allí donde caiga mi cayada allí será mi morada», Concretamente se dice lo arrojó dos veces, la primera lo recogió y lo volvió a lanzar, ayudándole en la construcción un buey y un oso, legendaria fundación del monasterio de San Martín de Turieno, luego Santo Toribio de Liébana. Si bien siempre existe confusión entre ambos santos del mismo nombre,
los toribiosToda leyenda tiene un trasfondo real, los restos de Santo Toribio de Astorga fueron traídos por aquellos mozárabes refugiados que, siendo protagonistas de la repoblación de la comarca lebaniega, sin duda estuvieron detrás de la consagración de los numerosos cenobios, hasta más de 20, creados en aquel tiempo. Por otro lado la historia de Santo Toribio de Palencia guarda reminiscencias de las primerísimas comunidades cristianas que llegarían a Liébana, monjes ascetas retirados en cuevas, tal vez anteriores lugares de culto cristiano, que pronto se transformarían en comunidades monacales, pequeñas al principio, pero que andando los años creceríanLa devoción por las reliquias de Santo Toribio y sobre todas ellas el
Lignum Crucis hizo que ya se realizasen peregrinaciones desde antiguo, e incluso que hubiese un Jubileo Lebaniego desde tiempos remotos, si bien de un solo día, el 16 de abril, Santo Toribio. salvo que cayese en domingo, que sería semanal. En 1507, un problema a causa de este Jubileo semanal con las diócesis de Asturias, León, Astorga y Burgos, hizo que los frailes planteasen el caso al Papa Julio II, quien nombra jueces a los abades de Oña, Sahagún y San Vicente de Oviedo, dictando el primero Alfonso Lamadrid, sentencia favorable de autenticidad manifestando que así es costumbre hacerlo desde
«tiempo inmemorial» y que así está ratificado en
«libros antiquísimos». Es entonces cuando Julio II reafirma oficialmente esta autenticidad el 23 de septiembre de 1512, siendo confirmada un año después por
León X. En 1967
Pablo VI amplía el Jubileo a un año enteroNo es de extrañar que algunos peregrinos, tras llegar a Covadonga, continúen hasta Liébana, siguiendo las rutas a Santo Toribio,
oficiales o no, que atraviesan Los Picos de Norte a sur
Deleitándonos con estas páginas de la historia bajamos por la carretera echando un cantarín muy aposta para esta situación…
«Carretera abaxu va
y en Santu Domingo entré
y por Pedro Crespo Calvo
carpinteru pregunté.,,
Y díxome una señora:
¡¿por qué Pedro pregunta usté?,
¿pol de riba pol de baxo
o por el del arrabal?
Que hay tres Pedros Crespos Calvos
carpinteros nel llugar
Que hay tres Pedros Crespos Calvos
que nun quieren trabayar!»
Pasamos junto a la entrada de una finca…
Todo lo que subimos, ahora tocará bajarlo para llegar a otro valle, un buen ejercicio de piernas
Cruce de Casa Ruán, seguimos bajando por la carretera
Atentos al paso de vehículos, bastante frecuente
Ahora sí que estamos en la espesura…
Curva a la derecha…
Y todo recto en largo descenso…
Al final de esta recta está el desvío
Justo antes de la siguiente curva nosotros dejaremos la carretera para ir a la derecha
Vemos un mojón del Camino de Santiago
NO ES la pista que sale detrás del mojón a la derecha, es la de un par de pasos más adelante
Justo el siguiente ramal…
Aquí exactamente dejamos la carretera, que se dirige a El Pedrosu: nosotros tomamos la senda hormigonada de la derecha
Ahora sí que comienza una formidable bajada
La bajada es especialmente fuerte, prueba de ello es que este primer tramo está hormigonado, para no resbalar, ni gentes, ni vehículos ni animales…
Este primer tramo tiene fuerte desnivel y pierde rápidamente altura
La bajada es muy recta, casi recta
Serpentea un poco al final…
Es la gran bajada a Niévares, parroquia en la que acabamos de entrar… viendo ante nosotros el gran
Valle de Boides, el del
Ríu Valdediós con su cuenca fluvial…
El descenso se pierde en la espesura…
Entre las arboledas vemos parcialmente el valle
Abajo es El Llivinque, por donde iremos de Niévares a Grases en el siguiente capítulo
Vemos el viaducto de la Autovía del Cantábrico, bajo el que pasaremos antes de entrar en Grases
En primer término Cazanes, que se dice fue la parroquia que llegó a tener más manzanos (
pumaraes) de Villaviciosa. Antaño las tierras eran propiedad del Cabildo ovetense, del Hospital (de peregrinos) de Villaviciosa y del monasterio cisterciense de Valdediós, por lo que muchos vecinos hubieron de emigrar temporalmente a Castilla y Andalucía a causa de los diezmos, situación que se corrigió con la Desamortización en el siglo XIX, por la que dejaron de ser renteros y muchos vecinos se hicieron con la propiedad de las tierras que eran de la IglesiaSu parroquial de San Julián de Cazanes es mencionada por el
Padre Risco en la obra
España Sagrada, pues en 1128
Alfonso VII le otorga privilegios. Celebra fiesta el día de su patrono, antes famosa por los
amagüestos de castañesMás allá Fuentes, al sur de La Villa, capital de Villaviciosa, solar de la iglesia de
San Salvador de Fuentes, monumento de gran importancia, consagrada en el año 1031 por el obispo Adaganeo, cuya cruz procesional románica, en plata, la
Cruz de Fuentes, se expone en el
Metropòlitan Art Museum de Nueva York
Fuentes destaca en la distancia por su gran cantera en el Monte Cubera (366 m), monte totémico de Villaviciosa, del que habremos de hablar, y mucho, pues el camino pasa a su derecha, por Les Vegues de Fuentes.A la izquierda y en la ladera del Monte Cubera, San Vicenti, antigua parroquia de San Vicenti la Palma, incorporada a Fuentes
Caminamos un poco más y seguiremos descubriendo numerosos detalles en el paisaje. Adviértase la doble señalización a Santiago y a Covadonga, pintada en un tramo de asfalto donde caminamos en llano
Desde aquí descubriremos nuevas perspectivas visuales a nuestra izquierda
Si no han crecido los eucaliptos, o los han talado, desde aquí también tenemos un buen campo visual, a nuestra izquierda
Primeramente Tresvilla y sus caserías, parroquia de Niévares, bajo El Llanu’l Cañéu
El Llanu’l Cañéu (479 m), encima de las casas
Por allí sube la carretera VV-9, viniendo de El Pedrosu, con la que iremos a enlazar más arriba. Justo después está el Monte Illán con el pico de ese nombre y Monte la Cobertoria, topónimo vinculado a los túmulos y dólmenes
Y abajo otra vista más hacia Caés, La Villa, la ría, Carda y Tornón
A la izquierda laderas boscosas de La Cobertoria, bajo ellas Caés, abajo a su derecha Seriegumuertu y El Llivinque, ruta a Grases para los caminantes
covadongueros
Arriba a la derecha de nuevo el Monte Cubera, cuya mayor cima es El Picu Altu (367 m), antes tierra de pastos y bosquetes hoy plantado de eucaliptos, balcón, como este, sobre Villaviciosa, valle, villa y estuario. En sus cuevas se dice se celebraba la
«ofrenda’l diablu» o akelarres. Su nombre fue recogido por la largamente activa asociación de
Amigos del Paisaje de Villaviciosa Cubera
Caés y a la derecha el picudo y cilíndrico Cantu Cuetu (138 m) en Cazanes, solar de la Carbayera Sorribes y de castros y castillos sobre La Villa, el Picu Castiellu,protección del histórico Puente Buetes al lado del que se fundó en la baja Edad Media La Pola de Maliayo, cuyo nombre fue cambiado, buscando el asentamiento de nuevos colonos, al de Villaviciosa,
villa fértil
Así, viendo nuevamente La Carbayera Sorribes, recordamos El Cantar del Cuquiellu de Ramón Rivero con música de Renedo, ambientado en estos parajes…
«En el bosque de Sorribes
non vien el sol
abre el güeyu
ya fai días que se escucha
el cantarín del cuquiellu
Cantar que anuncia a la xente
faciéndola muy feliz.
Ye que se acerca el buen tiempu
nel que se siembra el maíz
Cu-cú cu-cú diz el cucu
que si nun nació el to maíz
pa San Xuan
la xente muera de risa
van llamate folgazán.
El cantarín del cuquiellu
pa les moces casaderes
ye rueda de la fortuna
que consulten muches veces
Por eso non bien lu oyen
dicen con miel en la boca
«Paxarín di cuántos años aún
me falten pa la mio boda»
Cu-cú cucú, diz el cucu
entre la enramada.
Si la que pregunta ye una moza guapa
en cuanto que güelva
de servir al reu
el que te cortexa
te fará so muyer.
Pero si ye fea la moza
o sosa o vieya el gandúl
empieza pero non acaba
diciendo cu-cú cu-cú cu-cu.
Cú-cu cucú cucú»
Tapada la villa por el monte, carbayera y colinas, sí vemos la Autovía del Cantábrico (A-8) entrar (o salir) del
túnel bajo la ría, verdadera epopeya de la ingeniería viaria española, europea y mundial
Ahí están los
porreos de El Salín y La Espuncia, los primeros que, allá por el XVIII, se hicieron para ganar espacio a la ría y donde se asentó la fábríca de
El Gaitero, empresa fundada en 1890 por Alberto Valle, Bernardo de la Ballina y Ángel Fernández. Se instaló primeramente en La Villa, pero pronto vinieron al Porréu de La Espuncia (los porreos son terrenos ganados a la ría en tiempos pasados, este en concreto en 1860), razón por la cual se la conoce también como El Porréu la Espuncia
Era tal la cantidad de emigrantes asturianos en ultramar que se buscaba un método para hacerles llegar la sidra sin que perdiese su esencia con la larga travesía en barco. De esta manera se imitó como solución el proceso champanizador, gasificándola. Sus características burbujas pasaron a ser todo un símbolo, tanto es así que, fuera de Asturias y entre la gente no conocedora de la sidra, la que entienden como tal es la aquí llamada
sidra xampanada (achampanada), para diferenciarla de la llamada oficialmente sidra natural
Al principio, un vapor, el
México, llevaba las cajas de sidra desde el embarcadero de La Espuncia a los puertos de Santander y Pasajes. Luego fue la motora
La Gaiterina la que arrastraba las gabarras hasta el pequeño puerto de El Puntal, en la misma ría. Desde allí un remolcador gijonés, el
Jumbo, las llevaba de dos en dos o de tres en tres hasta el puerto de El Musel, donde se realizaba el trasbordo de la carga a los grandes buques de transporte, evitando de esta manera depender de las obras de canalización de la ría, que además acabarían siendo abandonadas. Los muelles se emplearon hasta los años 50 del siglo XX, cuando se hizo más competitivo el transporte por carretera
Seguimos así por este trecho llano y asfaltado
Es una pista que comunica con el caserío de Fernandíz, en esta parroquia de Niévares
Pronto empezamos a bajar otra vez
Y vuelve el suelo de hormigón
Crecen los helechos y los eucaliptos
Un buen ejercicio de piernas el de subir al Altu la Cruz para bajar a Niévares seguidamente, pero pronto tendremos la tregua del
Valle de Boides y sus vegas y riberas
Bajando, curva a la derecha…
Véase la señalización
Ahora en medio del valle del río Valdediós vemos el viaducto de la Autovía del Cantábrico: bajo él pasaremos cuando lleguemos a la carretera VV-10 y pasaremos a Grases
También nueva vista del Sueve sobre los valles de Villaviciosa
Majestuosa serranía que desde el mar se adentra en el interior. Su topónimo habría querido buscarse en el pueblo de los
suevos, que quizás hubiesen tenido en él un
limes, dominando la franja costera del noroeste peninsular, pero cobra más fuerza ser una evolución de
Iovis, Júpiter, padre de los dioses del panteón romano, para ser exactos
sabino, pero en origen divinidad guerrera de tormentas y relámpagos, tal vez como la local céltica
Taranis, mitos cristianizados en santos como Santa Bárbara y Santiago y popularmente evolucionados en el
nuberu, genio astur de las nubes, los truenos y la tempestad, que desde estas alturas arrojaba sus granizos sobre los pueblos y campos de la contorna, siendo a veces conjurado tañendo campanas (a veces para disgusto del párroco, que lo consideraba paganismo), lanzando alpargatas de espaldas o poniendo cuchillos sobre la mesa con el filo hacia arriba, pues por todo ello se decía…
«Sentáu nel Picu Pienzu
mirando taba un nuberu
qu’esconxuró’l señor cura
antes llegare al eru»
Sierra también de grandes pastos, ganadería de vacas, cabras y vacas de montaña, que por eso también se dice…
«Mázate lleche
del Puertu Sueve
y faite mantega
más blanca que ñeve»
(Bátete leche
del Puertu Sueve
y hazte manteca
más blanca que nieve)
Dado que es una referencia geográfica de primer orden si sus cumbres están cubiertas por las nubes o no se afirma…
«Si El Sueve pon la capa garra la tuya y escapa «
(señal que va a llover)O también referido a la niebla…
«Malhaya sea la borrina
que asoma al Puertu Sueve
y nun traigo caperucha
pa tapame si llueve»
El Sueve, el que fuera el último refugio de los caballos
asturcones, es una referencia visual tanto para los peregrinos de Santiago, procedentes del este, como para los romeros de Covadonga, que venimos del oeste…
«Tengo dir a Covadonga
cola mió neña en setiembre
y tengo lleva-y a la Virxen
un ramín de palma verde
y colgáu d’aquel ramín
tengo prende-y una flor
pa que pique’l xilguerín
pa que me quiera’l mió amor»
El camino zigzaguea para perder más altura rápidamente
Y otra curva cerrada, ahora a la izquierda
A veces se hace una pequeña parada para hacer un alto y reposar del juego de piernas…
Bajo las hojas de los castaños, nos detenemos de nuevo, pues merece la pena contemplar estas vistas
Los Picos de Europa, con sus
dosmiles dominando Asturias entera. En concreto es la parte de
El Cornión o macizo occidental, cuya altura principal,
Peña Santa, Torre Santa, Peñasanta, La Peñesanta o similares, llega a los 2.598 metros de altura… por eso se dice…
«Altos son los Picos Urrieles
altos son de maravilla
más alta é La Peñe Santa
que se ve toda Castilla»
Los Urrieles, el macizo central de Los picos, asoman más al este a la izquierda, allí está la máxima altitud de los Picos de Europa,
Torrecerredo o La Torre Cerréu, con 2.650 metros
La primera ascensión a Peña Santa, en los albores del alpinismo, fue la del
Conde de Saint Saud, noble enamorado de Los Picos, en 1892, quien la llamó
«el Cervino de Asturias», yendo acompañado del vecino de Valdeón Vicente Marco,
Vicentón de Los Llanos, y del escalador François Bernat-Salles. El conde llegó a escribir:
«Estamos en el lugar en el que el hombre no ha estado jamás y del que se dice que sobre su sagrada torre hay una fuente que mana eternamente… y que no existe. ¿No es un sacrilegio estar donde estamos»
Una posible ascensión anterior, en 1887, de
Alejandro Pidal y Mon (padre de
Pedro Pidal, I Marqués de Villaviciosa y primer escalador del
Naranjo de Bulnes, acompañado del famos Roberto Frasinelli, el Alemán de Corao, nunca ha sido confirmadaSí se sabe la segunda, la de
Gregorio Pérez de María, El Cainejo, que luego ayudaría a subirla al mencionado Pedro Pidal en 1904, dos días antes de conquistar la cima del Urriellu
Y abajo empezamos a ver Valdediós, bajo La Campa Arbazal, uno de los lugares más mágicos de Asturias, viejos monumentos e historia rodeada de naturaleza
El Conventín, la iglesia de Arte Asturiano prerrománico, y Santa María, monasterio en origen románico, la iglesia básicamente lo sigue siendo, con profundas reformas posteriores. Delante se ven los pequeños tejados la antigua Casa del Abad, actual mesón del lugar, y al lado el antiguo Chigre’l Conventu, que fue el Bar de Alfonso. E este conjunto monástico y su entorno, por donde van dos ramales del Camino de Santiago del Norte, que se unirán arriba en La Campa, para bajar al valle del Nora por Sariegu tomando la dirección de Oviedo/Uviéu (el tercer ramal es este, en dirección a Gijón/Xixón)
Al sur y a la derecha del Cornión los picachos más altos de Parres, Piloña, Amieva, Ponga y Casu, destacando los 1.151 metros de altura. Más cerca los montes de Celada, en Villaviciosa, divisoria con Cabranes, como El Picu la Corola (549 m)
Y por supuesto nueva panorámica de Peñamayor y Peña Mea, así como la campa, donde antaño se celebraba la romería de Santa Mariña, en una desaparecida capilla
La Rasa Arbazal, por donde va a La Campa el camino procedente del mesón cisterciense existente en el pueblo
La Campa, donde se unen el camino de Arbazal y el de Valdediós por Vallinaoscura
Los picachos de Peña Mea y en la lejanía los del Alto Aller, pasos naturales de la Cordillera Cantábrica que también reclaman su lugar en las rutas xacobeas, Puertu Braña o San Isidro, Vegará y Piedrafita
Y continuamos camino…
Nuevo afloramiento de
piedra fabuda
Un buen conglomerado, como piedra y cemento…
Como la fabada, asomando en la olla
Las piedras se cubren de musco y líquenes
Y a bajar sin descanso…
Más arbolado…
Aquí sí que tenemos buena sombra…
La caja del
camín se cubre de helechos
Las ramas de los castaños forman un verdadero túnel vegetal
Inmersos en la naturaleza asturiana…
Los árboles autóctonos,
castañales principalmente, crecen a los lados del Camín Rial. Sus frutos mitigaban el hambre de los caminantes ya que, los que caían al suelo, al ser camino público, eran de uso público, tal y como recoge el
Derecho de Poznera, parte del
Derecho Consetudinario,de ahí que se plantasen con profusión en siglos pasados. Tengamos en cuenta que hasta el pote se hacía con castañas hasta la extensión del cultivo y consumo de las patatas venidas de América
Las hojas de
la castañal se muestran intensamente verdes a la luz solar…
Y ahora, en la fresca penumbra…
Curva a la izquierda
La pendiente parece ir suavizándose paulatinamente
Un robledal…
Encantos de la foresta…
Si nos fijamos veremos grandes piedras
Aquí hay restos de una antiquísima cabaña
Salimos a unas fincas, hemos llegado a Fernandíz
Va acabando otro tramo del descenso…
Hay un poco de rellano, desde el que, si han limpiado los matos, tendremos otro gran paisaje
Este lugar es ideal para detenerse un instante, otro gran mirador natural sobre Villaviciosa: el medio el gran valle central de Valdediós. Abajo a la derecha de los caballos La Torre de Niévares, enfrente el viaducto de la Autovía del Cantábrico en el nudo de Grases. La vista llega a los montes de Peña Cabrera (495 m), a la derecha y los altos de Breceña y Sietes, con el Monte Tandión (501 m) a lo lejos al este
El Sueve domina la escena: abajo vemos a la derecha Grases, junto a la autovía, en medio Casquita, valle del río Valdediós, donde se separan los caminos a Oviedo/Uviéu y Gijón/Xixón, y a la izquierda Maoxu, todo ello lugares por donde vamos a pasar dentro de poco y, a lo lejos, los altos de Breceña y Sietes, por donde prosigue la ruta, ya al este del concejo de Villaviciosa, próxima ya a entrar en Piloña
Más al sur de nuevo los valles de Valdediós y Rozaes, bajo El Picu Lloses (454 m), a la izquierda
Valdediós, al pie de La Llomba y La Campa: los peregrinos que escogen la ruta ovetense del Camino Norte de Santiago recorren el valle por La Rivera, abajo a la izquierda, y llegan al Conventín de San Salvador y al monasterio de Santa María, cuyos grandes edificios vemos en medio de la foto, en lo más profundo del valleDesde Valdediós, donde hay albergue, suben directos a La Campa, donde pasan a Sariegu para bajar al valle del Nora. Otros en cambio, los menos, escogen otra ruta histórica y oficial, también señalizada, la que ha subido a Arbazal (donde los cistercienses de Valdediós tenían su mesón) por Castiellu y San Pedru Ambás y llega a La Campa por la ladera, cercana a la cima, de los montes de la izquierda
El importantísimo núcleo monacal de Valdediós destaca en mitad de cuetos y vallinas por el color claro de su piedra y las tejas rojas de los tejados del claustro. Casi a simple vista si el día acompaña puede reconocerse primeramente el templo de
San Salvador de Valdediós, El Conventín. uno de los exponentes más destacados del Arte Asturiano prerrománico, edificado en el año 893 reinando en Asturias
Alfonso III El Magno Declarado Monumento Nacional en 1931 y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985. A lo largo de estos más de 1.100 años sufrió muy pocos cambios y llegó a nuestros días casi igual que en le momento de su consagración. Fue en principio una iglesia palacial, siendo lo que queda del palacio de aquel monarca, a donde se venía a retirar cuando necesitaba solazarse y descansar de su ajetreada vida de máximo mandatario de un reino en su máxima extensión, o cuando las cuestiones políticas le forzaban a guardarse, retirarse, o tomarse los asuntos de otra manera
Por su parte el
Monasterio de Santa María fue construido siglos después que el Conventín y que fue fundado por los monjes del Císter, los famosos
«frailes blancos» reformadores de la Orden Benedictina, templo románico con grandes arcos y portadas, edificado entre los años 1218 y 1226 y junto al que se le añadieron más construcciones conventuales ampliadas con claustros y otras dependencias que fueron centro de un gran coto eclesiástico durante siglos, posteriormente colegio y seminario. Más allá vemos Polléu, en la subida a La Campa y La Llomba
Más allá de La Llomba asoman nuevamente la sierra de
Peñamayor con los 1.293 metros de La Triguera, y a lo lejos
Peña Mea (1,557 m)
Más al norte el entorno de la Ría de Villaviciosa, visto ahora desde más arriba, aunque Villaviciosa (La Villa) casi no se ve tapada por los montes de Cazanes, aunque sí parte del estuario con La Espuncia
La gran extensión de la fábrica de El Gaitero, con su larga línea de edificios blancos y su chimenea, revela la situación de la ría. Unos metros más arriba pasa el Camino Norte de Santiago, que llega a La Villa
Justo debajo de La Espuncia, más cerca, vemos las casas de Caés, en las laderas que bajan de El Pedrosu
Más acá las casas de Sariegumuertu y, a su derecha los prados de El Llivinque, por donde pasa el camino de ese nombre, trayecto del Camín de Cuadonga para salir a Grases. Ahora a la derecha sí asoman algunos dejados de la parte alta de La Villa y, encima, vemos parte del Monte Cubera, con el Picu Paxotu (339 m). A su izquierda el Monte Agüelle (335 m), y más a la izquierda aún los altos de Tornón, por donde vienen, de Priesca y Colunga, los peregrinos del Camino Norte de Santiago
Visto el gran panorama, proseguimos: atención ahora en esta curva…
Justo cuando estamos a la vista de la casería de Fernandíz nos desviamos, no vamos a ella, tomamos un sendero que baja a la derecha
Este es el sendero, precioso, entre altas sebes, setos silvestres
Según bajamos también tenemos excelentes vistas de Valdediós
Valdediós, La Campa, y buena parte de la parroquia de Pueyes…
Testimonio de la historia cobijado en un valle…
En medio destaca siempre el conjunto monumental
El Conventín de San Salvador y el monasterio de Santa María
La senda se estrecha en relación como el camino anterior, pero se pasa bien y sin problema
Si alguna zarza o escayu alarga su espinera un poco sobre el camino hay que apartarla con el palo o bastón, que nos será de gran ayuda al bajar
Les sebes o matos forman grandes muros vegetales a ambos lados del camino
Trecho de suave descenso
Túnel vegetal
Tramo recto rampa abajo…
Lloreos y ocalitos…
Curva a la derecha
Vuelve la fuerte pendiente
Curva a la izquierda…
Hay flechas en el suelo, en las piedras
El camino no tiene pérdida, pero cualquier indicación que nos lo confirme es de agradecer
De esta manera prosigue la senda…
Tupido matorral
El camín ensancha un poco…
Prosigue la prolongada bajada…
Hierbas y helechos…
Tramos donde aflora un viejo empedrado…
Curva a la derecha…
Pronto caminaremos por aquellas montañas, al otro lado del valle…
Pero de momento aún nos espera un buen descenso de la montaña
Sebes y ocalitos…
Curva a la izquierda… el zigzagueo caminero…
El camino se torna muy pedregoso. Cuidado también al pisar pues hay muchos morrillos sueltos
Estamos ya encima de La Piñera, otra de las casas de la parroquia de Niévares
La veremos desde lo alto, si los eucaliptos no han crecido aún. con su hórreo y pumarada: a la izquierda pasa el camino
Aún hemos de bajar un poco más…
Detrás de la casa, el aljibe del agua
Metros finales de bajada a La Piñera
Llaneamos: la senda se estrecha un poco
La Piñera se asienta aquí, en un rellano de la falda de la montaña
Aquí el camín vuelve a ensancharse
La casa, obsérvese el nombre en la portilla
Al lado el hórreo
El camín llanea un poco más
A la derecha la pumarada
Los pumares, plantados prado abajo
Enseguida empezamos otra vez a bajar
Curva a la derecha…
A la sombra del castañéu sigue la pista de hormigón
Bajando al valle, último trecho…
Profunda caja caminera…
El paisaje se va abriendo…
Y ya tenemos una muy buena vista ante nosotros…
De frente, en el valle, Castiellu Ambás, por donde los peregrinos del Camino Norte que han decidido ir a la capital asturiana se dirigen a Valdediós, o bien a Arbazal, por la ladera que sube a San Pedru Ambás y el Picu Lloses (454 m). Más a la izquierda los montes de Valdebárcena y Celada, con el Picu la Corolla (551 m), frontera con Cabranes
A lo lejos y más a la derecha el Monte Viacaba o Llanu Ferreru (426 m)
Más cerca El Castillu (178 m), en la vecina parroquia de Camoca, solar de un castro astur de unos 2.600 años de antigüedad excavado en su día por Jorge Camino. Está en un monte plantado de eucaliptos bajo el el pasa el Ríu Valdediós, y paralelo a él el Camino Norte en su versión hacia Valdediós y San Salvador de Oviedo/Uviéu
A la izquierda de El Castillu, El Llanu, y arriba en la distancia los montes, picudos, de Peña Cabrera (468 m) y su serranía, también frontera de Villaviciosa con Cabranes, cimas emblemáticas que van a ser una de nuestras referencias geográficas por este concejo, y de las que iremos hablando según nos vayamos acercando a ellas. Abajo a su izquierda Llugás, pueblo y parroquia solar del santuario mariano de Santa María de Llugás, cuya Virgen es también llamada La Santina y celebra asmismo romería el 8 de septiembre. Se sabe de peregrinos que iban a Llugás, alojándose en su Casa de Novenas o en el Pórticu los Pelegrinos, y luego se dirigían a Cuadonga
Caminamos ahora al pie de la pumarada que veíamos antes en La Piñera
Más vistas, ahora a la izquierda
El viaducto de la autovía y Grases
Según avanzamos ampliaremos nuestro campo visual
En medio de la foto Casquita, paso de la parroquia de Grases a la de Amandi en el Camín de Cuadonga y lugar donde los peregrinos a Santiago se dividen, unos toman el ramal del Camino Norte que se dirige a Gijón/Xixón, este, y otros el que va a Oviedo/Uviéu. A la izquierda Maoxu, al fondo Fuentes y el valle del Ríu Profundu o Espinadal, que serán también escenario muy pronto de nuestras andanzas camineras a Coru y Breceña. A la derecha, en un alto Bozanes, parroquia de Amandi
Vista más de cerca de Maoxu, con sus naves ganaderas de los caserinos, Casquita, Amandi, y el valle del Profundu
Casquita y su cruce de caminos. Arriba a la derecha, en la llamada Carretera la Campa (AS-267), La Gotera
La Gotera, casa mandada construir por el indiano, Bernardo Valdés Corrales para uno de sus hijos, José Valdés Germain, la cual ha pasado por diferentes propietarios y ha sido muy reformada a lo largo del tiempo, incluso su verja delantera ha desaparecido al ser tirada por un camión en un accidente. El propio Bernardo había construido su casa, Villa Algara, muy cerca, saliendo de Casquita. De ella hablaremos también pues pasaremos a su lado